«Igual que hay proyectos para llevarse tropas los hay para traer unidades a Castilla y León»
General jefe de la Cuarta Subinspección General del Ejército. Cifra en unos 2.000 el número de militares en Valladolid, y pone en valor su labor en momentos críticos como el de la pandemia: «Ha sido una época muy difícil, pero para nosotros ha tenido la satisfacción de que estábamos luchando al lado de nuestra gente», subraya
Después de tres años y medio en este destino, al general José Rivas Moriana, jefe de la Cuarta Subinspección General del Ejército y comandante militar de Valladolid y Palencia, le llega el momento de pasar a la reserva. Se retira tras una dilatada carrera militar en la que pasó gran parte de su trayectoria en la Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X en la Base de Cerro Muriano (Córdoba), como Jefe del Área de Protocolo y Comunicación.
También pasó por el Cuartel General del Eurocuerpo (Estrasburgo); por el del Ejército (Madrid); por la Brigada Extremadura como jefe del Regimiento Castilla 16 (Badajoz), por el Mando de Apoyo Logístico del Ejército (Madrid) y, tras su ascenso a general de Brigada pasó a Valladolid, donde ha ejercido sus responsabilidades sobre cinco Comunidades Autónomas.
Rivas Moriana acudió ayer a su cita en el programa televisivo La Quinta Esquina de La 8 de Valladolid, EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN y Castilla y León EsRadio, donde hizo un balance que calificó como «extraordinariamente positivo», Tanto «por la parte de la responsabilidad como subinspector general del Ejército», donde ha llevado la gestión «de todas las bases de acuartelamiento del cuadrante noroccidental de la península, comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León, para consolidar proyectos para que sean bases modernas, operativas, y que vayan mejorando las capacidades de nuestros hombres».
Pero el balance también es bueno «en el sentido más cercano, como comandante militar de Valladolid y Palencia, pues además de la satisfacción personal de haber cubierto el operativo que se nos marca a través de la representación institucional, tengo una extraordinaria satisfacción personal por la acogida en todos los ámbitos».
Y es que «cada acto que hemos organizado ha tenido gran cantidad de seguidores, por ejemplo en la apertura de puertas de nuestros cuarteles, en especial el Palacio Real que ha sido un altavoz extraordinario, con el magnífico edificio que es y la historia que representa».
Un Palacio Real que ha sido «la base del encuentro con la sociedad, ofreciendo como espacios culturales todo el entorno. Todo este conjunto de sensaciones, de cumplimiento de las obligaciones, de afectos personales, y de proximidad y cercanía con nuestra sociedad hace que el balance sea absolutamente positivo».
Las actividades en el edificio «se han ido incrementando, con la incorporación de rutas turísticas y teatralizadas con personajes de la época». El Ejército también ha colaborado «con la Concejalía de Cultura, con Ana Redondo para que el Palacio se incorporara como espacio cultural y turístico».
En cuanto a las previsiones, no muy halagüeñas, sobre el mantenimiento de tropas en Valladolid, Rivas Moriana explicó que los proyectos del Ejército son «a largo plazo», y «no solo son de llevarse gente sino de incorporar gente». Puso como ejemplo la base-El Empecinado de Santovenia de Pisuerga, donde se han incorporado 200 hombres: «En todo el entorno de la base hay un proyecto hecho de un polígono de combate en zona urbana, como publicó recientemente EL MUNDO. Hay una serie de proyectos que también son a largo plazo. Hay varios proyectos para incorporar militares en Castilla y León».
Sin embargo «nos encontramos con problemas de financiación para cuajar el proyecto. Con la misma preocupación que vemos que se vaya una unidad, por interés del repliegue de las fuerzas militares, para ser más eficaces, más operativos y utilizar mejor el erario público, de la misma manera deberíamos mirar positivamente los proyectos que hay para Castilla y León».
El general calificó como «uno de los más difíciles» el proyecto de recuperación del antiguo campamento militar de Monte la Reina, en la provincia de Zamora, «por la inversión que se necesita para levantar una base nueva». Pero «igual que ahora hemos trasladado personal de otras provincias a la base del Empecinado, también tenemos proyectos de traslados a otras bases ya constituidas y en los próximos años podrían ir a Burgos, que puede recibir una nueva unidad. Hay promesas, las promesas son proyectos y tienen una voluntad sólida», aseguró.
Eso sí, aseguró que «le gustaría» que saliera adelante Monte la Reina, porque «otros establecimientos no tienen esas condiciones de trabajo». «Por nuestra parte la voluntad es absoluta, hay que aunar esfuerzos de todas las instituciones implicadas para conseguirlo».
En cuanto a la disponibilidad del suelo de los cuarteles que se han desmantelado en Valladolid, mencionó que el acuartelamiento de La Rubia, en una situación «céntrica extraordinaria», está ya «en condiciones de presentar una oferta sobre él y pasar a ordenamiento urbanístico, cuando un inversor presente una oferta y un proyecto de interés».
También, tras la reordenación y reubicación de las unidades del cuartel de San Isidro, ese suelo quedará libre. «Se está realizando la mudanza de una de las unidades que irán al cuartel del Pinar, el Teniente Galiana, y otros se ubicarán en Palacio Real. Hemos hecho en la Academia de Caballería una serie de acondicionamientos para reubicar oficinas y trasladar todo lo que está en San Isidro. El año que viene se podría trabajar en el cierre de ese cuartel», explicó. Una vez terminada la mudanza «en poco tiempo podríamos recibir ofertas para lo que se desarrolle allí».
Ahora quedan en el acuartelamiento de San Isidro «unos cien hombres». Y es que «hoy hay unidades de 50 personas que llevan el trabajo que antes podrían realizar 500. Ahí tenemos una unidad veterinaria para los perros de adiestramiento, la Jefatura de Intendencia que lleva todos los contratos de la zona norte, la contratación y gestión económica... Y alojamiento para transeúntes, donde hay capacidad para 300 personas», añadió.
Sobre el volumen total de militares en Valladolid, Rivas Moriana los cifró en «unos 2.000 efectivos», y puso en valor su labor en momentos críticos como el de la pandemia: «Ha sido una época muy difícil, pero para nosotros ha tenido la satisfacción de que estábamos luchando al lado de nuestra gente. Ver a los militares hacer una desinfección, un patrullaje en el estado de alarma, y dar un poco de tranquilidad en la situación de caos, ha sido muy importante, porque estás trabajando directamente para los tuyos».
De su experiencia en misiones en el extranjero, como las de Bosnia Herzegovina o Afganistán, relata que la primera fue «muy difícil», pues la guerra estaba recién terminada, «pero fue también muy gratificante, abrimos un punto de encuentro entre las familias de un bando y de otro, en una ciudad como Mostar, que había dividido a las familias en dos bandos».
Eso sí, dudó de que la evolución del nacionalismo en España pueda conducir a situaciones similares a la de los Balcanes: «Nosotros tenemos una situación muy diferente a la que se produjo allí. Ni por asomo pienso que eso pueda suceder aquí. Nuestra sociedad es madura, solvente; las instituciones funcionan, y tenemos la salvaguardia de la Constitución. En estos países falló el marco constitucional. Yo lo que sentía al volver es la gran alegría de vivir en un país como el país en el que vivo», concluyó.