Mikel Izal y Alejandro Jordá: «El futuro nadie lo conoce. No hay ningún plan sobre la mesa»
No podían cerrar ciclo sin despedirse como es debido del Sonorama, irrumpirán pasada la medianoche para disfrutar «al máximo» en su querida Ribera del Duero
¿Adiós para siempre? ¿Hasta luego? Solo Izal tiene la respuesta, o quizá no. En cualquier caso, hablar de futuribles sería una pérdida de tiempo. Lo que cuenta, tal y como apunta el vocalista y compositor de la banda, es haber protagonizado «muchos momentos felices de tanta gente». Después ya se verá. Entretanto, el exitoso Hogar (2021) de los madrileños continúa creciendo en vivo y en directo. Y era de rigor, cómo no, dar las gracias al primer festival que «nos colgó del cuello una acreditación de artista». Algo que no se olvida, como tampoco todas aquellas anécdotas que «recordamos antes de un concierto» y que «alimentan la buena energía que hay entre nosotros», confiesa el batería.
Pregunta- ¿Cuál es verdadero Hogar de Izal?
Respuesta- (Mikel) Las personas que te conocen de verdad, las que siempre están ahí. Tu mundo real, en definitiva.
P.- La banda afronta sus últimos bailes antes de la despedida, a finales de octubre, en el WiZink Center de Madrid. ¿Cómo se vive una gira en estas circunstancias?
R.- (Mikel) Con muchísimas emociones a flor de piel, más que nunca. Además, coincide con la vuelta a la normalidad en los conciertos de grandes aforos, lo que hace una combinación muy poderosa. Está siendo una gira extremadamente intensa.
P.- Imagino que la del Sonorama no es una fecha más. ¿Qué ha supuesto para el grupo este festival?
R.- (Mikel) Siempre hemos dicho que hemos crecido con el festival. Fue el primero que nos colgó del cuello una acreditación de artista y eso no se olvida.
P.- Parón indefinido no es sinónimo de final definitivo. ¿Volverían para un futuro aniversario del Sonorama? El trigésimo, por ejemplo.
R.- (Mikel) El futuro nadie lo conoce. No hay ningún tipo de plan sobre la mesa.
P.- 12 años de carrera, cinco discos, muchos éxitos y algún que otro sinsabor. ¿Lo mejor y lo peor de todo este tiempo al pie del cañón?
R.- (Mikel) Nos quedamos con lo mejor: formar parte positiva de la vida de muchísimas personas y haber puesto banda sonora a muchos momentos felices de tanta gente. Es un privilegio y una suerte demasiado gigante como para, a continuación, hablar de algún sinsabor.
P.- ¿Alguna anécdota graciosa, curiosa y/o surrealista que merezca la pena recordar?
R.- (Alejandro) Por suerte, tenemos muchas y, por desgracia, siempre se nos olvidan cuando nos las preguntan. Pero cuando las recordamos antes de un concierto alimentan la buena energía que hay entre nosotros. 12 años dan para muchas cosas locas.
P.- ¿Cómo ven la escena musical de hoy en día? ¿En qué ha cambiado para bien o para mal?
R.- (Alejandro) Parece que hay un cambio notorio de estilo musical. Pero, sea como sea, la música en directo está fuerte y se mantiene firme. Los estilos van cambiando, pero tenemos una escena musical muy variopinta y se refleja muy bien en los festivales de este año. En los carteles se está generando una miscelánea que no había otros años.
P. - ¿Hay futuro para el rock y el pop? Lo digo por el avance imparable de la denominada música urbana.
R.- (Mikel) Siempre ha habido y habrá sitio para todo tipo de géneros -y precisamente el pop y el rock siempre han estado en primera línea-, pero es lógico que las tendencias vayan cambiando cíclicamente.
P.- ¿Qué significa ser indie en los tiempos que corren?
R.- (Mikel) Lo mismo que cuando empezamos a caminar musicalmente. Todo sale de nuestra cabeza y de nuestro bolsillo. Así de difícil y de sencillo.
P.- ¿Tendremos noticias, de aquí a poco, de proyectos paralelos o habrá que esperar?
R.- (Mikel) Ahora mismo estamos centrados en terminar la gira, que es lo que no ocupa. Lo estamos disfrutando al máximo. Nadie conoce el futuro, afortunadamente. Sería muy aburrid