La Palencia natural se rinde a la berrea
El espectáculo, que puede ser presenciado en el norte de la provincia y en el Monte El Viejo, se prolongará hasta el puente del Pilar tras adelantarse
Con la entrada del otoño, Palencia asiste a la llegada de la berrea , que se puede disfrutar en la zona de la Montaña Palentina, el destino preferido para contemplar este espectáculo natural que se ha adelantado con respecto a otros años , aunque no es el único. El Monte el Viejo, a un paso de la capital, también es protagonista del fenómeno.
“ La berrea está siendo muy buena, pero más temprana, dado que por el 10 de septiembre ya se podía apreciar ”. Por norma general, el fenómeno comienza a mediados de septiembre, dependiendo de la bajada de temperaturas y la presencia de lluvia. De este modo, la berrea finalizará antes, motivo por el que no sobrepasará el puente del Pilar, explica a Ical la monitora de la Casa del Parque de Cervera de Pisuerga, Minerva Archaga.
Explica que a los animales les influye el fotoperiodo, es decir, que las tardes se vayan acortando . Además, deben de “ mojarse el lomo ”, por lo que son importantes las “ bajas temperaturas, la lluvia o humedad y los periodos de luz ”. Los machos localizan a grupos de hembras, que suelen encontrarse en terrenos de buena alimentación otoñal. Tras ello, marcan a esos grupos con orín o rozándose con los arbustos cercanos para impregnar la zona con el olor de cada macho. De esta forma, delimitan el pequeño harén que ellos han elegido.
El ruido de la berrea sirve para “alertar a otros machos de la zona de que son más fuertes que ellos y para evitar que se acerquen a las hembras que ha elegido”, aunque, los berridos “se comienzan a contagiar y cada ciervo lo hace de la manera más fuerte que puede para intentar mostrar su poderío”, puntualiza Archaga.
Lucha por la hembra
En el momento en el que interfieren dos machos en el mismo territorio se producen “luchas muy intensas con las cuernas, las cuales se pueden prolongar en el tiempo si los dos ejemplares son de similar tamaño”. Un ritual “curioso con el que comienzan a caminar en paralelo mirándose de reojo entre ambos hasta que llega el momento en el que chocan las astas”, añade.
Tras en el enfrentamiento, el vencedor se queda con el grupo de hembras y el derrotado se retira de la zona. Según la técnico de Medio Ambiente, este fenómeno es “pura selección natural", dado que la “potencia de la cuerna y el poderío se representa con los machos mejores dotados”. Tal es así que un estudio reciente en la materia asegura que el “tamaño de la cornamenta está relacionado con la fertilidad y, por consiguiente, con la cantidad y la calidad del esperma”, explica.
No obstante, las hembras “no están siempre receptivas, ya que entran en celo cada 19 días durante este periodo”. Este es el motivo por el que hay ocasiones que los machos “montan a la primera a las hembras”, pero, en otras ocasiones, “no ocurre así y se resisten hasta la llegada del nuevo celo”, detalla.
El periodo de gestación trasciende ocho meses, y la hembras viven hasta 20 años. Son más longevas que sus compañeros, que rondan las 13 temporadas, por lo que, a partir del tercer año, ya son adultos y pueden aparearse.