Diario de Castilla y León
Luis Tudanca, en una imagen de archivo.-ICAL

Luis Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León. ICAL

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ANDA AHORA Tudanca, Luis, como el pastor del cuento del pastor y el lobo, diciendo sin parar que viene el lobo. El lobo electoral, pero no camuflado de abuelita, sino de adelanto. Es una mera sobreestimulación después de que hace año y pico no diera crédito a las advertencias de este periódico de que Mañueco iba a adelantar comicios para sacudirse la rémora de Ciudadanos. La prueba de que era un lastre insoportable es que ya no existe y ahora se ha refundado en una cosa que se llama Izquierda Española, bajo el afrancesado apodo de jacobinos. Pura coherencia de centro. Y pa dentro. Y eso tras pasar por un invento que llamaron Nexo, el jacobino de aquí con Edmundo Bal, ese que se presentó a las elecciones de Madrid y dejó a deber para las próximas. Ahora le preguntas a Tudanca por los retrasos en las autovías de Castilla y León y te espeta que todos los síntomas apuntan a que habrá adelanto electoral. Lo que no dice es cuándo. Aunque se supone que será con las europeas. Porque no queda otra. En cualquier caso, cualquier cosa que pueda pasar dependerá del 18 de febrero y lo que haga Rueda en Galicia. La cosa, de momento, rueda. El PP de Castilla y León transita entre dos pánicos. Del agua caliente el gato escaldado huye. El pánico de un nuevo adelanto electoral sin la consecuente mayoría absoluta. Y el pánico de llevar a Castilla y León a otros comicios en solitario, con todo el foco nacional instalado sobre Mañueco. Si se impone este segundo pánico, pese al primero, habrá elecciones en mayo. Sin duda. La opción antipánico es agotar la legislatura. Es decir, elecciones en verano de 2025. Lo cual no garantiza la coalición, que es la variante que nadie contempla. Mañueco hace cábalas. Como estratega es imbatible, pero también inescrutable. Sería mucho aventurar que el final de la coalición PP-VOX llegará con el final de la legislatura completa, o lo contrario. Tudanca no quiere elecciones ni harto de vino, aunque intente disimularlo.

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