Diario de Castilla y León

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ABRO la web de EL MUNDO y, de sopetón, me encuentro con la noticia de la muerte de una cooperante española como consecuencia de un bombardeo ruso. Emma Igual se llamaba la chica. Desconozco si desde lo que ahora sea lo que fuere Podemos existe ya un comunicado y convocatoria de concentraciones dolientes frente a las casas consistoriales. Desde luego es una mujer, no cabe duda, muerta por el heteropatriarcado onanista putiniano. Desde su veganismo cognitivo les surgirán algunos problemas de herida contradicción. A fin de cuentas el ataque ha sucedido en Ucrania, y ya indicó, siempre certero, Echenique que ellos estaban en contra del furor bélico otanista. Ni Stalin lo hubiera dicho mejor. Si no les da votos, les de Igual (Emma, descansa en paz).

El párrafo anterior ha entrado al relance, sin premeditación alguna. Yo quería escribir de Tudanca. No es que dé mucho juego, la verdad, pero lo pone tan fácil… Fruto de su esfuerzo por no mostrar ningún perfil propio destacable, para no molestar y por no incurrir en el arte de la prestidigitación, no corre peligro su puesto como delegado comercial en Castilla y León del sanchismo. En sus declaraciones, a veces comprensibles, todo apunta a un contrato fijo discontínuo, que en términos de tráfico viario permite el adelantamiento, aunque aquí, en territorio CyL, su conducción resulta más bien aburrida.

Que el PSOE defenderá la Constitución ha declarado, muy solemne, Tudanca. Es decir, que él entiende que no hará falta modificar el texto de la Carta Magna para que Sánchez siga gobernando. O, en otras palabras, que confía ciegamente en Conde Pumpido y su cuadrilla. Ahora toca un ejercicio de contorsionismo semántico constitucional.

Cabría buscar a otro grupo de fascistas (el nacionalismo lo es en grado superlativo) tan impresentables como los secesionistas y delincuentes de diversa tipología separatista, pero de bando político opuesto (nominativamente, al menos), para que amnistiaran a todos a la vez. Y, de paso, con el mismo envío pizzero a domicilio, como si de los asesinos de ETA se tratara, que vayan acercando a los delincuentes sexuales a la prisión que más les plazca, y que les dejen ir al dentista solitos sin escolta policial, que así se ahorra. Claro que a los violadores les han dado un regalo incluso mejor, desde la técnica progresista legislativa.

Eso es la democracia. Que toda la herrumbre ciudadana sea tratada por igual. ¿O entonces ya no gusta tanto?

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