Diario de Castilla y León

ESPÍRITUS LIBRES | JOSÉ CABRERA, PSQUIATRA Y MÉDICO FORENSE

«Lo más peligroso para la mente de un malhechor es ver mucha televisión»

En tierras zamoranas, en la Raya con Portugal, logró su primer destino como forense, después recaló en Ponferrada y también trabajó en Valladolid como psiquiatra militar y forense

José Cabrera, junto a los Carochos de Riofrío de Aliste en el congreso Ahora IlusiónARGICOMUNICACIÓN

Javier Pérez Andrés
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Pregunta.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?

Respuesta.- Decir lo que se siente y lo que se piensa, aunque te equivoques, sin ninguna censura, nada más que tu propia conciencia.

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- De muchas maneras: soy perito en los tribunales, imparto clases en universidades, doy conferencias y participo en medios de comunicación.

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Ser santo y estar en el cielo al lado de San Pedro, pero como no creo que llegue a eso, me gustaría morir feliz.

P.- ¿De qué se siente más orgulloso?

R.- De la gente a la que quiero, de la gente que me quiere. Eso, por encima de todo, y luego ya vienen las medallas, los libros, las universidades, los premios…

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- Ser abuelo, pero depende de mi hija y mi hija es dueña de sí misma.

P.- ¿Qué es para usted el amor?

R.- La entrega a la otra persona sin condiciones, que el corazón te palpite con ella.

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- Bien, estoy a su servicio.

P.- Otro espíritu libre al que admire.

R.- Mahatma Gandhi.

P.- ¿Qué es un forense?

R.- En contra de lo que sale en CSI Miami, es una persona funcionaria de la administración pública que estudia un caso y lo explica en un juicio o a un magistrado.

P.- ¿Los criminólogos aparecen recientemente o siempre estuvieron al lado de los forenses?

R.- La criminología tiene mucha trayectoria, pero sólo en los últimos 10-15 años se convierte en un grado universitario y empieza a aparecer en los escenarios judiciales.

P.- ¿En qué momento se da cuenta de que se va convirtiendo en un personaje mediático por su actuación, como profesional de la medicina, en casos de gran proyección?

R.- El día que, al salir de un juicio, me ponen diecisiete alcachofas en la boca y unas cámaras para preguntarme qué opinaba de un asesino, en el famoso “crimen del rol”.

P.- A la hora de interpretar la ley, ¿se hace caso al informe forense o no?

R.- El informe médico forense es muy importante porque es una prueba, pero no es vinculante para el juez. Aunque está obligado a motivar su sentencia, no está obligado a que le vincule.

P.- Más de 700 homicidas entrevistados y más de 500 autopsias. ¿No pierde el sentido del humor?

R.- Como he vivido ese lado oscuro, necesariamente lucho contra él y cada día que me levanto para hacer algo trágico digo: «Después hay luz”.

P.- Hoy, las autopsias siempre están ligadas al médico forense. ¿Quiénes hacían antes las autopsias en los pueblos?

R.- Cuando no había forense el juez delegaba la función en el médico del pueblo. Esa autopsia judicial siempre ha estado en manos de un médico.

P.- ¿Qué le hubiese gustado ser: juez o detective privado?

R.- Jamás podría haber sido juez. En mi pelea entre la razón y el corazón casi siempre vence el corazón y un juez no puede dejarse llevar por él. Me quedo de detective privado, que es más peliculero e interesante.

P.- ¿El caso más espeluznante y el caso en el que su intervención fue decisiva?

R.- Lo más espeluznante, estar en Nueva York cuando tiraron las Torres Gemelas, estuve al servicio del Consulado de España. Y un caso en el que mi testimonio fue importante fue el del Yakovlev 42. Fui perito de la asociación de víctimas y aconsejé que se hicieran los ADN en Turquía, lo que cambió el caso radicalmente.

R.- En sus clases aborda materias muy amplias, desde la bioquímica y la bioestadística hasta la medicina legal. ¿Todas estas ciencias se juntan en la mente del malhechor?

R.- Lo más peligroso en la mente de un malhechor es ver mucha televisión, porque da todas las claves para engañar, simular y saber cómo hablar en un juicio.

P.- ¿Hay malos de verdad o no siempre son tan malos como parecen?

R.- El hombre no es malo, su conducta es la mala y es la que sanciona la ley. El mal es un ente cuyo vehículo es el ser humano.

P.- ¿Cómo saca conclusiones un psiquiatra forense?

R.- Observando. No hay que mirar, hay que observar, que ya es más difícil, igual que oír y escuchar. La observación es el 90 % de la resolución de cualquier caso.

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