Catarsis en la liturgia política
LAS elecciones tienen su liturgia, que comienza con la activación de los partidos políticos en el momento en que deben definir sus listas electorales, en las que lo importante es, sobre todo, quien las encabeza. Cuando no hay dudas, no hay demasiados problemas, pero ese privilegio de tranquilidad queda reservado, básicamente, para quienes afrontan los comicios con el bastón de mando en la mano. En Castilla y León, las municipales van a tener protagonismo absoluto, ya que por primera vez no coinciden con las autonómicas y el inicio del proceso se ha centrado, por tanto, en los carteles de los partidos para optar a gobernar los ayuntamientos. En la ceremonia electoral, quienes defienden la plaza esperan con calma los movimientos de los aspirantes y en las capitales de provincia castellanas y leonesas son los populares quienes tienen que iniciar el intento de reconquista, siempre difícil en la mayoría de los casos. Una plaza complicada para el PP es Soria, por culpa del tirón electoral de un socialista, Carlos Martínez Mínguez, que es capaz de conseguir que le voten quienes en otras elecciones no cogen la papeleta del PSOE. El rearme del PP ha sido complicado, con un candidato nasciturus, anunciado oficiosamente por el presidente del partido provincial, Benito Serrano, pero el embarazo no llegó a término. En medio, la luchas internas habituales. Las de los críticos que en el congreso pactaron una candidatura de unidad con Benito Serrano y que hoy están cada vez más diluidos. Su baza era que el secretario provincial, José Manuel Hernando, fuera candidato en la capital, pero se quedó fuera, porque, aunque se lo ofreció Serrano, exigió confeccionar él la lista y no se lo aceptaron. Así que le tocó el turno a Javier Muñoz Remacha, hombre de Yolanda de Gregorio, anterior presidenta del partido y delegada de la Junta, que ya había llegado de rebote a la portavocía del PP en el Ayuntamiento porque tras las elecciones renunció De Gregorio y también el número dos. Tuvo tanta ilusión en ser candidato que no pudo esperar a ser nombrado oficialmente para empezar a figurar como tal y eso, entre otras cosas, le pasó factura. Y así, el camino quedó finalmente despejado para Serrano, que ha podido ejercer plenamente de presidente y ha buscado su candidata fuera del partido, Belén Izquierdo, que estará afiliada en breve. Serrano se quita, de un golpe, la escasa resistencia que quedaba de los que intentaron otra candidatura en el congreso provincial y algunas hipotecas de la anterior presidenta del partido. Por eso, esta parte de la liturgia electoral tiene a veces algo de catarsis.