Diario de Castilla y León

Nicanor Sen y Jacinto CanalesMiriam Chacón

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Si al delegado del Gobierno, Nicanor Sen, y al subdelegado en Valladolid, Jacinto Canales, hay que explicarles que tomar imágenes en la vía pública es un derecho fundamental y constitucionalmente amparado, es que están de sobra y demás, uno y el otro. Visten un cargo que les queda grande. Y si no hay que explicárselo, que es lo lógico en quienes ostentan el mando de las fuerzas de seguridad del Estado en Castilla y León, qué es lo que hacen los dos de brazos cruzados después de constatar el acoso, hostigamiento y amenazas que sufrieron los fotógrafos el otro día en Valladolid cuando hacían su trabajo por parte de un Policía Nacional uniformado y embravuconado. “Te aviso”, amenazó en varias ocasiones el agente cuando el fotógrafo pretendía tomar imágenes desde un puente, en la vía pública, del suceso del joven de Zaragoza hallado en el río, que tuvo en jaque a la ciudad durante dos semanas. Hasta amenazó con detener a quien sólo tomaba imágenes en un espacio público por el que pasaban decenas de personas, observaban e incluso tomaban imágenes con sus móviles. Si este agente desconoce que él no está por encima de la ley y el Estado de Derecho, hay que devolverlo a la academia de policía, de donde nunca debió salir. Es un peligro público que vista un uniforme, y además vaya armado, quien cree que él es la ley. La obediencia debida no les sirvió a los nazis en Nuremberg y no le sirve a este individuo, que lo único que hace, además de poner en peligro la seguridad ciudadana y la propia democracia, es manchar la imagen de la Policía y de sus compañeros que sí saben que cualquier persona puede tomar imágenes en un espacio público. Y que no se puede usar el uniforme para ejercer un abuso de poder, poniendo en riesgo el trabajo de nadie.

No es un hecho puntual. El hostigamiento, el acoso y las amenazas son crecientes en Valladolid. Y ocurre alimentado por el silencio de los responsables políticos y policiales. ¿Van a hacer algo o adoptar medidas disciplinarias, para empezar, contra el agente? El encubrimiento, que no corporativismo, como con la pederastia en la Iglesia, es el mal que alienta comportamientos corruptos. ¿El delegado y el subdelegado van a tomar medidas, a la vista de que los mandos policiales están cómodos con estos comportamientos, o van a seguir ejerciendo de políticos inútiles? ¿Y el resto de partidos de Valladolid van a levantar la voz ante estos atropellos? Porque de momento el senador de Segovia, Juanjo Sánz Vitorio (PP), el único que lo ha hecho, ha evidenciado la ineptitud de los políticos de Valladolid, que están para cobrar, pero no para hacer. De las organizaciones periodísticas, mejor no esperar nada, no sea que acaben atacando a los informadores. La peor clase política que hemos conocido en democracia, que mira para otro lado ante los atropellos a la Constitución por parte de quienes tienen la obligación de defenderla. Como diría el fiscal del juicio contra la dictadura argentina, Julio César Strassera: Nunca más. Intolerable. Y el silencio de Sen, Canales y los mandos policiales, más.

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