Hoy, nuevo CIS de Tenazas

NO EXISTE nadie tan impredecible como Sánchez. Capaz de sorprenderse a sí mismo. Posiblemente se enteró por sí mismo de lo que iba a hacer ayer a las once de la mañana tras tener a Feijóo cinco días en vilo, y en vela, en viento en popa a toda vela. Es lo que tienen los ególatras, que se miran al espejo y no dan crédito. Aquí, en el gobierno de la Junta, tuvimos una pareja de ellos, pero se disolvieron en su propia salsa, salsa de vanidad a la arrogancia. Un tuit de Mañueco adelantando elección también ayudó al guiso. Y de esa guisa salieron de nuestras vidas y nuestra Sanidad. Es más que seguro que ni Sánchez se hubiese confesado a sí mismo lo que iba a perpetrar en la mañana del lunes tras los cinco moscosos de reflexión. Y estaría por apostar que lo supo al mismo tiempo que el resto de los españoles. El «siuuuuu» que se escuchó en el hogar presidencial cuando desveló que venía para volver y se quedaba para mantenerse seguramente era de su amada esposa, que es más que probable que no tuviera ni idea de lo que iba a soltar su cónyuge cuando asomó por la puerta de La Moncloa camino del atril. Porque Sánchez no le dice la verdad ni al texto que está leyendo. Sánchez hizo lo que se esperaba de él. Lo que le dio la gana. Hoy saldrá una nueva encuesta del CIS de Tenazas, José Félix Tenazas. No será numérica la valoración de Sánchez, como la del resto de los líderes. Será cualitativa. Y le salen las dos puntuaciones máximas: ‘Puto Amo’ y ‘Me La Suda’. Cómo lo conoce Puente, que ya se veía con un pie fuera del Falcon y viajando con las ofertas de Ouigo, cuando asomó la carta su amigo por Twitter anunciando que iba a pensarse si simplemente se quedaba o solamente seguía. Por otra parte, al PP se le ha quedado cara de Feijóo, que es lo mejor que te puede pasar después de semejante vacilada. O el PP sale del laberinto de Sánchez con premura o corre el riesgo de aletargarse en esa especie de extravío en el que viven atrapados. No las cheiran.