Diario de Castilla y León

EDITORIAL

Las Cortes instan a poner orden a la fiebre de parques eólicos y solares

Aerogeneradores en un parque eólico de Castilla y León.- MARIO TEJEDOR

Imagen de archivo del parque eólico en la comarca de Tierras Altas de Soria. - MARIO TEJEDOR

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La iniciativa aprobada ayer en las Cortes de Castilla y León para que la Junta ponga cierto orden al desorden que hay con la proliferación por todas partes de plantas eólicas y solares es tan razonable que nadie entiende cómo no ha llegado antes. Llega al calor de la batalla de un grupo de colectivos, instituciones y ayuntamientos bercianos que han decidido unirse para que no sea la ley de la selva y estas instalaciones no invadan suelos de viñedos o cultivos habituales y permanentes, que dejan riqueza en la zona y asientan población. 

La energía verde es el futuro. Es imprescindible y necesaria para el nuevo futuro. Pero no a costa de todo y de todos. Hay que armonizar y hacer compatibles el desarrollo energético con el desarrollo económico, social y laboral de territorios que tienen en la agricultura, la agroindustria y el turismo que hay ligado a estos sectores el futuro de la zona. La construcción de un parque eólico o solar genera inversión y empleo durante su construcción. Los 40 años restantes sólo genera, además de energía limpia y necesaria, suculentos beneficios para las cuentas de explotación de grandes compañías. A cambio ocasiona un innegable impacto en el paisaje de territorio.

Es cometido y competencia de la Junta, especialmente de las consejerías de Medio Ambiente y de Economía, definir territorios donde ese impacto no perjudique el resto del desarrollo. Pero lo que es innegable es que no es rentable, más que para las energéticas, cambiar, por ejemplo, viñedos por placas solares. Eso es hambre para mucho tiempo. Un claro ejemplo se puede comprobar en escasos 30 kilómetros en el trazado de la A-6 a su paso por Valladolid. En Tordesillas existen enormes parque solares en un terreno sin cultivos ni agresión visual, pero 30 kilómetros más adelante, en pleno corazón de los viñedos de la Denominación de Origen Rueda, emerge una de esas moles de placas solares en medio de un paisaje espléndido que ha ido moldeando el viñedo que a lo largo de las últimas dos décadas ha progresado con la fuerza de algunas de las mejores bodegas del país en la zona.

Compatibilizar el progreso. Progreso es la energía verde para todos. Pero progreso es la agroindustria para los territorios de Castilla y León. Castilla y León es un potencial de energía verde. Pero que no nos ocurra como con la minería, que pusimos los montes y yacimientos al servicio del interés energético general, y el pago ha sido el abandono de comarcas enteras a su suerte. Lo que ha ocurrido con la minería de ayer, que generó miles de empleos durante 80 años, es  una enseñanza para la fiebre eólica y solar de hoy.

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