Diario de Castilla y León

Escuelas Católicas exige compromiso a la Junta para la LOMLOE y más fondos para la seguridad frente al Covid

La nueva Ley es “como una guillotina cuya cuerda común aún no se ha soltado” y donde se quiera apoyar podría “cercenar” los derechos de las familias y de los centros

El secretario autonómico de Escuelas Católicas Castilla y León, Leandro Roldán Maza. - ICAL

El secretario autonómico de Escuelas Católicas Castilla y León, Leandro Roldán Maza. - ICAL

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Redacción
Valladolid

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Escuelas Católicas Castilla y León demandó hoy a la Junta fondos económicos adicionales para garantizar la seguridad en las aulas frente al COVID-19, y que estas partidas económicas se mantengan en el tiempo hasta que se alcance la normalidad. Estos centros se han visto sobrecargados por las exigencias tanto materiales como de profesorado para cumplir con los desdobles, y de higiene, donde la ayuda apenas cubrió el 40 por ciento de los gastos.

Así lo explicó hoy el secretario autonómico de Escuelas Católicas Castilla y León, Leandro Roldán Maza, con motivo del inicio del nuevo curso escolar, que este año contará con 99.196 alumnos matriculados en esta red de 178 centros concertados, en los que impartirán docencia 9.497 profesionales, con 7.000 horas concedidas para desdobles en las aulas para cumplir con los grupos burbuja, algo que agradeció a la Junta.

Estos centros suponen un peso de casi el 29 por ciento del sistema educativo de la Comunidad y crecen 0,5 por ciento con respecto al curso anterior, lo que indica que las familias han vuelto a depositar su confianza “en un proyecto educativo innovador, de calidad y que ha estado a la altura en momentos complejos durante los últimos dos cursos”, pero que necesita de esa mayor agilidad en la dotación económica adicional, así como una mayor flexibilidad de la Administración para seguir mejorando unas medidas ajenas al proceso de enseñanza habitual.

Gran esfuerzo” para el éxito

Roldán, que presentó el curso en el Colegio Lestonnac de Valladolid, reconoció el “gran esfuerzo” de los profesionales durante el anterior para garantizar la seguridad en los centros frente al COVID-19, que volverá a marcar el presente 2021-2022. Aún así, mantuvo, después de dos cursos afectados por la pandemia, los resultados educativos y de prevención sanitaria pueden considerarse “muy satisfactorios”, con solo un uno por ciento de aulas de centros concertados afectadas durante el curso anterior, cifra muy por debajo de lo esperado.

El responsable de la patronal destacó que en esta ocasión hay mayor certidumbre, por la experiencia anterior, el proceso de vacunación y sin “modificaciones de última hora”. Aunque mantuvo que será un curso más tranquilo, no se puede bajar la guardia. En todo momento, defenderán “la máxima seguridad y un protocolo estricto” que proteja a todos y coordinado por las autoridades sanitarias.

Por lo que respecta a las actividades extraescolares, valoró su recuperación, lo que permitirá reforzar la educación integral, el desarrollo de nuevas capacidades de los niños y, también, contribuir a la conciliación de la vida familiar y laboral. Además, se mostró convencido de su desarrollo con el mismo nivel de seguridad durante su desarrollo.

Confianza y apoyo

En el inicio del curso político, Roldán abogó por la libertad de educación y de elección de las familias, que “sigue estando en peligro con la implantación de la LOMLOE”, que comenzará este curso en evaluaciones y promoción y, “si no hay marcha atrás”, también en el proceso de escolarización. “La educación en centros concertados es una educación de calidad, complementaria y necesaria para garantizar esa libertad”.

La nueva Ley es “como una guillotina cuya cuerda común aún no se ha soltado” y donde se quiera apoyar podría “cercenar” los derechos de las familias y de los centros. En este sentido, confió en que el apoyo inicial de la Junta garantizar la protección de un sistema educativo “exitoso en su conjunto” se “mantenga, consolide y se convierta en hechos”. Este sistema, precisó, se sustenta y se complementa gracias a la calidad, equidad y equilibrio que ofrecen la pública y la concertada. La escuela concertada es “un servicio público que permite que los padres puedan elegir libremente el tipo de educación que quieren para sus hijos” y está “avalada por su larga trayectoria al servicio de la sociedad, añadió.

Pese a las dificultades, el responsable de Escuelas Católicas Castilla y León confió en que será un buen curso para sus centros, que seguirán en su objetivo común: “Ser escuelas del cuidado, espacios relacionales y evangelizadores de sentido”.

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