Científicos demuestran que el yoga infantil enseña a los niños a aprender a gestionar sus emociones, reforzar el vínculo con las madres y reducir sus niveles de estrés
El yoga infantil es mucho más que una actividad. Es un aprendizaje y una herramienta para la vida. Es ese hilo conductor que permite a los niños conectar con su cuerpo, descubrir sus emociones y aprender a gestionarlas. Ayuda a tener una relación más sana con el estrés o una mayor capacidad de concentración. El yoga además, mejora la postura y la flexibilidad de los más pequeños al tiempo que refuerza su autoestima e incluso redunda en un mejor rendimiento académico, según informa Ical.