La familia de la fallecida de cáncer que no recibió asistencia denunciará "en paralelo" a la investigación de Sanidad
La hermana de la burgalesa que murió de cáncer sin ser atendida reclama «justicia» para evitar casos similares
«Quiero justicia para mi hermana. Vamos a ver si se toman soluciones y no hay más Sonias ». Lydia podría decirlo más alto, hasta que se le quiebre la voz, pero no más claro. Después del calvario, y dada la necesidad de que «se depuren responsabilidades» para que no vuelva a suceder algo similar, la familia de la mujer de 48 años que falleció el pasado 13 de agosto por un cáncer de colon sin recibir asistencia presencial en el centro de salud de Espinosa de los Monteros (Burgos) recurrirá a la vía judicial pase lo que pase. Es decir, «en paralelo» a la investigación anunciada por la consejera de Sanidad, Verónica Casado, con el objetivo de esclarecer el cúmulo de despropósitos que impidieron a Sonia Sainz-Maza recibir la atención que merecía tras un sinfín de llamadas en los que nunca dejó de manifestar el agravamiento de su estado.
La propia consejera se puso ayer mismo en contacto con la hermana de Sonia para trasladarle el pésame y, de paso, pedir disculpas «por todos los errores que se han podido cometer». Lydia agradece la llamada, pero espera que las palabras de Casado se traduzcan en hechos, de tal manera que la investigación «llegue hasta el final». De entrada, considera que se debe poner el foco sobre el médico de cabecera que se negó a recibir a Sonia en su consulta pese a los múltiples requerimientos telefónicos , desde el 17 de abril, informando sobre sus dolencias, la falta de efectividad de la medicación, la pérdida progresiva de peso, la fatiga constante o las dificultades cada vez mayores para andar. Ni con esas vio necesario el facultativo realizar una analítica, tuvo que ser la paciente quien la solicitó el 9 de julio al comprobar que su estado de salud iba a peor.
Tampoco pasa Lydia por alto, como ya expuso el pasado fin de semana a este periódico, la atención «absolutamente deficiente» que Sonia recibió a posteriori, tanto en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) como en el complejo vizcaíno de Cruces.
«Es inadmisible ese trato, que en las Urgencias hospitalarias de dos comunidades autónomas diferentes nadie tenga el valor de hacerte una prueba, que te digan que tienes una tendinitis o una lumbalgia y te manden a tu casa», remarca con la esperanza de que se llegue hasta el fondo del asunto y que el Covid-19 no sirva de freno -o excusa- para impedir citas presenciales en casos de gravedad como el que desgraciadamente le ha tocado vivir de cerca. Si algo tiene claro, de ahí la intención de recurrir a los tribunales al margen de lo que determine la investigación, es el que el trágico periplo de Sonia hasta su último ingreso, a mediados de julio en Cruces, «ha sido deplorable de principio a fin».
Obviamente, Lydia es consciente de que existen una serie de protocolos que deben respetarse en la medida de lo posible . Más aún en los tiempos que corren. Sin embargo, no le cabe la más mínima duda -y el caso de su hermana así lo ha demostrado- de que «los protocolos hay saltárselos cuando se ve que la paciente realmente lo necesita y viene con un cuadro preocupante». Por eso, su afán por que se haga justicia no esconde ningún tipo de venganza. Lo único que pretende es que se tome «muy buena nota» de este luctuoso suceso para evitar que otras personas se vean en la misma situación por falta de mecanismos eficaces para establecer un diagnóstico acertado. De igual manera, confía en que nadie tenga que pasar por la incómoda situación de «que te echen la bronca porque dicen que te arriesgas a coger el Covid» cuando alguien, desesperado, se desplaza a un hospital por causas de fuerza mayor.
«Consulta de triaje»
Tras disculparse en privado, Casado expuso públicamente ese «perdón» por «si ha habido alguna cosa que no se haya hecho bien en el sistema sanitario y que haya podido empeorar el pronóstico» . Acto seguido, aprovechó la presentación de la campaña contra la gripe para confirmar la apertura de una investigación «reservada» con el objetivo de «intentar analizar este hecho». Dicho esto, aseguró que la Consejería recopilará «información» para esclarecer los hechos. No en vano, se amparó en el Consejo de los Colegios de Médicos para subrayar que «las consultas telefónicas son consultas médicas», si bien matizó que «evidentemente es una consulta de triaje» y que, por tanto, «no tiene que sustituir a la consulta presencial en los casos en los que sea necesario».
Anunciada la investigación y pedidas las disculpas oportunas, la consejera quiso hacer ver que se trata de un caso aislado que en ningún caso debe empañar la imagen de los profesionales sanitarios . En este sentido, relató el episodio reciente que le contó personalmente una técnica de una Gerencia de Valladolid que acaba de perder a su madre, de 92 años. Según explicó, la familia le pidió «explícitamente» que agradeciera «de manera directa» al médico de cabecera la atención «exquisita» que le prestó a la paciente, fallecida por una insuficiencia cardiaca. Y es que tal y como expuso Casado, el facultativo «no ha dejado de visitarla ni de ir a su casa».