Diario de Castilla y León

JESÚS PESTAÑA

200.000 hectáreas de vida en 30 años

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Los forestales estamos de celebración porque el Programa de Forestación de Tierras Agrarias cumple 30 años de existencia. Con este programa, una parte de la tierra de nuestra Comunidad ha pasado a ser forestal. Un pequeño cambio para el propietario, pero un gran cambio para el patrimonio y la cultura forestal de todos. Los propietarios forestales han sabido adaptarse a un nuevo tipo de trabajo, que pasó en algunos casos de sembrar cereales y hortalizas a plantar especies arbóreas. Con ello no sólo cambió su actividad profesional. Cambió el paisaje y cambió el tejido social de muchos municipios de Castilla y León, que crecieron y fijaron población por las oportunidades laborales que daban estas ayudas. El programa de Forestación de Tierras Agrarias dio vida a nuevos bosques y dio vida a los pueblos. 

Y por esa razón, FAFCYLE, los selvicultores, y la gente del mundo forestal estamos de celebración. El próximo día 18 de diciembre se presentarán en el auditorio de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio los resultados de estas ayudas, que han supuesto la forestación de más de 200.000 hectáreas y la plantación de más de 250 millones de árboles en la Comunidad de Castilla y León. La que más y mejor ha aprovechado esta oportunidad económica venida de Europa a través de los programas de desarrollo rural de la Unión Europea, articulados por la Junta de Castilla y León, que han supuesto la mejora de más de 20.000 explotaciones agrarias de la Comunidad y la plantación de más de 100 árboles por cada uno de sus habitantes. Unos resultados notables e incluso espectaculares, sin parangón en ninguna otra región europea.

Un trabajo colectivo. De equipo. De los técnicos y agentes medioambientales de la Junta, de los trabajadores del medio rural. De las Asociaciones Forestales provinciales, de las entidades locales y de las empresas. Y sobre todo de los propietarios forestales. Un ejemplo de colaboración público-privada. Sólo así, y gracias a la estabilidad de la política forestal de Castilla y León se explica que este programa se haya mantenido durante tres décadas, adecuándose a los cambios de circunstancias. 

Muchas han sido las bondades del programa y buenos los efectos. La voluntariedad en la incorporación al programa, la compensación por pérdida de renta, la utilización de parcelas ya retiradas del cultivo o mínimamente productivas para la agricultura y su implantación en una época donde la presión de la ganadería extensiva era ya mucho menor que en décadas anteriores. 

Además de las consecuencias positivas que hemos comentado, en la fijación de población rural y riqueza económica, forestal y del paisaje, también ha tenido un papel destacado en la consolidación de las Asociaciones Forestales de la Comunidad y ha proporcionado estabilidad a las empresas forestales y gracias al mantenimiento de las convocatorias de este programa se ha podido mantener una ocupación efectiva en el sector. 

Cuando otras comunidades no vieron interés en el programa y abandonaron casi toda actividad repobladora, en Castilla y León sirvió para dar un nuevo impulso a esta actividad, que a finales de los años 90 y principios del presente siglo alcanzó sus máximos históricos, superando las 25.000 ha repobladas/año.

La valoración general del Programa es sumamente positiva y los beneficios que ha proporcionado están bien descritos en la publicación realizada por la Junta de Castilla y León, con motivo de este trigésimo aniversario. La integración territorial de las repoblaciones, la mejora de los hábitats para la biodiversidad y la restauración que ha permitido el positivo efecto en la mitigación del cambio climático por las absorciones de anhídrido carbónico de los nuevos árboles y el suelo, la regulación del ciclo hidrológico y la reducción de la erosión, son evidentes y están comenzando a ser cuantificadas y constatadas en trabajos científicos.

De cara al futuro se abren nuevas perspectivas para la repoblación forestal, como consecuencia del surgimiento del mercado de créditos de carbono para la compensación de emisiones de gases de efecto invernadero, con un nuevo modelo de empresas que denominamos “promotores de carbono” y que además están canalizando al sector fondos procedentes de la responsabilidad social corporativa de las empresas. Confiemos en que esta vía de financiación privada de la actividad forestal se consolide y nos ayude a recuperar niveles anteriores de repoblación forestal y que estas masas proporcionen la materia prima para el fomento de una necesaria economía forestal, contribuyendo a fijar población en entornos rurales mejor conservados.

 

Jesús Pestaña es Presidente de la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León FAFCYLE

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