NOELIA LÁZARO | NUTRICIONISTA
«No busco delgados infelices, busco gente feliz con unos hábitos saludables»
Desciende de la localidad segoviana de Cuevas de Provanco. Es dietista-nutricionista y ha fundado una pequeña consulta convertida en plataforma multidisciplinar con distintos servicios como nutrición, psicología, entrenamiento, cocina, fisioterapia y extraescolares. Es vocal del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Castilla y León. Cree que debemos tomarnos más en serio la alimentación en todas las edades, en especial con los niños, para los que prepara campamentos nutricionales en verano.
Pregunta.- Esta es la pregunta que Sandra Ámez, presidenta del Consejo de la Juventud de Castilla y León, hizo sin saber a quién iba destinada: ¿Qué consejo le hubiera dado a su “yo” del pasado con vistas al futuro?
Respuesta.- Que disfrute del momento, que nunca se sabe cuándo se va a pasar.
P.- ¿Qué es para usted un espíritu libre?
R.- Alguien que tiene claro lo que quiere y lucha para conseguirlo, que no se conforma y que busca cómo llegar al objetivo pese a las dificultades.
P.- ¿Se siente así?
R.- Sí, tengo la suerte de poderme dedicar a lo que quiero.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Soy dietista-nutricionista y hace unos años emprendí mi camino y creé Nutrelia, una pequeña consulta que se ha convertido hoy en día en un gran centro donde las personas mejoran su salud en todos los ámbitos, ya que disponemos de un equipo multidisciplinar con distintos servicios como nutrición, psicología, entrenamiento, cocina, fisioterapia, extraescolares…
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- Feliz. Envejecer con salud y poder disfrutar de la vida y de las personas que tengo cerca.
P.- ¿De qué se siente más orgullosa?
R.- De lo querida que me siento por las personas que me rodean.
P.- ¿Qué es para usted el amor? ¿Lo practica mucho?
R.- El amor lo mueve todo. No solo el de pareja, para mí el amor es la energía que te hace hacer cosas por el bien del prójimo y lo intento practicar en cada acción.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?
R.- Bien. Siempre pienso que, con las desgracias que hay por el mundo, conmigo no se ha portado nada mal.
P.- Dígame un espíritu libre al que admire.
R.- A persona que lucha hasta el final. A todos los autónomos y empresarios de este país que son un ejemplo para mí. A mi abuelo Maxi y mi madre Gloria.
P.- ¿Ha cambiado mucho la alimentación desde los tiempos de sus abuelos?
R.- Sin ninguna duda. Antes era mucho producto local y de campo y ahora a los niños les damos casi todo ultraprocesados.
P.- Ya no saben los alimentos como antes…
R.- Cada vez necesitamos cosas más rápidas y no damos prioridad a lo sano, sino a lo rápido. Además, nos acostumbramos a unos sabores tan fuertes por los potenciadores, que cuando comemos una pera no nos sabe a nada y no nos gusta.
P.- ¿Usted es de las que lo prohíbe todo: la sal, el alcohol, el azúcar…?
R.- No. Hay que tener un equilibrio y ser flexibles. No busco delgados infelices, busco gente feliz con unos hábitos saludables.
P.- ¿Deberíamos tomar la costumbre de ir al nutricionista desde pequeños?
R.- Sin duda. Si los niños aprendieran a comer tendríamos adultos mucho más saludables.
P.- ¿Los niños comen bien?
R.- En general comen mal. Si vamos a un parque y miramos la basura solo hay ultraprocesados y envases. Un niño puede comer galletas, pero no puede ser la base de su alimentación diaria. Muchas veces prima la comodidad del padre frente a lo que es saludable para su hijo.
P.- ¿Le gusta la carne roja? ¿Es buena para la salud?
R.- Sí. Hace años se creía que era perjudicial, pero hay que distinguir la carne fresca frente a la procesada. De esta última sí habría que reducir su consumo.
P.- ¿Un vaso de vino tinto al día es beneficioso para la salud?
R.- No es verdad que el vino tinto sea beneficioso. Si buscamos los taninos tenemos otros elementos con ese contenido y con esa graduación alcohólica. Es cierto que el vino está muy arraigado a nuestras costumbres y no hay que ser tampoco talibanes con su consumo ocasional.
P.- Su abuelo y el mío tomaban orujo, ¿hoy sigue siendo recomendable?
R.- No hay opción a que eso sea recomendable. Antes a lo mejor era el único extra que se hacía porque su alimentación de base era muy buena. Pero ahora ya de base comemos mal y nuestros trabajos no tienen esa carga física.
P.- Prepara unas charlas para enseñar a comer a los niños, ¿cómo va a ser eso?
R.- Son unos campamentos para niños de 5 a 12 años en los que buscamos a través del juego que aprendan a comer, que entiendan de dónde vienen los alimentos y cómo funciona nuestro cuerpo.
P.- Déjeme una pregunta para el próximo entrevistado.
R. ¿A qué edad empezaste a darle importancia a la alimentación?