Ecofeminismo en las ONG
Cada vez es mayor el número de personas que deciden involucrarse en movimientos ecologistas, como una forma de reivindicar una mejor relación entre el ser humano y la Naturaleza. En la Comunidad hay cerca de 8.000 ‘ecoafiliados’
Que la Naturaleza interesa cada vez más, es algo que se percibe en las conversaciones de muchos de nosotros en el día a día. Pero no sólo hablamos de ecología, reciclaje, medio ambiente…, sino que los medios de comunicación cada vez más apuestan por el toque «verde» en muchas de sus noticias, ya sean de carácter local, económicas o políticas. Esta transversalidad, que siempre se ha reclamado desde la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), es algo que afortunadamente se está asentando en las redacciones.
Como nunca se ha aclarado si fue antes el huevo o la gallina, no sabemos si esta tendencia se ha debido a la necesidad informativa de los ciudadanos o han sido los medios los que han propiciado este interés. Sea por la causa que sea hay una realidad palpable y demostrable y es que este interés se muestra en muchos aspectos: aumento de las tasas de reciclaje, mayor consumo de productos a granel, incremento del uso de la bicicleta….y las búsquedas en el Sr. Google.
En un informe desarrollado por esta compañía californiana se muestra que el interés de los españoles por el Medio Ambiente y la lucha contra el cambio climático se ha incrementado en un 135% en el último año, según el análisis de las búsquedas en Internet. En Castilla y León, según Google, esta demanda de información ha aumentado en un 110%. Otro dato significativo es que al principio del confinamiento crecieron un 20% las búsquedas de temas ambientales, ¿por qué será?
Pero mucho antes de que estos datos arrojaran la inquietud por la sostenibilidad, un grupo de personas, no muy numeroso, ya llevaban mucho tiempo hablando de Medio Ambiente. Esa generación aún sigue al pie del cañón, aportando su experiencia a los movimientos verdes. Pero, aunque no se pueda hablar de un cambio generacional, la realidad es que los jóvenes han llegado a los grupos ecologistas con nuevas ideas y mucha preparación.
Si lo sociólogos dicen que para que haya una auténtica revolución tiene que participar un 25% de la población, aunque estamos lejos, las organizaciones ambientales tienen claro que o apuestan decididamente por la involucración y la movilización o esto no «tendrá futuro». Esta premisa está en el frontispicio de los «nuevos ecologistas».
Es difícil establecer un momento histórico donde situar el nacimiento del movimiento ecologista, pero quizás, tal y como lo entendemos hoy, fue en 1972 cuando el Club de Roma publica Los Límites del crecimiento; un informe en el que se recuerda que el crecimiento económico tiene un límite y que, de seguir con los ritmos actuales (de ese momento), se alcanzarán los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos cien años. ¿Te suena?
Hoy conoceremos a cuatro personas muy involucradas, todas ellas mujeres comprometidas con el planeta y que «militan» en una de las top four de la ONG del sector ambiental: Bárbara Álvarez (WWF), Estefanía Egido (Ecologistas en Acción), Cenaida Lago (SEO BirdLife) y Rocío Sastre (Greenpeace) que representan a esta nueva generación de activistas que unen feminismo y ecología, algo que el escritor César-Javier Palacios, en su último libro ‘Natural Mente’, reafirma, con una expresión contundente: «el futuro será ecofeminista o no será». Hablemos con ellas.
LA NUEVA GENERACIÓN VERDE
Ninguna de nuestras cuatro protagonistas había nacido cuando se dio a conocer el informe de Roma. Son la nueva generación de las ONG. Muy preparadas y con la globalidad como bandera.
Desde la localidad de Villablino, Bárbara Álvarez coordina al grupo de WWF en el Alto Sil leonés. Con tan sólo 27 años ya se ha pateado muchos foros verdes donde ha representado a su ONG. La educación ambiental le lleva a recorrer muchos centros educativos donde explica las peculiaridades de los árboles autóctonos y acerca a los pequeños a la Naturaleza del entorno. Ella sigue la máxima «hablar de lo cercano para ayudar al conjunto».
Esta leonesa destaca de WWF la cercanía que imprimen a las acciones, algo que para ella es fundamental. Como las grandes ONGs tampoco descarta participar en las acciones que se plantean a nivel internacional, pero para Bárbara Álvarez lo importante es que «nunca se olvidan de la importancia de estar pegado al territorio».
Destaca que, en una tierra eminentemente minera, el grupo haya sabido encajar dentro de la sociedad, «aunque no desde el principio»; cree que el secreto ha estado en que nunca «hemos buscado el enfrentamiento», más bien «la conciliación» a través de propuestas que fueran beneficiosas para todos.
Se siente muy orgullosa de su tierra «Villablino siempre lo pongo por delante» y de haber convencido a sus compañeros de WWF para que el campo de formación anual se celebrará en este paraje leonés. «Les daba tanto la chapa, les hablaba del oso, del urogallo, de los montes... que no pudieron decirme que no».
No es nada optimista con el movimiento ecologista en general, ya que cree que los jóvenes no se están involucrando «en nuestro grupo, yo soy la más joven con diferencia, el resto de mis compañeros son de la edad de mi padre».
AL ACTIVISMO
Segoviana, de la cosecha del 84, Estefanía Egido es una «activista», como le gusta definirse, en Ecologistas en Acción. De ella podemos decir que ha vivido en primera persona una gran transformación. Estudio biología en Madrid y realizó un doctorado entre León y Suiza en la especialidad de biomedicina. Parecía que el destino le tenía guardado un buen trabajo en el sector farmacéutico. Y así fue, se incorporó a este sector y pronto se dio cuenta que no su vida no iba por esos caminos.Vuelve a su tierra para vivir en el medio rural. En La Cuesta, una pequeñísima localidad de la España vaciada, en la que apenas viven 40 personas. Desde hace ocho años va todos los días a trabajar en el huerto que tiene en El Caballar.
Su primera «acción» aún la recuerda con cierta nostalgia «se quería hacer un parque eólico en El Guijar, nos movilizamos bastante gente…y no se hizo» Este fue su primer contacto con Ecologistas en Acción, aunque no sus inicios en el mundo del ecologismo. En la facultad y en Segovia colaboraba con Seo BirdLife pero, aunque guarda buenos recuerdos, decidió no seguir en este grupo por «el exceso de jerarquía que tenían» y porque tampoco entendió nunca que «uno de sus presidentes fuera cazador».
Tras El Guijar, impulsa un movimiento emergente, como la red ambientalista segoviana. Le viene a la cabeza las reuniones en la comisión de medio ambiente «nos miraban como si fuéramos bichos raros». Con la perspectiva del tiempo, cree que hicieron un buen trabajo y sobre todo «posicionaron al movimiento ecologista en la sociedad».
Estefanía tiene muy claro que Ecologistas en Acción desarrolla un «ecologismo social» algo que la hace sentirme muy cómoda en el grupo, tanto por las acciones que realizan como el hecho de contar con compañeras «sociólogas, psicólogas, antropólogas...» lo que enriquece la militancia y sus objetivos. No concibe «separar el medio ambiente de la parte social». Para ella, Greta Thunberg y su movimiento ‘Fridays for Future’ han supuesto un espaldarazo a los movimientos ecologistas «de dos años a esta parte se nota muchísimo» y especialmente «entre los jóvenes» que cada vez son más activistas ambientales.
SU PUEBLO Y LAS AVES
La relación de Cenaida Largo con SEO/BirdLife comenzó, ¡cómo no¡ un día de las aves…Fue en su instituto donde se enteró que la ONG lo iba a conmemorar con una actividad en la soriana Fuencantos «y mis padres no pudieron decirme que no, porque es nuestro pueblo».
Con tan sólo 17 años esta jovencísima activista, siempre ha sentido pasión por las aves y por su Soria natal. Su nombre, y no es casualidad, es un tipo de paloma que habita algunos cielos de Latinoamérica. Por lo que, desde su nacimiento, pareció predestinada a colaborar en la defensa y cuidado de los pájaros.
De SEO le gusta «la cantidad de actividades que se realizan» y las propuestas de «conservacionismo y divulgación que tienen en la ONG». Cenaida ha disfrutado de una de las becas ‘Eduardo de Juana’ para jóvenes ornitólogos lo que le ha convertido en una consumada especialista. Estas ayudas las consiguió gracias a un estudio de las aves que habitaban en las graveras de su pueblo.
La joven cree que «es necesario involucrarse en las cosas» y que la gente de su edad «lo está».
DE MOVILIZARSE A MOVILIZAR
Roció Sastre comenzó en Greenpeace como voluntaria y hoy es la coordinadora de la red de voluntariado, una de las claves de los grupos ecologistas. Con sus 36 años, Sastre aún recuerda cuál fue su primer contacto, en su localidad natal de Olmedillo de Roa (Burgos) con el movimiento verde: «tenía seis años y vinieron al colegio a darnos una charla sobre el potencial de contaminación de agua de las pilas».
Estudió, como no, Ciencias Ambientales en tierras charras. Su estancia en Canadá, en el año 2009 le permitió conocer a gente muy «interesante y sobre todo temas de voluntariado». Su paso por Vigo le abre la posibilidad de engancharse a un grupo de voluntariado de Greenpeace y es aquí donde comenzó una relación que dura, por ahora, más de 10 años.
De su ONG destaca el «espíritu crítico» y sobre todo «que sigue queriendo cambiar el sistema». Greenpeace es quizás la más internacional de las top four y pertenece y participa en los foros internacionales donde se toman las decisiones que afecta a la humanidad.
Rocío valora que a pesar «o mejor dicho, gracias a esta dimensión» Greenpeace no haya perdido su esencia de «querer ir a la raíz del problema». Esta chica burgalesa que pasó antes por colectivos de cooperación para el desarrollo y llegó a la ecología por puro sentido práctico tiene claro que «si no hay medio ambiente, no hay ninguna otra cosa».
Le llena de esperanza ver a miles de jóvenes movilizados gracias a ‘Fridays for Future’, por lo que el futuro «aunque les falta bagaje y saber más» está en buenas manos. Aunque nunca se ha «descolgado de un edificio», ha «impulsado los grupos de voluntarios de León, Burgos y Salamanca» y de este trabajo es del que realmente se siente más orgullosa porque le ha permitido «facilitar que personas con los mismos intereses se encuentren y desarrollen acciones en pro del medio ambiente» ya que como ella dice «las cosas cambian con el ejemplo de uno».