Diario de Castilla y León

Las cajas rurales de Castilla y León se vuelcan en la formación de jóvenes para buscar el relevo generacional del campo

La unión regional de entidades financieras y la asociación de cooperativas agrarias y ganaderas a nivel autonómico renuevan en Salamanca su convenio de colaboración como “dos pilares básicos” del desarrollo agroalimentario de la Comunidad

Ernesto Moronta y Fernando Antúnez.- ICAL

Ernesto Moronta y Fernando Antúnez.- ICAL

Publicado por
Redacción
Valladolid

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La Unión Regional de Cajas Rurales de Castilla y León (UCAR) y la Unión Regional de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla y León (Urcacyl) firmaron este viernes la renovación del convenio de colaboración entre ambas entidades con el objetivo de impulsar la formación de jóvenes cooperativistas para favorecer el relevo generacional en el campo. Los presidentes de las dos instituciones, Ernesto Moronta y Fernando Antúnez, respectivamente, fueron los encargados de rubricar el acuerdo hoy en la sede de Caja Rural de Salamanca.

Según destacó Moronta, la Unión Regional de Cajas Rurales de Castilla y León es una asociación de cooperativas de crédito creada con el objeto de representar a las cajas de la Comunidad y divulgar sus actividades en el plano financiero y social. Está compuesta por Caja Rural de Soria, Cajaviva, Caja Rural de Zamora y Caja Rural de Salamanca. Dentro de sus intereses, incorpora el de “facilitar a las cooperativas agroalimentarias medios financieros que contribuyan a su desarrollo económico y empresarial en la región”.  

El presidente de la Unión Regional de Cajas Rurales de Castilla y León reiteró su compromiso con el territorio, un aspecto compartido con Urcacyl. “Trabajamos por nuestra tierra. Vamos a ser incansables y pensamos que unidos vamos a ser más fuertes, con más significado y los socios de ambas instituciones se podrán sentir cómodos y arropados”, valoró Moronta durante la comparecencia.

Por su parte, Urcacyl es la entidad de representación y defensa del movimiento cooperativo en la Comunidad, con más de 140 cooperativas agroalimentarias de la región como asociadas, la gran mayoría de las cuales son también socias y clientes de las Cajas Rurales de Castilla y León. “Somos dos pilares básicos para el desarrollo agroalimentario de nuestro territorio. No se entendería un mundo agrario y ganadero sin que existieran las cajas rurales y que a su vez tuvieran el apoyo de las cooperativas”, señaló Antúnez.  

Dentro de los fines de Urcacyl se encuentran, entre otros, la formación de los cooperativistas y la de sus órganos de Gobierno, llevando a cabo numerosas actividades formativas, así como la promoción de sus productos, participando para ello en diferentes eventos, o por ejemplo, organizando los Premios Manojo, el concurso nacional de vinos de bodegas cooperativas o elaborando catálogos con los productos agroalimentarios de las cooperativas.

La relación entre Urcacyl y las Cajas Rurales de Castilla y León es de “cooperación total”, habiendo colaborado históricamente ambas organizaciones en la celebración de “actividades formativas, congresos, seminarios y eventos empresariales de todo tipo, así como en determinadas actividades formativas, especialmente las destinadas a jóvenes cooperativistas”. Así, la Unión Regional de Cajas Rurales de Castilla y León contribuirá como entidad patrocinadora a la celebración de los Premios Manojo, a las jornadas con jóvenes cooperativistas, así como a diferentes actividades de imagen comunicación que realice Urcacyl, informa Ical.

Relevo generacional

La comparecencia de este viernes sirvió para que ambas entidades advirtieran sobre el riesgo que corre el relevo generacional en el sector agroalimentario de Castilla y León. Según Fernando Antúnez, existe la preocupación a causa, principalmente, del cierre de explotaciones por falta de rentabilidad. “Se habla de sostenibilidad ambiental, pero se olvida de la económica y social. Sin rentabilidad, difícilmente va a haber jóvenes que se hagan cargo de las explotaciones de su padres”, manifestó.  

Además, denunció “la presión” que se está ejerciendo desde la cadena de distribución a la hora de poner los precios. “La gran superficie presiona al industrial y esa presión de traslada al agricultor y ganadero, que al final, no llegan a cubrir costes”. Una idea a la que también se sumó Ernesto Moronta. “Nuestros jóvenes, si viesen rentabilidad, de ninguna manera si iban a ir a las grandes ciudades, ni a pisar el asfalto de Madrid. Las grandes cadenas de distribución siguen siendo las que ponen estas dificultades para que nuestros jóvenes se queden”, sentenció.

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