El PSOECyL, entre la caricatura de sí mismo y el esperpento de la política

EL PSOE DE Castilla y León ha decidido convertirse en una caricatura de sí mismo. Ha entrado en una espiral de desconcierto y desatino que sólo sirve para agudizar la crisis interna desatada con las críticas contra su secretario general por parte de un grupo de procuradores, el núcleo duro de Tudanca, pillados por un micrófono abierto del hemiciclo del parlamento. La organización que ahora dirige Carlos Martínez no acaba de culminar la transición, fruto precisamente de la lentitud en adoptar los cambios y la confección de equipo en el grupo de las Cortes que tenía previsto desde incluso antes del congreso de Palencia.
La última es, después de anunciar a bombo y platillo la solicitud de la renuncia a la Mesa de Cortes de Ana Sánchez y Diego Moreno, poner a la escena tal decisión hasta que el PP se comprometa a no llevar candidatos a las dos vacantes que dejarían estos dos procuradores. Algo que pasa por el encuentro entre Carlos Martínez y Alfonso Fernández Mañueco en el encuentro del viernes. El PP podría copar la Mesa de Cortes y dejar sin representación al PSOE si finalmente, tras la renuncia de estos dos, los populares ofrecen candidatos en el pleno. La votación es secreta y abierta. El PSOE de Carlos Martínez necesita irremediablemente del concurso del PP para renovar su presencia en la Mesa con la figuras de Nuria Rubio y Virginia Jiménez. Pero eso ya lo debería saber. La imprevisión y el desconocimiento no es una opción en política. La desidia es la opción de la desgana y el ridículo.
Todo este desgaste que está autoimponiéndose el regidor soriano y su equipo le va a suponer un sobreesfuerzo para intentar convencer, primero a su masa, de que quienes no son capaces de regir y ordenar su casa, tienen aspiraciones veraces de gobernar Castilla y León.
El PSOECyL ha vivido su semana horribilis, asemejado más a un circo con fieras sueltas y sin domador, que a una organización política. Cuanto más tarde en recomponerse de su desatino y del esperpento que está protagonizando mayor será el desgaste. Y las elecciones, aunque en marzo del próximo año, están a la vuelta de la esquina. De momento la figura del jefe de la oposición no está logrando el crédito necesario. Y todo viene propiciado por ese ingenuo concepto de la transición modélica que trató de vender Martínez, con Tudanca en el liderazgo compartido, y la desincronización entre la dirección orgánica y la parlamentaria. El PSOECyL es, a vista de todos, lo que es el grupo parlamentario del PSOECyL. De momento, peor imposible.