Diario de Castilla y León

Amargo y doloroso centenario de la Unión Deportiva Salamanca

La Unión Deportiva Salamanca nació el 9 de febrero de 1923. Acaba de cumplir cien años, pero no de vida. En 2013 entró en disolución y la ciudad se partió. Surgió Unionistas, como iniciativa del fútbol popular, se reconstruyeron las ruinas de la Unión desde el Salmantino y la guerra no ha amainado

Estadio Helmántico de Salamanca. ALBERTO PÉREZ

Estadio Helmántico de Salamanca. ALBERTO PÉREZ

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ALBERTO PÉREZ | SALAMANCA
Valladolid

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Ha sido un centenario amargo. La Unión que unía se marchó y no hubo acuerdo para reconstruirse juntos. Se tomaron caminos diferentes y se generó una rivalidad jamás vista en la ciudad. Unionistas creció a velocidad de vértigo y el Salamanca UDS cayó en picado hasta la quinta categoría. Entre tanto las redes sociales arden con posturas encontradas y más visceralidad que racionalidad. 

Las leyendas del club lo viven con pesar. Es el caso del mejor portero de la historia charra, Jorge D’Alessandro, Zamora con la Unión en la etapa más exitosa: «Vine a Salamanca siendo adolescente, formé una familia y aquí me quedé. Vivo una tremenda tristeza, hemos perdido algo que es irreparable y no hay consuelo ni palabras». D’Alessandro habla sobre la situación actual: «Si dijera interina sería generoso. Si hablara de caos sería una imprudencia. El Salamanca UDS está despersonalizado, no ha logrado conectar. Unionistas es la energía de los jóvenes queriendo realizar una utopía. Salamanca es muy cainita. Todo pasa por el estadio Helmántico como símbolo de unión».

Si alguien conoce a la ciudad y su sentimiento es Baltasar Sánchez. Lo fue todo en la Unión: capitán, entrenador y secretario técnico. 318 partidos con el club y una retirada heroica como capitán del equipo que ascendió en Albacete: « Me quedo con ese momento y la primera vez que jugué en el Helmántico . No lo olvidaré mientras viva. Siento mucha nostalgia, pena y frustración. Viví 25 años de alegrías y tristezas pero sobre todo amor y pasión por el club de mi vida. Entre todos podíamos haber peleado, pero lo dejamos marchar y ahora la echamos de menos». No está vinculado al fútbol pero sigue de cerca la nueva realidad: «No puedo vivir sin fútbol pero ya no tengo la misma pasión. Deseo que sus resultados sean positivos pero hasta ahí. Son dos proyectos distintos en su desarrollo pero con el mismo fin, veo más consistente y transparente el de Unionistas».

Compartieron defensa y amistad, que aún perdura, durante décadas. Sito y Balta, Balta y Sito. Otro jugador de la cantera, de la casa. Cerca de 400 partidos a sus espaldas, también técnico del club y el ascenso en Albacete como momento inolvidable. Empezó a ver a la Unión con 11 años: «Siento una mezcla de nostalgia y tristeza. Imagino cómo habría sido celebrar los 100 años si no hubiera desaparecido. Creo que hay una división que no beneficia a nadie, y menos al fútbol salmantino».

Sito refleja su lejanía a los dos proyectos mayoritarios: «Los respeto como equipos de Salamanca que son y deseo que les vaya bien, pero no me siento identificado con ninguno. En mi opinión es necesario un proyecto nuevo que empiece desde cero con el objetivo de volver a tener un equipo de todos en armonía y en la élite».

Días difíciles para los veteranos, pero también para los que tiran del carro en los dos proyectos vivos. M iguel Ángel Sandoval preside Unionistas desde 2017 y está a unos meses de ceder el testigo. Ha dado su vida por el club y ha conseguido llevarlo a Primera Federación con un proyecto que ha superado cualquier expectativa: «Tal y como acabó la Unión fue muy triste por el desamparo de instituciones, medios y aficionados. Todo el mundo se da golpes en el pecho y pudieron haber hecho más. Sabemos quién estuvo y tenía poder para cambiarlo. Las instituciones, Hidalgo y muchos aficionados que creían en el borrón y cuenta nueva. A mí ya me queda poco, sé que hice todo lo que pude».

Sandoval tiene a la Unión metida dentro, tanto que la pone por encima del club que preside: «Unionistas y Salamanca CF se han creado en 2013 y no significarán ni un poquito de lo que significaba la Unión. Al menos los niños, que no la conocieron, sienten su club actual pero a los demás ninguno nos podrá llenar ese vacío».

Para definir qué está pasando en Salamanca, el presidente hace un símil con un lugar emblemático de la ciudad: «Es la Plaza de los Bandos. Lo habitual es ser de uno o de otro. Nosotros hemos llegado arriba y estamos orgullosos. Si dices que no eres de ninguno te van a contestar que realmente sí eres de uno o equidistante. Tengo muchos compañeros del grado que eran de la Unión y ahora de nadie. En esta vida no hay que ser siempre hidalgo, mejor ser de uno mismo».

No hay vínculo posible con el Salamanca UDS, ninguno : «Al 200% porque nos separan muchas cosas. Primero por cómo se trata a la UDS. Queríamos ese escudo para respetarlo. Cada vez que nos hemos juntado ha habido daños que solo han agrandado la división. Para mí un domingo feliz es que gane Unionistas y pierda el Salamanca. Hemos intentado por el bien de la ciudad tener buena relación, pero sentimos que nos han engañado. Para seguir nuestro camino no necesitamos a nadie. Nos hemos llevado muchos tortazos». A la hora de encontrar la causa de esos golpes, Sandoval encuentra una razón: «Porque no nos doblegamos. Tenemos una filosofía que se entiende mejor fuera que en Salamanca. Reconocen que voluntarios de Salamanca, sin ganar un duro, han competido contra gigantes. En nuestra ciudad, si un clavo sobresale le pegan con un martillo». Si ellos tienen algo que ver en esa imagen, hace esta reflexión: «Unionistas no nació con el objetivo de estar en Primera RFEF sino en contra de quienes querían utilizar el nombre del Salamanca. Fuimos duros y se nos vio como radicales, pero creo que debíamos hacerlo. Con los años nuestra postura se ha suavizado, pero si alguien quiere manchar a la Unión iremos contra ellos».

Dada por imposible la fusión, ve de esta manera una posible tercera vía: «En 2013 como portavoz de Fondo Joven dije que apoyaría cualquier proyecto que no tuviera nada que ver con la Unión. Puedes tener sus valores, sus colores pero que no se confunda con la Unión. Ese proyecto es Unionistas. No sé si apoyaría otro porque ya estoy cansado de fútbol, pero no estaría en contra. Soy salmantino y español a muerte. Lo básico es que no se utilice la historia, ahí sí me tendrían enfrente».

Del futuro y el bloqueo para que el fútbol crezca, Sandoval ofrece este argumento: «Es evidente que con un solo club el objetivo sería más fácil. Ya hubo uno que representaba a todos y nos hemos comido tardes de 4.000 personas e incluso 2.000. Ahora que uno despunta parece que se quieren fusionar equipos».

Unionistas no renuncia a nada, incluso a que su apuesta por el fútbol popular pueda colarse en el negocio de La Liga: «Si es exigencia convertirse en Sociedad Anónima lo haríamos , pero hay muchas maneras de cumplir la ley y saltártela por otro lado. En Alemania existe el sistema del 51%-49% donde los socios siguen teniendo la mayoría de la decisión. No queremos ser una SAD pero si estamos en una categoría donde se exige tenemos que cumplir». 

Al otro lado de la ciudad camina moribundo el Salamanca UDS. Ha bajado a la quinta categoría donde ni siquiera es capaz de dominar. Demasiadas penurias para Emilio García, que lleva más de 20 años en su Peña Blanquinegra siguiendo a la Unión y al nuevo club: «Sigo creyendo que este Salamanca es una continuidad del otro. Que sea más o menos Unión me parece una pelea absurda. Hay gente que ha montado otro equipo y solo pido respeto, lo primero son los valores deportivos. Puede haber rivalidad, otra cosa es que el enfrentamiento ha llevado a insultarse gravemente».

Si desde el Reina Sofía no dan ni una opción a fusionarse, desde el Helmántico coinciden: «Es imposible. Creo que se han llevado las cosas al extremo. Habría alguna posibilidad entre gente normal, que no se pasa todo el día en las redes sociales. Tengo amigos allí. Hay mucha gente que no se atreve a decir que si un día se unieran serían felices . Con gente menos impulsiva y la sangre menos caliente habría alguna posibilidad. No me gusta el color que ha tomado nuestro club, pero tampoco ellos». Un bucle que no parece tener fin. Un enfrentamiento enconado sin puntos medios. Así ha quedado el fútbol charro tras la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca.

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