Castilla y León retoma la actividad en trasplantes y se acerca al número del primer semestre de 2019
El sistema de donación y trasplante de órganos en Castilla y León ha recuperado la actividad normal prácticamente en su totalidad y ha logrado cerrar el primer semestre casi con las mismas cifras que en el mismo periodo de 2019, a pesar de la pandemia que provocó un parón total de este tipo de intervenciones.
En concreto, en el primer semestre de este año se ha llegado a 4 3 donantes que han generado 132 frente a los 49 y 157 del mismo periodo de 2019 , de forma que se ha salido de manera "bastante razonable", según ha explicado el coordinador regional de Trasplantes, Pablo Ucio .
De hecho, la solidaridad de los donantes y el trabajo que se realiza han permitido que se hayan llevado a cabo 45 trasplantes renales en el primer semestre frente a 69 el año pasado, seis cardíacos frente a siete del ejercicio anterior o 41 córneas frente a 34, caso este último en el que incluso se supera el registro del periodo de 2019, informa Europa Press.
La pandemia ha impedido la mejora de los datos del pasado año, algo a lo que se apuntaba por los buenos datos del primer trimestre, que iba "muy bien", pero entre finales de marzo y sobre todo abril se ha producido una paralización hasta el punto de que en esos dos meses sólo se contabilizan dos trasplantes cardiacos.
Esta paralización, ha aclarado Ucio, se ha producido más que nada por precaución y ante la dificultad que suponía no poder tener espacios libres de COVID donde mantener a los pacientes durante los postoperatorios, ya que suelen ser personas inmunodeprimidas, más vulnerables que otras en caso de contagio.
De la misma forma, también el número de donantes ha caído , dado el acopio de camas de UVI para COVID, pero también por un motivo cuyas causas aún no están muy claras y es que ha habido una disminución de las patologías de ingresos que pueden generar donantes.
MENOS DONANTES POTENCIALES
El coordinador regional ha explicado que "han ingresado mucho menos durante la pandemia" , por ejemplo, los pacientes que han sufrido accidentes cerebrovasculares graves, tanto isquémicos como hemorrágicos, que son los que en la mayoría de los casos son susceptibles de ser donantes, al igual que el descenso de patologías como los infartos, dado que también las paradas cardiacas se enmarcan en este perfil de potenciales donantes.
Los datos avalan el parón que se ha registrado, ya que en el primer trimestre se produjeron 26 de las 43 donaciones , los trasplantes renales en los primeros tres meses del año ascendieron a 33 y se redujeron a doce en los tres siguientes o los hepáticos bajaron de siete a tres. Los cardíacos en el primer trimestre fueron cuatro, la mitad que en los siguientes tres meses, y los de córnea han pasado de 31 a diez durante el punto más álgido de la pandemia.
Sin embargo, la actividad se ha ido retomando y, aunque no llega a la total normalidad y se encuentra al 90%, ya se han iniciado intervenciones como el trasplante renal de vivo en Salamanca y el de riñón tanto en la capital salmantina como en el Hospital Clínico de Valladolid, aunque "con unas medidas un poco más estrictas que las habituales".
Precisamente en cuanto a estas medidas, Ucio ha explicado que desde el principio de la pandemia se establecieron una serie de criterios para los órganos de todos los donantes de cualquier punto del país y todos son excluidos del COVID mediante pruebas. Además, se exige ausencia de riesgo epidemiológico, es decir, que si un donante pudiera tener un riesgo alto, aunque diese negativo, tampoco se aceptaría como tal.
El coordinador Trasplantes ha aclarado que en España no se ha documentado caso alguno de transmisión de COVID por los órganos , algo que espera que no ocurra, y tampoco se ha observado de donante a receptor. A este respecto, ha concretado que la gran mayoría de enfermos trasplantados que se han infectado de COVID son trasplantados ya hace tiempo, no en un "postoperatorio precoz" y ha habido muy pocos casos intrahospitalariamente a nivel nacional, ninguno en la Comunidad.
Sin embargo, considera también que es algo lógico si se tiene en cuenta que en la Comunidad sólo se han practicado dos trasplantes durante el confinamiento y la semana antes de la declaración del estado de alarma se hicieron cuatro trasplantes de riñón en Salamanca, pero hasta finales de mayo prácticamente no se han llevado a cabo intervenciones.
RECUPERAR NORMALIDAD Y PREVENIR
Ante esta situación, Pablo Ucio ha apuntado que la perspectiva a corto plazo es intentar retomar la actividad al cien por cien , tras lo que ha añadido que cree que de la pandemia también salen cosas nuevas como el refuerzo de las camas de UCI, de manera que puede ser más fácil atender a enfermos críticos que luego pudieran ser donantes.
Aún así, se "depende" un poco también de lo que ocurra porque esta situación registra unas variaciones estadísticas que no depende de ellos, aunque esperan llegar a esa normalidad y cerrar un año en el que quizá no haya mucha diferencia con 2019, que fue peor que el anterior, en el que se registró récord tanto en donación como trasplante.
En este contexto, Ucio ha señalado el problema de los trasplantes que aquellos que no se han hecho por COVID o el donante que se ha "perdido" no se puede recuperar porque "no se pueden mantener ni generar", es decir, "es una oportunidad perdida".
Por eso, también ahora se mira hacia el futuro y se trabaja en que si hay un rebrote éste tenga la repercusión "mínima" en el sistema de trasplantes.
"No hay otras opciones que prevenir, tratar de tener huecos en UCI si hubiese rebrotes y tratar de tener sitios donde trasplantar con seguridad fuera de COVID", ha afirmado el coordinador regional de Trasplantes, quien ha añadido que son las previsiones sobre las que hay que trabajar.
Mientras tanto, se trata de recuperar esa normalidad total de la actividad, aunque ha reconocido que hay algunas dificultades, por ejemplo de carácter "logístico", ya que hay que realizar pruebas al donante y al receptor, lo que "interfiere un poco maquinaria".