Desconcierto
Quién hubiese pensado hace unos meses que el mundo estaría patas arriba. La decisión del presidente estadounidense Donald Trump de establecer disposiciones arancelarias ha hecho mutar la geoestrategia, la geopolítica y la geoeconomía. Este hombre quiere sentar a negociar a sus competidores. Todos los escenarios están abiertos. No sería una quimera que, a los aranceles, le siguieran otras medidas del mismo calado como la protección de tecnologías, patentes y conocimiento científico, el establecimiento de cuotas de importación y barreras administrativas, la concesión de subvenciones directas y subsidios gubernamentales a las empresas locales o el fomento del consumo interno con la correspondiente promoción de los productos nacionales. Se están alejando aquellos días donde el libre comercio y el intercambio de bienes y servicios se habían convertido en la regla general del mercado.
La política arancelaria de los Estados Unidos es un golpe a la línea de flotación de la globalización. Las negativas consecuencias que va a tener a nivel nacional, regional y local van a ser demoledoras y no sabemos a dónde llegarán. Lo que sí es una evidencia es que nuestra economía, especialmente el sector primario (agricultura, pesca y ganadería) y el sector secundario (la industria), van a sufrir mucho. Varias son las cuestiones de fondo que se plantean. Por un lado, Estados Unidos no quiere que su moneda, el dólar, deje de ser la divisa en las transacciones internacionales. China y sus países satélites están trabajando en ello desde hace tiempo. La potenciación de los países que constituyen los BRICS es buena prueba de ello. Por otro lado, el país norteamericano está obligando a los países europeos a pactar unas nuevas condiciones económicas de sus exportaciones.
Fíjense cómo están las perspectivas que se avecinan en los próximos tiempos que los equipos económicos del gobierno de la Nación y de la oposición, que no encuentran casi puntos de conexión en la mayor parte de asuntos, se han avenido a estudiar y analizar el impacto que van a tener los aranceles en nuestras finanzas. En Castilla y León el presidente de la Junta ha convocado a los agentes del Diálogo Social, a las entidades pertenecientes a los ámbitos económicos más afectados, a los partidos políticos y a la Federación Regional de Municipios y Provincias para coordinar una actuación conjunta ante este ataque sin precedentes a los sectores productivos de nuestro territorio. Con las cosas de comer no se juega.