Una ciudad volcada contra el cáncer

«Yo no estaría aquí si no fuera por todo lo que se ha investigado. Porque el tipo de cáncer que yo tuve, al principio, podía estar bien tratado, porque curarte nunca te curas, pero cuando tienes una recaída, una metástasis, ahí lo único que te salva es la medicina. No te salva nada más». Estas palabras, dichas por Beatriz -una mujer que ha tenido la enfermedad- podrían representar el sentir general de todos los que tienen o han pasado cáncer. Es necesario que se investigue, pero también es imprescindible que la sociedad apoye a la lucha contra esta enfermedad.

Valladolid da buena cuenta de ello. Año tras año en la Marcha contra el Cáncer se va a inscribiendo más gente; se ve y se oye que la gente ha adquirido esa conciencia. Prueba de ello son las cifras: cerca de 59.000 inscritos -56.478 registrados hasta el sábado y los ‘dorsales 0’ de última hora-. En una ciudad de casi 300.000 habitantes, esto representa a casi un sexto de su población, aunque hay gente que viene de toda la provincia y otros confines.

Francisco Javier Arroyo García, presidente AECC Valladolid, desvela que «esta ciudad responde de forma generosa y atesora unos valores de solidaridad que no son normales. Somos la ciudad más numerosa en la gente que acude a la marcha, con diferencia en todo el país».

«Cada euro que seamos capaces de conseguir va a ir a investigación», sostiene. «Es la única solución. El futuro del cáncer está por apoyar la investigación, no hay otro. Por la tanto es el progreso de los pueblos, las entidades y sociedades el saber que si apoyas la investigación llevas muy lejos los índices de supervivencia de los enfermos. Estamos en el 53% o 54%. Si doblamos la inversión en investigación en diez años llegamos al 70%. Hay que empeñarse, como sea, en ese objetivo».

Con la recaudación, AECC Valladolid renovará con 180.000 euros la financiación del proyecto de la doctora Irene Ferrer, que estudia la relación entre la exposición al humo del tabaco y el desarrollo de cáncer.

«Lo más importante es apoyar la investigación de la enfermedad. Es un mal que sufren muchísimas personas y quien más y quien menos la tenemos cerca. La acción de la gente de a pie es muy importante porque la Administración tampoco puede cubrir todo lo que se necesita, todos deberíamos apoyar estas causas», expone Elena, una de las 270 voluntarias que velan porque esta octava edición de la Marcha contra el Cáncer salga a la perfección.

UNA CIUDAD VOLCADA

Nada convoca en Valladolid a tantas personas. La lengua de gente que durante toda la mañana caminaba, o corría, por el centro de la ciudad impresionaba hasta a Óscar Puente, alcalde de la localidad, «es increíble que cada año se superen las cifras, cuando ya es muy difícil de superar. Casi 60.000 es una cifra impresionante. Si lo ponemos en proporción con ciudades como Madrid, tendrían que salir más un millón de personas, es una barbaridad», manifestó.

Esta marcha hace que toda la sociedad vallisoletana demuestre estar ‘todos a una’ contra el cáncer. Por el trayecto de 5 kilómetros se podía ver desde a familias, grupos de amigos, monjas y también políticos: del Ayuntamiento, la Diputación, de la Junta o también candidatos de varias formaciones. Todos, de forma indistinta, para apoyar la lucha contra el cáncer y la investigación contra el cáncer.

Para Pilar ya son cinco veces que realiza la marcha y afirma que «se me pone la carne de gallina viendo cómo toda la gente se moviliza y se ha concienciado de que el cáncer es para todos». Ella misma ha tenido que soportar la enfermedad e incide con que «todo vale, cualquier aporte económico vale en la búsqueda de una salida. Cualquier ayuda, por pequeña que sea, es importante. Un grano no hace el granero, pero ayuda al compañero. Y aquí somos muchos compañeros».

Sin parar en toda la mañana están los voluntarios de la AECC. Al lado de la línea de salida se encuentra Carmen, que como desvela también ha pasado la enfermedad. «En mi momento yo lo pasé, fue un choque grande pero luego yo me mentalice y me dije que hay que seguir adelante. Soy voluntaria en el hospital y ahí es donde realmente se ve la necesidad de la investigación y de todo esto», afirma.

En la plaza Zorrilla se encuentra Yolanda, que anima a colaborar con la investigación. «Quien más o quien menos tiene a un familiar que ha estado enfermo. Es vital que todo el mundo participe en algo, por muy poco que sea».