Espíritus Libres / Esmeralda Folgado / Artesana y narradora
«Se apuesta por la carne y la leche del ovino, pero nos hemos olvidado de la lana»
Estudió magisterio y es una comprometida dinamizadora rural. En los últimos años se mueve en un triángulo alistano entre San Vitero, Abejera y Riofrío. No teme a los carochos y es la mejor intérprete de las mascaradas del oeste zamorano. Orgullosa de ser narradora oral y artesana. Su tía Tomasa le enseñó a hilar y de ahí le viene su raíz artesana. Experimenta con la lana para conservar la tradición. Pero, ante todo, es una magnifica divulgadora cultural en tierra alistana
Enrique Martínez, alma máter del Proyecto Arraigo, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada: ¿Conoce algún pueblo donde se esté luchando contra la despoblación?
Respuesta.- En San Vitero, pueblo en el que vivo, se habilitaron casas para que la escuela no se cerrase.
Pregunta. ¿Qué es ser un espíritu libre?
Respuesta. Una persona fiel a sí misma.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Soy narradora oral y artesana. Trabajo con la lana de oveja para hacer zapatillas, llaveros, hadas mágicas… Además, hilo y lo uno con la narración oral.
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- Quiero ser una vieja sabia con corazón de niña.
P.- ¿De qué se siente más orgullosa?
R-. De mi familia y de estar en el lugar en el que quiero.
P.- ¿Qué es el amor?
R.- La energía renovable más potente que existe.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- ¿Con cuál de ellos? Personalmente, creo que Dios es esa energía amorosa que nos habita. La clave es verlo en nosotros y en los demás.
P.- Dígame un espíritu libre que admire.
R-. Ana Cristina Herreros, una narradora a la que admiro profundamente.
P.- ¿De quién heredó el amor por la lana?
R.- De mi tía paterna, Tomasa.
P.- ¿La artesanía de la lana está en peligro de extinción?
R.- Está desapareciendo. Y con ella, un patrimonio etnográfico y material. En el momento en el que las últimas hilanderas alistanas desaparezcan, desaparecerá en esta zona. Lo que veo es que en otros países se está apostando por mantener la artesanía y nosotros lo estamos dejando morir. Es verdad, desde las administraciones se apoya a pequeños proyectos, pero son oasis en España.
P.- Somos la tierra de La Mesta y del ovino, ¿Y olvidamos la lana?
R.- Se apuesta por la carne y la leche del ovino, pero nos hemos olvidado de la lana. En Castilla y León quedan dos de los tres lavaderos que hay en España.
P.- ¿Qué mensajes lanza desde su posición de narradora oral?
R.- El contar y contarnos es lo que nos hace ser comunidad. La tradición oral es lo que nos une, lo que nos da sentido de pertenencia.
P.- Abejera, San Vitero y Riofrío, ¿qué le sugieren?
R.- Mi casa. Abejera es el pueblo en el que nací, soy la última que nació allí; San Vitero es mi nueva oportunidad de regresar al mundo rural; y Riofrío de Aliste es una puerta abierta para mí.
P.- ¿Está segura de haber acertado apostando por el mundo rural?
R.- Pues depende del día (ríe). Sí que estoy segura. Antes me encontraba en una búsqueda constante y ahora siento que es lo que tengo que hacer.
P.- De los carochos, ¿quién le da más miedo?
R.- El diablo grande.
P.- ¿Y con cuál da más miedo?
R.- Pues también el diablo grande. Porque, además, tengo una carocha que me he hecho yo con lana. Y cuando aparece el diablo grande, que se presenta para ayudar a un niño que tiene una oveja herida, impacta a los pequeños. Pero la más inquietante es la vieja de la montaña, que baja y hace un ritual que compartimos todos.
P.- ¿Qué aportan los carochos a la sociedad actual?
R.- Una visión comunitaria del mundo. Tanto del mundo externo como del mundo interior y las tradiciones. La mascarada de Riofrío, que es muy compleja, demuestra que la oralidad se va adaptando a través de los tiempos y es un espectáculo generado a través de las generaciones.
P.- Las mascaradas de invierno de Zamora, ¿están salvadas?
R.- No lo sé. La oralidad la transmitimos y la mantenemos las personas. La clave es que haya generaciones futuras que lo conserven, si no se verán abocadas a morir. El problema es que ya no hay niños en los pueblos.
P.- ¿Qué pasa para que los niños no sepan expresarse?
R.- La base del problema es que no utilizan las manos. Cuando hago talleres me encuentro con niños que no saben hacer un nudo, solo saben usar el dedo índice para marcar teclas. El desarrollo lingüístico está muy relacionado con el desarrollo motor. A nosotros nos cantaron, nos mecieron, nos contaron cuentos.
P.- Déjeme una pregunta para el siguiente invitado.
R.- ¿Cuál es tu mayor temor?