Diario de Castilla y León

DANIEL DE LA ROSA | ALCALDE DE BURGOS

«No hay otra alternativa que no sea Luis Tudanca»

Cumple dos años al frente de la Alcaldía y desde hace nueve meses lidera un pacto bipartito con Ciudadanos, del que se declara plenamente satisfecho y que repetiría, aunque aspira a la mayoría absoluta

Daniel de la Rosa.- SANTI OTERO

Daniel de la Rosa.- SANTI OTERO

Publicado por
RICARDO Gª URETA / V. MARTÍN | BURGOS
Valladolid

Creado:

Actualizado:

De la Rosa cumple dos años gobernando en un tradicional feudo del PP como ha sido Burgos en el que ha sido capaz de atraer a un pacto al grupo municipal de Ciudadanos, formando un bipartito inédito en el resto de grandes ciudades de la Comunidad. Lo presenta como un resultado natural del acercamiento de ambos grupos y descarta cualquier tipo de autocrítica. «Para eso está la oposición», zanja. Desde Burgos es un apoyo firme al secretario autonómico de los socialistas con el que le une gran amistad y se ha destacado por su respaldo a la gestión de la Junta en la primera fase de la pandemia para mostrarse mucho más reivindicativo en los últimos meses. Es de los que piensa que Ciudadanos aún tiene un futuro político y de los que son abiertamente partidarios de pactar con la formación naranja. No obstante está convencido de que ganará las próximas elecciones con mayoría absoluta.

Pregunta.- Usted es el único alcalde de una población importante de Castilla y León que gobierna aliado con Ciudadanos, que es el socio del PP en la Junta y la Diputación de Burgos y otras administraciones, y asegura estar encantado con el pacto. ¿Está el PSOE autonómico y estatal tan satisfecho?

Respuesta.- Sí, sin duda. Recientemente, en una de las entrevistas que mantuvo Luis Tudanca con el presidente Pedro Sánchez preguntó por mi y le trasladó que desde Madrid, al menos la sensación que él tenía, es que lo estábamos llevando muy bien, que era un ejemplo como ayuntamiento lo que estábamos haciendo en Burgos. El hecho de que hayamos demostrado que a nivel local se pueden aparcar las diferencias partidarias y centrar la acción de gobierno entre diferentes es también ejemplar. Que nos centremos en el bienestar de los vecinos se valora en el partido. Tengo una especial relación de amistad con Luis Tudanca y desde el primer momento entendió que aquí no podía haber otra opción para dar estabilidad al gobierno que ese acuerdo con Ciudadanos.

P.- En lo político, no tanto en la gestión, ¿Cómo es gobernar con un partido que cambia de socios a conveniencia?

R.- A mi no me han demostrado eso. Ciudadanos en Burgos estaba constreñido en un acuerdo a nivel nacional en mayo de 2019. Justo antes de la investidura el escenario político era un acuerdo entre Partido Popular y Cs y, desde fuera, Vox se estaban reproduciendo en toda España. Creo que ellos no tenían ningún interés, como grupo, de pactar con unos y otros. Tenían una instrucción. Las circunstancias en política son insospechadas a veces y el pleno de constitución fue algo inédito, extraordinario; sorpresivo, incluso. Pero lo que ocurrió fue muy, muy justo. Cs al poco ya se dio cuenta de que su papel no podía ser otro que ejercer algo que los socialistas sabemos hacer muy bien: una oposición responsable, útil, exigente y crítica. Así lo había sido hasta que empezaron a gobernar con nosotros. Y, sobre todo, poniendo la ciudad por delante de todo y eso Cs con los acuerdos de presupuesto, ordenanzas, etcétera, lo pudo demostrar. Hasta el punto de llegar a esa complicidad que llegó con el acuerdo de Gobierno.

P.-  ¿Cómo se vivió de puertas adentro del bipartito burgalés la moción de censura en Castilla y León?

R.- Yo puse en valor lo que decía en mi primera respuesta. Trasladé a Ciudadanos que aquí tenía un buen ejemplo de lo que tenía que hacer en Castilla y León. Que el experimento de Burgos estaba funcionando y la gente lo había entendido. Al fin y al cabo, éramos dos formaciones que habían incrementado sus votos. El PSOE había ganado pero también Cs había incrementado su resultado en el 2019. Ese mensaje de cambio se tradujo muy bien en el acuerdo porque realmente representaba una mayoría social. Aquí la gente pidió cambio y en Castilla y León también. Creo que mi mensaje fue entendido en el ámbito autonómico.

P.-  El Partido Socialista presionó mucho a todo Ciudadanos por la moción precisamente con el argumento de que en Castilla y León fueron una traba para el cambio.

R.- El Partido Socialista de Castilla y León hizo lo que tenía que hacer. Yo sí cuestiono el momento. Así se lo trasladé a Luis Tudanca. No me hubiera gustado que se interpretara esa moción de censura, que yo creo que estaba justificada por muchísimas cuestiones, por la dinámica que se llevaba de la gestión de la crisis a nivel autonómico, el desafío a un Partido Popular que lleva gobernando 36 años, y la oportunidad en el ecuador del mandato para un Partido Socialista que había ganado las elecciones pudiera ejercer esa opción legítima, pero se enredó y se confundió con las distintas alternativas que se estaban dando en Madrid, Andalucía, Murcia y eso empañó el verdadero mensaje. Entiendo que Ciudadanos en vez de una opción posibilista de ser útiles en un gobierno de cambio en Castilla y León prefirieron dar estabilidad al gobierno del Partido Popular. Como socialista quise dar un mensaje positivo, a favor de sus compañeros en Burgos diciendo aquí tienen a sus compañeros, lo están haciendo bien, porqué no se animan a hacer lo mismo que hicieron los de Burgos.

P.- ¿Cree que Francisco Igea se la jugó a Luis Tudanca tras las elecciones?

R.- Creo que se vio obligado por esos acuerdos a nivel nacional. Es verdad que se contradijo a sí mismo cuando se comprometió durante toda la campaña a promover la regeneración y el cambio político en Castilla y León y luego tuvo que tragar con ese acuerdo nacional. Pero ahí está el caso de Burgos. El factor fundamental por el que soy alcalde es porque ganamos las elecciones por primera vez y de manera, además, contundente en la ciudad de Burgos y, por supuesto, también porque los concejales de Vox en ese momento sí que supieron en ese momento anteponer dignamente su papel como concejales a los acuerdos en los despachos de Madrid.

P.- Lo que dice no deja de ser una crítica Cs por no atreverse a respaldar a la lista más votada en Castilla y León. Por dos veces.

R.- Rectificar es de sabios. Tenían dos opciones o, como hace Vox ahora mismo, seguir a la vera del Partido Popular en una posición que no lleva a ningún sitio o aprovechar lo que hicimos o entrar en un gobierno de cambio como en una ciudad como Burgos que estaba pidiendo a gritos estabilidad y dos años después estamos en un gobierno estable en el ecuador del mandato con muchísimas expectativas de seguir generando iniciativas en lo que resta. El primer día un servidor se encontró con un anuncio desde Génova de que este gobierno iba a durar una semana; al cabo de una semana, que iba a durar seis meses; y al cabo de seis meses, que iba a durar un año; y aquí estamos. 

P.-  Echando la vista adelante a dentro de dos años, en la próxima cita electoral, el mapa político se avecina muy complejo como para poner en juego ese axioma de que la oposición útil puede tener peso en el votante porque entra en juego el factor de la desintegración de Cs como partido. ¿Ve futuro electoral para Cs en lo local y en lo autonómico?

R.- Ciudadanos está en una situación muy, muy difícil, lo reconozco. Porque a pesar de que en Burgos corrigieron, espero que también estén a tiempo para ellos. Es interesante para el Partido Socialista tener una opción de llegar a acuerdos también a la derecha del partido. Hasta ahora sólo teníamos opciones a la izquierda y ahora también las tenemos a la derecha. Cuando no se conforma una mayoría suficiente es interesante siempre tener alternativas. Nos interesa que Ciudadanos como formación política siga en el tablero político. A nivel nacional han cambiado tanto de criterio y de posición que han desorientado bastante a su electorado y es por eso que tienen muy difícil recuperar ese camino. Pero quién sabe, en la política cada seis meses estamos en un escenario distinto, así que todavía queda mucho margen de maniobra. No lo sé, la verdad. No me preocupa en exceso. Me preocupa que sigan trabajando como hasta ahora que están haciendo un trabajo ingente nada más incorporarse hace nueve meses ya. 

P.-  ¿Teme que el proyecto de ciudad que comparten con Cs en Burgos acabe en dos años?

R.- El Partido Socialista tiene un proyecto de ciudad autónomo. Nos presentamos en solitario a las elecciones. El Partido Socialista tiene la capacidad de presentar un proyecto sobre el cambio que hemos promovido suficientemente atractivo por sí solo y mi aspiración es ganar con mayoría absoluta. Pero después de la experiencia con Ciudadanos de ser absolutamente necesario me gustaría volver a contar con ellos.

P.-  ¿De verdad se plantea como estrategia llegar a las elecciones de 2023 de la mano de Cs? 

R.- Es lo que hay que hacer. No hay que hacer cálculos electoralista con eso. Sería una posición muy irresponsable desde el punto de vista de la gestión municipal. Lo que me interesa es acabar el mandato de la mejor manera posible de la mano de nuestro socio porque así demostraríamos también altura, serenidad en la gestión, que el proyecto es sólido y no un cálculo electoralista. Nos presentaremos a las elecciones cada formación cada uno con su mochila de lo que hemos hecho estos cuatro años. El PP si no cambia de estrategia, con una oposición que no ha supuesto en absoluto ningún beneficio para la ciudad; nosotros, con una experiencia suficientemente importante desde el gobierno como para poner en valor todas las políticas y actuaciones que hemos venido desarrollando; y Ciudadanos, en parte, también.

P.-   ¿Hay alguna línea roja que supondría la disolución de ese pacto?

R.- No. No me puedo imaginar qué puede ser. Estamos día a día, también con mis concejales, resolviendo problemas de todo tipo. Hasta ahora no hemos estado de acuerdo sólo en la concesión demanial de El Plantío, pero ahí, como siempre vamos de frente Vicente [Marañón, vicealcalde de Burgos y portavoz de Ciudadanos] y yo, no hay ningún problema. Cuando en algo estamos muy alejados en las posiciones se discute y si no llegamos a una solución no pasa nada. En gobiernos de coalición, también pasa a nivel nacional entre Podemos y el Partido Socialista, a veces hay discrepancias. Mientras sean puntuales y no sobre cosas absolutamente trascendentales, no tiene porqué ocurrir nada.

P.-  Hay dos cuestiones que han marcado la legislatura en Castilla y León hasta ahora que han sido los vaivenes de Ciudadanos y la pandemia. Usted Usted pasó de ser colaborador con la Junta con la pandemia a mostrarse más arisco de cuando en cuando. Pero tampoco es que haya destacado reclamando en exceso al PP y Cs en el gobierno autonómico.

R.- He reclamado lo que creía que era justo y absolutamente necesario y lo que creía que estaba bien, no. Al revés. He respaldado decisiones del gobierno autonómico respecto a la lucha contra el Covid-19.

P.-   ¿Es una decisión suya, quizá, para dejar el protagonismo en ese sentido a Luis Tudanca u Óscar Puente?

R.- En absoluto. No pienso en ellos cuando bien he tenido que respaldar una decisión de la Junta o bien cuestionarla. Hay un antes y un después en la segunda oleada cuando Burgos está liderando las peores estadísticas nacionales durante unas semanas. Ahí entendíamos que la Junta de Castilla y León aplicara las medidas más duras porque estábamos con los peores indicadores. Lo que no pude entender jamás es que cambiaran los criterios de la noche a la mañana y cuando Burgos estaba, en enero o febrero, mejor que nadie siguieran aplicándonos las medidas más duras. Y eso sí que lo recriminé de manera contundente contra la decisión de Verónica Casado y Francisco Igea, que son los que están marcando la línea de actuación en la Junta de Castilla y León. Tampoco me ha parecido correcto que la Junta, también a raíz de esas fechas, porque durante la primera ola me parece que tuvo un papel incuestionable, cambiara el criterio cada dos por tres desorientando a sectores que estaban sufriendo constantemente. A veces contaban la incidencia a siete días, a veces a catorce, los datos UCI…. Se ha generado una gran desorientación y cuando se confunde y se desorienta se pierde la confianza y como instituciones tenemos la responsabilidad de todo lo contrario, de dar certidumbre. He intentado evitar la confrontación excepto cuando creo que se estaban tomando decisiones que perjudicaban a la ciudad. En líneas generales, los partidos no se han comportado responsablemente, entrando en el barro, en la confrontación, utilizando la pandemia como arma arrojadiza y eso no se puede tolerar.

P.-  La pandemia ¿ha cambiado la forma de hacer política?

R.- Desgraciadamente diría que no del todo. Porque veo que, a la mínima, aquellos que están en la oposición intentan utilizar la pandemia contra el gobierno. Hablo de todos los escenarios. Ahora, si ha habido un grupo en una comunidad autónoma liderando la oposición con amplia mayoría, que ha tenido actitudes críticas -y Luis [Tudanca] lo ha sido- pero, a la vez, muy responsable ese ha sido el Partido Socialista de Castilla y León. 

P.-  El PSOE de Castilla y León orbita entre dos grandes personalidades que son Puente y Tudanca. Deje a un lado la amistad personal con Tudanca y la admiración política por Puente que usted ha confesado. ¿Por cuál se decanta para el futuro?

R.- Estás equivocando la pregunta. No hay otra alternativa que no sea Luis Tudanca. Hasta el propio Puente lo ha reconocido. Lejos de desgastar la opción de liderazgo de Luis Tudanca la moción de censura la ha reforzado. La unidad que ha conseguido en todas las agrupaciones provinciales y en todos los cargos públicos del partido es absoluta. Luis Tudanca consigue por primera vez desde el año 1987 una victoria electoral para el Partido Socialista, ganando también las elecciones, por un margen un poco más estrecho que el mío, pero también ampliamente. Está legitimado a seguir liderando este partido y llevar al gobierno autonómico al PSOE. Lo está. Porque fracase una moción de censura no es argumento para desechar todo el trabajo que ha venido sembrando en los últimos seis años y que yo estoy convencido de que dentro de dos tendrá la posibilidad cierta de alcanzar un gobierno autonómico que ya toca. Porque, desgraciadamente, aquí llevamos 34 años de gobiernos consecutivos del Partido Popular.

P.-  ¿Quizá porque la figura de Óscar Puente se proyecta más al ámbito nacional?

R.- No lo sé. Sé que Óscar Puente es un gran alcalde. Con una forma de ser distinta a la mía. Para Valladolid igual le va bien. Cada uno tenemos nuestra forma de actuar. No he encontrado en Castilla y León y en Burgos un político con la altura, el talento y el compromiso con una tierra tan difícil para los socialistas como Luis Tudanca. Es la primera vez que el Partido Socialista presentó a alguien que se cree esto de Castilla y León.

P.- Usted sí pudo recibir en el Ayuntamiento al ministro y no tuvo que reivindicarle en plena calle y delante de los medios los retrasos de las infraestructuras leonesas como sí tuvo el valor de hacer el alcalde de León. ¿Fue valiente el gesto de José Antonio Diez o a un ministro que además es secretario de organización del partido no se le tose?

R.- Aunque sea algo que probablemente, y entre comillas, dé muchos votos a nivel local, aunque sea algo que te puedes sentir hasta obligado, a veces, de poder aprovechar una comparecencia pública con un ministro y aunque -y esto que voy a decir es todo lo contrario a la demagogia- lo más populista es hacer lo que hizo José Antonio Díez en lugar de aprovechar las reuniones internas o los encuentros que yo he podido tener con el ministro Ábalos para ser firme y contundente, dentro de lo que debe ser una cordialidad entre administraciones. Utilizar una comparecencia o un encuentro para evidenciar que ahí está la voz más reivindicativa es prescindible. Tampoco yo las he hecho con la Junta de Castilla y León. He recibido al señor Mañueco, a consejeros de Fomento, Sanidad, Familia, Comercio… El trato institucional cuando se recibe a alguien del Gobierno, la Comunidad autónoma u otro ayuntamiento debe ser correcto, cordial. Más allá de que en las reuniones de trabajo tu debas reivindicar. No es mi estilo. Sé que igual mucha gente en Burgos estaría encantada de que le hubiera dicho cuatro cosas al ministro, al señor Mañueco o a quien fuese de vez en cuando. Por mi forma de ser me cuesta muchísimo ser poco elegante en las formas. Pero lo cortés no quita lo valiente.

P.- Pero, ¿se pasa apuro al estar presente cuando un ministro, un presidente, un cargo público viene a vender humo?

R.- Esto no se lo he contado a nadie. El ministro viene a decir a Burgos lo que yo he preparado en Madrid dos días antes con su gabinete, el secretario de Estado y el director general de Infraestructuras porque la información que ya se traslada aquí es una confirmación de fechas y de proyectos que desde el mes de enero me vienen confirmando. Quiero romper una lanza por la Dirección General de Transportes del Ministerio. Estamos en una fase de seguridad RTMS después de las pruebas ASFA. El AVE va a llegar a Burgos de manera inminente. Para finales del primer trimestre del próximo año o principios del segundo está ya en servicio la línea Venta de Baños Burgos comercializándose billetes. Me parece más responsable que se cumplan los plazos, dure un mes más o menos, de las pruebas de seguridad para tener la vía no sólo más rápida de toda España sino la más segura, que entrar en un juego, que nada aporta, de confrontación para ganar ¿qué? Claro que me corresponde como alcalde ser reivindicativo, pero donde tengo que serlo: en las reuniones, en los ministerios. Y públicamente cuando es necesario. Pero nunca lo voy a hacer gratuitamente. Creo que el ministro Ábalos cuando vino confirmó que la puesta en servicio del AVE va a ser en el primer tramo del año que viene, da unas buenas noticias sobre la ampliación de trenes en el Centro de Transportes de Burgos, de la capacidad para refrigerar más contenedores, que irá a cargo del propio Ministerio y, además, nos da su posición favorable a que vayamos informándole de los pasos que vamos a ir dando sobre el proyecto del corredor central. Fue una visita provechosa. Prefiero eso a otro tipo de anuncios o otro tipo de gestos.

P.- Burgos es la única capital de la comunidad que no va a tener vuelos estivales a destinos turísticos. ¿1,2 millones no dan para más ? 

R.- Pues parece se que no. Lo que no vamos a hacer es pagar más porque no podemos entrar al chantaje permanente de las compañías aéreas.  Tenemos que visualizar que tenemos un aeropuerto que no nos cuesta un sólo céntimo a los contribuyentes burgaleses y que está al servicio de nuestras empresas y vecinos y para la atracción de posibles visitantes. Lo que tenemos que hacer es promocionarlo, pero empezamos desde un punto de partida que es menos diez respecto a otros de las mismas características que el nuestro. En 2015 acontecen una serie de sucesos que lastran el recorrido que habíamos logrado durante los diez años anteriores. Cuesta mucho regresar al mapa de los operadores cuando dejas a gente tirada en Palma, se anulan billetes comprados con antelación, dejas colgadas a centenares de familias en las agencias de viajes. Eso es lo que ha lastrado las expectativas. Mientras tanto, para darle servicio tenemos que seguir contribuyendo para abaratar las operativas de AirNostrum. Pero como nosotros León y otros tantos aeropuertos de la Comunidad y fuera de ella. En un radio de 250 kilómetros tenemos siete aeropuertos alrededor. La competencia es enorme y partimos del último puesto.

P.- ¿Apoya especializarlo como plantea el programa de Tudanca?

R.- Es perfectamente compatible mantener una línea regular a Barcelona o hacerlo compatible con otro tipo de destinos. Hablaban los empresarios que igual interesa más líneas a otros puntos de Europa, como París. Tenemos que consolidar las líneas regulares y complementariamente ya estamos haciendo gestiones. Por ejemplo Flyby School está consolidándose en Burgos cada vez con más vuelos y más pilotos en formación. Estamos ayudando a que amplíen sus instalaciones y estamos hablando con Correos porque creemos que puede tener aquí un punto logístico importante y almacenaje de repuestos para otros aeropuertos.

tracking