Azucarera, la estrategia de la falacia para culminar con un cierre anunciado

LO QUE LLEVABA SIENDO un secreto a voces en el campo de Castilla y León desde hace años toma forma. Azucarera, marca hispana de British Sugar, afronta una cruel y traumática reestructuración en su negocio que acabará con un par de centenares de empleos en sus instalaciones de Castilla y León. Con La Bañeza (León), como principal damnificada con el cierre de su histórica planta, de más de cien empleos y un histórico polo laboral. Azucarera lleva negando la evidencia tiempo. Y la evidencia es que se ha dejado envejecer y desactualizar a posta la instalación de la localidad bañezana con el claro destino de cerrarla. También se ha ido dejando caer su actividad. En los últimos años muchos remolacheros de León y otras provincias ya habían encontrado refugio en la vallisoletana Acor. Así es una cooperativa vallisoletana al rescate del cultivo estratégico de la remolacha en León. El rescate y la oportunidad que no ofrecía Azucarera, con sedes también en Miranda de Ebro y Toro. En esta última dice que centrará su producción. Otra falsedad, porque su estrategia no está ligada al cultivo, sino sólo a la producción con suministros foráneos en la producción de azúcar con otras materias primas que no es la remolacha.
Hace tiempo que venía mermando la actividad de La Bañeza, pero los sindicatos no protestaron ni lo advirtieron. Los mismos que ahora se tiran de los pelos ante el cierre. Un cierre anunciado y pronosticado, con datos y argumentos, hace tiempo por este periódico. Pero a cada advertencia, Azucarera se apresuraba a intentar tapar la realidad con estrategias trampas. Trampas en las que algunos cayeron, como los dirigentes sindicales y los políticos locales que también se vendaban los ojos ante la realidad. Pero la realidad es tozuda y la verdad más.
Azucarera ha jugado con las expectativas de un territorio que es líder en la producción de remolacha, un cultivo estratégico. España necesita importar azúcar para cubrir su demanda interna. Y esa es la estrategia de la británica azucarera, el uso de otros cultivos más baratos para la producción de azúcar.
Veremos cuánto aguanta en el norte la planta de Miranda de Ebro, la que dicen los de azucarera que es en la que van a concentrar la producción de azúcar con el cultivo local. Apostamos que poco. Azucarera es libre de hacer lo que quiera con sus plantas y sus empresas. Incluso de mentir, como ha hecho hasta que ha soltado el hachazo. Castilla y León debe ser libre y soberana para no creer más en embustes. Empezando por la Junta, que ha ejercido en exceso la contemplación ante la multinacional británica y su entramado de estrategias de la falacia.