Diario de Castilla y León

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Sigue vivo. Y lo que le queda. Pese a que algunos ya le daban por muerto, políticamente hablando, y amortizado, incluso entre los suyos, léase José Antonio Diez, Diego Moreno y el más grande entre los grandes de la incoherencia política, Emiliano García Page, Pedro Sánchez sigue vivito y coleando, demostrando una vez más que es un superviviente nato de la política. Eso sí, habrá que ver cuánto le dura. Lo dirá el ‘caso Koldo-Ábalos-Cerdán’ y la UCO.

Y todo para desgracia del arrendatario de la calle Génova, hasta que quiera su arrendadora Isabel Díaz Ayuso, y de estos suyos que alzan la voz pero siguen en el redil del partido. Será por aquello de que, como en el Real Madrid incluso perdiendo, fuera hace mucho frío.

¿Y ahora qué? ¿Cuál será el siguiente paso? Y no, no me estoy refiriendo al arrendatario Alberto Núñez Feijóo, que ese ya dejaba marcada su linde en su intervención en el Congreso de los Diputados. Hablo de los contestarios de la incoherencia, política claro está. ¿Qué van a hacer ahora? Uno puede discrepar, criticar y decir las que las verdaderas del barquero que considere, faltaría más. Pero dentro de esa coherencia, política, si lo que ve en su partido, todo eso que critica y que no le gusta continúa quizás debería plantearse si continuar él en el seno de una organización que parece claro ya no le está representando. Porque lo que parece resulta evidente que quien no se va a ir, a corto, medio y ya se verá si a largo plazo, es Sánchez a quien, conviene recordarle a los de la incoherencia, todavía apoyan mayoritariamente en el partido.

Lo que no se puede hacer ahora es poner en solfa todos los procesos internos. Los mismos procesos, por cierto, de los que nada han dicho ni criticado hasta este momento. Esos en los que han sido vapuleados. Y tampoco vale el decir ahora aquello de que esto se veía venir o el yo los calé al instante. Eso se llama ir de listos, aunque sea cierto que al tal Koldo este se le ve venir de lejos.

En política, como en todos los actos de la vida, uno tiene que se coherente con lo que hace y dice. Todo, dentro de la legalidad, es defendible y, por supuesto, todas las opiniones son respetables. Pero si cuando lo que uno defiende nada, o cada vez menos, tiene que ver con los postulados del partido al que representa tiene que tirar de coherencia e irse con la música a otra parte. Si tú quieres un León solo y tu partido, aquí en Castilla y León y en Madrid lo quiere como está, acompañado de Castilla, o reculas o te vas. Si lo que la militancia ha elegido con sus votos, por cierto con tu aplauso en el congreso autonómico, ya no te vale porque sí, el camino que queda es claro.

El dedo de Guzmán apunta a la estación para todos aquellos que no estén a gusto en León. El mismo dedo con el que a estos de la incoherencia ya le están enseñando la puerta de salida en el PSOE. Claro que esto es largo y manda la UCO.

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