Diario de Castilla y León

El turismo rural de Castilla y León resiste a la quinta ola y sólo registra un 10% de cancelaciones

Las reservas se ven ligeramente mermadas por los confinamiento de positivos y contactos estrechos / El sector hotelero no aprecia un descenso de la ocupación, aunque acusa unos niveles en torno al 30%

El Camino de Santiago despega este verano, empujado por el peregrino nacional. - ICAL

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E.M. | VALLADOLID
Valladolid

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El coronavirus cambia las previsiones de los alojamientos hoteleros y rurales en Castilla y León en menos de un mes. El pasado junio, el turismo rural recogía un buen ritmo de reservas y rozaba el completo, sobre todo en zonas de río o piscinas municipales, mientras que los hoteles apenas registraban una ocupación superior al 30% en el mes pasado. Sin embargo, la creciente incidencia y la ola de contagios que sufre la Comunidad ha perjudicado directamente a un sector al que, principalmente, se acogen reservas de grupos más extensos. 

Así lo declara el presidente de la Asociación de Turismo Rural de Castilla y León, Luis Chico, quien hace sólo tres semanas se mostraba muy optimista respecto al nivel de reservas en el sector dentro de la Comunidad, cambia ahora el discuros tras la explosión de los contagios en el territorio. La situación actual en el turismo rural autonómico refleja un dato mínimamente inferior al 90% de reservas en municipios con una pisicina comunitaria o en zonas con ríos, mientras que cae hasta el 60% en el resto. En ambos casos, un 10% menos que lo recogido hace un mes. «A pesar de haber disminuido, estamos en niveles muy altos, poco a poco vamos creciendo y se nota que es mejor a la del año pasado», afirma Chico, quien reconoce que, durante el primer verano de la pandemia, muchas piscinas y zonas de baño se cerraron por la normativa anti Covid. «El verano pasado hubo muchas más limitaciones, en ese aspecto ya vemos la luz», apunta el presidente.

Por otra parte, Chico lamenta la incertidumbre generada entre la población, acusando al Gobierno autonómico de no reaccionar ante el aumento de los contagios, sobre todo entre los jóvenes. «Menos hormonas y más neuronas», ironiza el líder autonómico de la asociación, quien dirige sus palabras de responsabilidad al grupo de edad que muestra una mayor incidencia. «Hay muchas familias que giran en torno al turismo, la restauración, las bodegas o los museos», apunta.

Chico se aventura a comparar el turismo rural con el sector hotelero y afirma que la diferencia en las reservas es el número de personas. En este punto, achacando el aumento de los contagios, se han provocado una serie de cancelaciones no por el miedo de los ciudadanos a contagiarse en estos ámbitos, sino por los confinamientos que se han visto obligados, o se ven actualmente obligados, a cumplir por ser positivos o contacto estrecho de algún infectado por coronavirus. «En el turismo rural, la mayoría de reservas son de grupos grandes, por lo que si se ven afectados por el coronavirus, al final cancelan», relata el presidente de la asociación, «mientras que en los hoteles, no hay grupos grandes que reserven», cierra.

La realidad que denuncia Chico es la falta de control por parte de la Junta, alegando que las zonas de turismo rural están prácticamente libres de Covid, con «mucho control» en los establecimientos y con gran parte de la población de los pueblos ya vacunada, lo que disminuye casi en su totalidad la posibilidad de contagiarse. «Nosotros cumplimos una serie de protocolos y la normativa, lo hacemos así porque aquí está nuestro sustento para vivir», explica Chico, a la vez que lamenta que no se controlen situaciones como los botellones, por lo que no comparte en absoluto la decisión del Gobierno regional de no adoptar nuevas medidas para controlar el foco de los contagios.

Respecto al sector hotelero, los últimos datos oficiales de ocupación registrados el pasado 23 de junio por el Instituto Nacional de Estadística (INE), reflejaron un mes de mayo bajo mínimos, con un grado medio de ocupación del 23,2% en la Comunidad, la mitad que el mismo mes de 2019 y cinco puntos por debajo de la media nacional, del 28,8%.

Esto es lo que pone de manifiesto el presidente de la Asociación de Hoteles de Castilla y León, Carlos Díaz, reconoce que el sector se encuentra «paralizado» respecto a años previos a la pandemia, sin mejorar ni empeorar por el momento, aunque lamenta que el estallido de la nueva ola ha perjudicado al turismo de cara a varias semanas. Hace menos de un mes, la ocupación hotelera registraba, segun el propio Díaz, en torno a un 30 o 35% sobre el completo; no obstante, a día de hoy, el propio presidente del colectivo afirma que las reservas en hoteles de la Comunidad giran en torno al 30%, por lo que el descenso es mínimo. Díaz achaca la falta de peregrinos en esta época estival que otorgaba al sector numerosas pernoctaciones. «Los turistas no están más de una semana en Castilla y León, es un territorio más para pernoctar en verano», apunta el presidente de la asociación. Además, también comenta que la «política de rechazo» y el «fracaso» de la gestión sanitaria por parte de la Junta de Castilla y León complica el avance de un sector que confiaba en el verano para levantarse.

El presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Francisco Posada, reconoce que el sector en la provincia se acerca a niveles de 2019, lo que dista mucho de lo expuesto a nivel autonómico. Valladolid, como gran ciudad, recoge un mayor grupo de población y, actualmente, fija una ocupación en hoteles del centro del 65%, mientras que en la periferia cae hasta el 55%, según el propio Posada. «A pesar de que julio y agosto no es la época de mayores niveles de reservas, estamos en un momento óptimo de ocupación, no hemos notado el aumento de los contagios», afirma.

Por tanto, el escenario respecto a hace poco menos de un mes no ha variado en consonancia con la situación epidemiológica, la nueva ola de contagios no ha afectado notablemente al sector del turismo, quizá sí haya golpeado mínimamente al rural, a pesar de seguir moviéndose en números de ocupación elevados y con su presidente mostrándose optimista de cara a los próximos meses.

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