Altura política: Pacto de comunidad en favor del empleo y la vivienda

Oficina de empleo
AYER FUE OTRO de esos agradables días en los que los jinetes del apocalipsis y el todo va mal, de cualquier orilla ideológica y latitud, no pudieron cabalgar a gusto. El paro sigue bajando en Castilla y León. Escasa bajada, pero significativa tratándose de febrero un mes que suele resentirse en el empleo con el fin de la temporalidad de los contratos coyunturales de fin de año y Navidades. Es el mejor febrero desde 1982, cuando Naranjito anunciaba por todo el país que se asomaba un mundial de fútbol a nuestros estadios. Ha llovido y España ha progresado y con ella Castilla y León. Por mucho que le pese a los profetas del apocalipsis capaces de exhibirse como tuertos con tal de que el rival político se quede ciego.
El empleo avanza en Castilla y León. Avanza en España. Y ese es el mejor síntoma de una economía sana, que contribuye a la salud democrática y social de un país y sus territorios.
Siempre habrá quien se queje que el empleo creado y pardo disminuido es poco. Entre esos estarán los inconformistas que trabajarán alentados por la ambición, pero también estarán los victimistas que se regodean cogiendo el rábano por las hojas.
Hay camino por recorrer. Y el camino, además de seguir creciendo en empleo, algo que es mérito fundamentalmente de empresas, autónomos y emprendedores, también hay que mejorar en estabilidad y en salarios. España tiene un problema, que es común a todos los territorios, aunque en algunos se agudiza con la lacra de la vivienda, inalcanzable ya para muchos, especialmente para jóvenes. El problema es que a lo largo de los años el coste de la vida ha crecido para converger con países centroeuropeos, pero los salarios no lo han hecho de la misma forma. Ese es un problema que procede de la indolencia política, como procede la lacra de la falta de viviendas y el desorbitado nivel de los alquileres en determinadas ciudades. En Castilla y León, por ejemplo, ya en muchas capitales de provincia. Un problema que ha contaminado al medio rural, donde las empresas no encuentran trabajadores porque los trabajadores dispuestos a ello no encuentran donde residir.
Esto es donde debe trabajar la política. No estaría de más que los grandes partidos, también aquí en Castilla y León, encontraran un lugar común por el progreso en asuntos, que deberían salir de la revancha política, como el del empleo o la vivienda. Dos buenos escenarios para un pacto de comunidad con altura de miras política. En manos de PP y PSOE está.