Diario de Castilla y León

Cultura

Un artista burgalés «pinta» a Miranda en el mapamundi

Esteban huyó de un empleo donde no se sentía valorado y hoy se asienta como uno de los mejores artistas urbanos del mundo

Mural que simboliza la lactancia materna y 4º mejor graffiti de 2023

Mural que simboliza la lactancia materna y 4º mejor graffiti de 2023E. M.

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Fernando Hernández
Valladolid

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«Un día me colé en una zona de Miranda en la que había muchas tapias. Yo seguía el paso de lo que hacían otros graffiteros de aquí y escogí una sin permiso para empezar a pintarla. De pronto salió el dueño a gritarme y a echarme la bronca, y al ver lo que estaba haciendo me dijo que siguiera. Cuando terminé, el hombre entró a casa y después de preguntarme cómo pintaba tan bien, me dio un billete de diez mil pesetas. Con 14 años. Ese billete era más grande que yo. Y fue en ese momento cuando me di cuenta de que era realmente bueno en lo que hacía».

Esteban empezó hace 24 años a pintar, cuando era un niño, porque ahora este mirandés no llega a los cuarenta. Utilizaba una bolsa de deporte llena de sprays (la cual tardó en llenar «un huevo») comprados con el dinero que su madre le daba para ropa. Después de cinco años trabajando para una empresa donde «no se me valoraba», como explica él, decidió embarcarse en una aventura en solitario. De su ambición y su creatividad, combinadas con sus estudios de diseño gráfico, nació Tinte Rosa, dedicada a la realización de logotipos y páginas web, pero casi un lustro más tarde abarca mucho más que eso.

«Había veces que pintaba cosas que claro, cuando estás contratado tienes que dibujar lo que te piden, como es normal, pero a veces sentía que no tenía suficiente libertad creativa». Así narra Esteban su cambio de chip, cuando decidió echarse a las calles de Miranda y hacer una ronda viendo paredes y edificios donde poder ilustrar sus trabajos. «Así vi un edificio que me gustaba, y me cuadraba para hacer un mural que más tarde llamé ‘Artista Vocacional’, pero la historia viene de antes», cuenta.

El grupo de música ‘La Regadera’, también de Miranda de Ebro, cuenta con varios éxitos musicales calificados, por ellos mismos, como «inclasificables». Y esto viene al caso porque, entre artistas, suele haber conexión. Por eso, durante una boda y «con dos o tres vinos», como dice Esteban, la banda le enseñó al muralista una maqueta que le habían dedicado, haciendo que una lágrima se paseara por la cara del graffitero.

Volviendo a la pared de antes. «No dudé en ponerme en contacto con los vecinos, que me dieron el visto bueno, y con la Policía y el Ayuntamiento, y después de su respuesta, me puse a pintar», cuenta emocionado Esteban. «Fue una devolución de lo que ellos hicieron conmigo, y quise expresarlo en ese mural», concluye. No solo se llevó el reconocimiento de los vecinos de Miranda y del propio grupo musical, si no que Esteban logró el premio de sexto mejor graffiti del Mundo en el año 2021, otorgado por la prestigiosa plataforma ‘Street Art Cities’, la comunidad más grande del Mundo de arte urbano.

Con este trabajo consiguió dar un salto internacional y ver que su trabajo realmente era bueno para los ojos de los demás. Algo que a Esteban le cuesta un poco asimilar es que un artista de Miranda de Ebro sea uno de los mejores del Mundo. Es algo que él mismo dice que debe valorar más, incluso sus amigos y familiares le empujan a que se lo crea, y es que aunque suene impactante, es uno de los mejores en lo suyo.

A día de hoy, Esteban se dedica a pintar comedores de restaurantes, fachadas, todo lo que tenga que ver con decoración. «Me gustaría conseguir dedicarme únicamente a pintar murales grandes, pero son cosas que van saliendo poco a poco», afirma. También comenta, repasando sus trabajos, que no se imaginaba llegar donde está. «Tengo 17 proyectos abiertos, y sigo dedicándome a las páginas web. De hecho, los restaurantes ‘Bocca’, ‘Carbón’ y ‘La Roca’ me encargaron sus webs, pero sí es cierto que el 80% de mis trabajos son murales y decoración», concluye.

Después de recibir el premio de Street Art Cities, Esteban ha seguido trabajando y «mejorando un poquito», como él mismo lo describe. Por eso ha recibido otro premio por una de sus obras. Esta vez un mural que simboliza la lactancia materna, un encargo de la Asociación Amamanto. Y por eso dice lo de mejorar un poco, porque en esta ocasión se ha alzado con el premio a Mejor Mural del mes de noviembre en 2023, además de situarse cuarto en la clasificación anual. La cuarta mejor obra de arte moderno del Mundo en 2023, que se dice pronto.

Ahora Esteban hace multitud de cosas, y los colegios se han fijado en él para impartir clases prácticas de pintura. Ahora está impartiendo clases extraescolares en el colegio Sagrado Corazón, donde junto a sus alumnos va a pintar dos murales. No solo eso, también se desplaza hasta La Rioja, a algunos pueblos, donde pinta la piscina de esos lugares con la ayuda de los más pequeños. «Ilusiona mucho ver que llegas con las pinturas y los niños te agarran de la cintura y les gusta lo que haces», cuenta el artista.

Nos «chiva» que lo complejo de este arte no es ilustrar la pared o el edificio. Lo difícil es llegar a tener la idea clara, perfeccionar las técnicas y conseguir montar lo que está en tu cabeza, para después plasmarlo en la superficie. «Tardé cinco días en pintar el mural de la Asociación Amamanto». Tenía «jet lag» después de un viaje a Vietnam y me levantaba a las 5 de la mañana, y a las 7 ya estaba pintando. Así durante 10 horas, los cinco días que invertí en la obra».

Utilizó una técnica llamada anamorfosis, basándose en otros artistas que le sirven de inspiración, y fue muy difícil para él conseguir que «al ver de frente el mural, no se viese amorfo, porque lo dibujé en una pared que hace esquina», asegura. También cuenta que ilustrar un pecho de esas dimensiones (3x3 metros) nunca se había hecho, y generó un poco de discrepancia en la Asociación, pero finalmente se lanzaron a ella y, «por suerte», como dice Esteban «no hemos tenido problemas en redes sociales».

«Salí de mi zona de confort y empecé a practicar esta técnica con otros murales hasta que dominé esta técnica. No es solo crecer en cuanto a pintar, si no crecer personalmente con tus técnicas y tu manera de trabajar. No es solo el boceto, es pensar en todo lo que implica: las pinturas, las grúas, decidir las técnicas que se van a usar, pensar en cómo se verá, trabajar con el tamaño y la forma de la pared… Nunca dibujo hasta que todo está bien depurado», confiesa Esteban.

Crear cultura es algo que destaca mucho Esteban. Sus obras han cambiado la forma de ver los estigmatizados graffitis y se han convertido en una parada obligatoria para muchos de los mirandeses. «Se está creando una ruta turística que será oficial en poco tiempo con mis murales de Miranda. La gente que iba a pasear por un sitio, quizás ahora ha cambiado la ruta para ver mi mural y estamos creando cultura. La gente me escribe diciendo que Miranda está cogiendo color, y ahora se percibe el arte urbano de otra manera, se valora más», cuenta Esteban con mucho orgullo.

«Siempre he seguido mi corazón y he sido honesto. Que me reconozcan internacionalmente es como que estoy siguiendo un buen camino. Aprendí el graffiti en la calle y ahí puedes tomar muchos caminos. Por suerte yo escogí uno bueno y esto me enorgullece. Es muy satisfactorio y esto resuelve mis dudas», comenta el artista dejando ver su lado más personal.

«Nunca me faltó el apoyo de mi familia. Hasta mi madre venía conmigo de pequeño y se ponía detrás de un seto para avisarme si venía la policía», confiesa. Ha pintado en Brooklyn, en el Pueblo Nubio de Egipto, en un parque acuático abandonado de Vietnam. «Siempre tiene cabida en mí el pintar», asegura Esteban.

Destaca la libertad de su trabajo. Tanto en cuanto a horarios como al valorar el trabajo de uno mismo. «Creo que la suerte me acompaña, pero lo fundamental es el trabajo». Así concluye Esteban su historia. Una historia «orgánica», como él la describe. Crecer poco a poco, hacer entender a la gente que pintar en las calles no tiene por qué ser vandálico, y demostrar que un hombre con unos sprays de colores puede poner el sello de su ciudad en el Mundo.

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