Vuelta al aula bajo vigilancia policial
Los alumnos de ESO, Bachillerato y FP de la Comunidad inician el curso, marcado por las medidas de seguridad para evitar contagios por Covid, y lo hacen «muy nerviosos», afirman
Medio año ha pasado desde la última vez que en el bullicio de los adolescentes inundaba los institutos. Este lunes los pasillos volvieron a sentir las pisadas de los estudiantes que regresaron más silenciosas y distanciadas en una vuelta al cole atípica para los 121.650 alumnos de ESO, Bachillerato y FP de Grado Superior de Castilla y León. Los estudiantes retornan con mascarillas y las relaciones sociales entre alumnos del mismo aula tienen medida de un metro y medio para este 2020/2021.
La pintura azul en el suelo del patio marca esta nueva normalidad en el IES Ribera de Castila de Valladolid . Unas cuadrículas señalan los espacios delimitados a la entrada que debe ocupar cada día el mismo alumno en las entradas escalonadas cada cinco minutos. Las tres puertas de acceso están diferenciadas con las letras A, B y C y en el interior hay colocados dispensadores de hidrogel, termómetros de pared y pegatinas en el suelo que sirven de guías, mientras que en las aulas, con numeración distintiva en las puertas, cada mesa señala el nombre del estudiante que se sentará en ella para el resto del curso. «El centro está zonificado para cualquiera que venga sepa entrar», apuntó su director, Fernando García . Este instituto del barrio de La Rondilla estima que estudiarán allí unos 850 alumnos, una cifra similar a otros años que aún no es definitiva porque no se ha cerrado el periodo de matriculación de FP. Mientras que el número de alumnos se mantiene, el de profesores aumenta hasta 99, diez más que el curso pasado . Este incremento está motivado por el desdoble de un aula de 2º de ESO y otra de FP, para cumplir con la ratio de alumnos por aula, además de para poder tener más profesores de guardia que vigilen que se cumpla el protocolo y para que se avise con celeridad en caso de algún posible positivo. La sala habilitada para aislar a los casos susceptibles de covid es la que se usaba para reuniones de padres por lo que este año el AMPA optará por citas online. Además, para cumplir con la distancia, un grupo de Bachillerato dará clase en el salón de actos.
La concienciación en los estudiantes es uno de los factores más importantes para este curso. Por ello, esta primera semana de vuelta al cole se desarrollará bajo vigilancia de las policías locales de cada provincia . En esta campaña, los agentes vigilarán los centros durante el horario lectivo para tratar de concienciar acerca del uso de la mascarilla y de la distancia interpersonal. «Hay que comportarse bien dentro pero también fuera, si no no servirán de nada nuestros esfuerzos», indicó el director del Ribera de Castilla.
Las jornadas previas al comienzo del curso fueron «maratonianas» para los docentes . «Prácticamente no hemos tenido vacaciones», señaló García, quien explicó que en el instituto que dirige hasta el pasado domingo se ultimaron los detalles para el regreso. Este centro invirtió alrededor de 6.000 euros en la compra del material necesario para el cumplimiento del protocolo pero lamentan que economía del instituto «da para lo que da». El IES Ribera de Castilla opta por tomar la temperatura de forma aleatoria a los estudiantes para evitar que entren con fiebre al centro, «si no saben si les toca tendrán más cuidado», comentó el director. Además, a segunda hora y a quinta se desinfectan las aulas, al baño solo se puede acudir en horario de clase tras pedirle permiso al profesor y las puertas de las aulas estarán abiertas en todo momento. Como posible medida excepcional, este instituto estudia la opción de poner la fecha a bolígrafo en la mascarilla de cada alumno para asegurarse de que la cambian.
El sindicato CCOO reitera la «precipitación» e «improvisación» de la Consejería de Educación en el inicio del curso y asegura que algunos centros no cumplen con la ratio de alumnos por aula ni con la distancia de seguridad.
Por su parte, los padres afrontan este curso con «algo de miedo» . Es el caso de Juan Carnicero , padre de una niña de 1º de ESO que se encontraba tan nervioso como ella en este comienzo y, además, con «incertidumbre por la situación» que suma «demasiados cambios» a la rutina de su hija. Vega Magariño es otra de las madres que acompañó a su segunda hija a la puerta del instituto este primer día de clases. «Todo está muy controlado pero si toca, toca», apostilló.
RECREO EN LA CALLE
La hora destinada al recreo es una de las más temidas por los equipos directivos porque es más difícil ejercer un control sobre todos los alumnos para asegurarse de que cumplen las medidas. «Hay que tomar especial cuidado cuando coman el bocadillo», resaltó el director del IES Ribera de Castilla, Fernando García. En este centro una de las medidas puesta en marcha para el recreo es que los estudiantes de primero y segundo de ESO permanecen en el patio del centro en unos espacios separados y limitados, mientras que el resto, a partir de tercero de secundaria, deberán pasar esta hora en la calle. «Les recomendamos que acudan al Parque Ribera de Castilla que tenemos al lado por su amplitud», subrayó García, quien explicó que si los padres lo solicitan por algún motivo concreto que sus hijos no salgan del centro se les adaptará un espacio en el patio del centro escolar.