Diario de Castilla y León

Redacción

Fundación España Habitar, el desafío de potenciar las virtudes de la vida rural

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AUTOR: DANIEL CARREÑO

Pocas cosas son más poderosas que la ilusión cuando el ser humano intenta reconciliarse con el mundo que le rodea. Y tengo el inmenso honor de haber sido elegido para presidir una ilusión común que se llama Fundación España Habitar. Un proyecto del que formamos parte un buen puñado de entusiastas que entendemos la España rural como un vivero de oportunidades y vemos en ella un enorme potencial por descubrir. Nos hemos marcado el reto de desarrollar ese potencial con la ayuda de toda la sociedad.   

La Fundación España Habitar nace para impulsar el desarrollo de la España Interior promoviendo la innovación, incentivando el emprendimiento empresarial y social y fomentando la sociedad del conocimiento, la transformación digital y la filantropía innovadora. Y como para actuar sobre el terreno estamos obligados a entenderlo, hemos desarrollado el primer Barómetro sobre la España Interior con foco en Castilla y León. Ese trabajo nos ha devuelto una certera fotografía acerca de la situación del entorno sobre el que hemos empezado a actuar y una valiosa hoja de ruta que nos marca caminos por recorrer y actuaciones que urge abordar de forma inminente para poder seguir avanzando. Para continuar realzando el alto valor de los pequeños municipios españoles. 

Las primeras conclusiones de ese barómetro nos llevan a percibir un enorme orgullo entre quienes viven en esa España menos poblada. En un alto grado lo hacen por voluntad propia y derrochando no solo orgullo de pertenencia sino también una gran satisfacción por tener la oportunidad de vivir su vida en un entorno donde, en su opinión, pesan más las ventajas que los inconvenientes.

En sucesivas oleadas iremos conociendo más detalles de un trabajo concebido como punto de partida y que consideramos uno de los ejes primordiales de la Fundación nacida gracias al impulso y la convicción de la consultora Puentia Comunicación y de su CEO fundador, Eduardo Álvarez, a quien contamos también entre los patronos de este apasionante proyecto. 

La Fundación España Habitar pretende ser altavoz de una sociedad rural rica, llena de grandes valores positivos e intactos y repleta de oportunidades. Entre todos vamos a lograr que la España interior sea más equitativa y sostenible. Y lo haremos desde la posición altruista con la que nos comprometimos cuando aceptamos embarcarnos en este proyecto. 

Aspiramos a convertirnos en un referente en el entorno rural. Ágil, innovador y que desarrolle proyectos de vanguardia para impulsar iniciativas de empresas y emprendedores como respuesta proactiva a los desafíos que se le planteen. Así ha sucedido a propósito de las conclusiones extraídas de ese primer Barómetro que incorporamos en tiempo real a otro de los ejes de la Fundación: el Laboratorio de Pensamiento. Este foro, permanentemente activo, reúne a expertos en diferentes ámbitos relacionados con la España interior para poner en común ideas y propuestas y, una vez debatidas, articular soluciones reales. Es la forma más directa de aportar a la sociedad herramientas útiles para sortear los inconvenientes a los que los habitantes del medio rural se enfrentan a diario. 

Apostamos ya por la puesta en común de ideas y en un futuro cercano valoraremos el talento en forma de justo reconocimiento. Creemos, además, en el valor de las alianzas. Así, buscaremos el compromiso de otros que, como nosotros, también están dispuestos a unirse para construir juntos el futuro mediante la puesta en marcha de acciones de diferente calado. 

Nuestro compromiso con el bienestar social rural y con la dinamización socioeconómica de la actividad en el medio rural es innegociable. Lo haremos conectando a sus gentes, su historia, su cultura, su forma de conservar y transmitir el legado de sus ancestros y la manera en la que viven el presente. Y para ello confiamos en la comunicación, un recurso cuyo poder sigue intacto a lo largo de los siglos que nos permite poner el acento en un relato transformador donde el pesimismo se ha de ir disipando pues en nuestros pueblos en ocasiones los árboles no están dejando ver el bosque.   

La España rural es un vivero de posibilidades. No es un comodín para la reivindicación. No es el recurso vacío de discursos sin rumbo ni el clavo ardiendo de la argumentación para quien se ha quedado sin argumentos. La España rural no es una estadística ni una curva de tendencias. La España rural es el origen. Es la génesis de la vida y el motor de una prosperidad que sigue ahí. La España rural no es un descarte ni una opción a cara o cruz. 

Esta España rural de la que la Fundación España Habitar no dejará de hablar sigue ofreciendo multitud de recursos y está cada vez más preparada para subirse a cualquier tren, sea cual sea su velocidad, porque la locomotora rural nunca ha dejado de moverse. Solo hace falta pisar nuestros pueblos para comprobarlo. Y vamos a demostrarlo.    

El mundo rural de hoy no es una dimensión diferente. Es la vida real y la más real de las formas de vivir. Nuestros pueblos están vivos. Sueñan, se esfuerzan, se ilusionan, luchan y a veces también se frustran. La vida en estado puro. Hemos tomado por costumbre detenernos en los obstáculos, en las aparentes desventajas y en las dificultades. También son reales, no podemos mirar hacia otro lado, pero la Fundación España 

Habitar va a transformarlos en palancas, en recursos y en oportunidades para que su relato hable también de fortaleza, de éxitos y de valores. 

Para construir el futuro se necesitan manos expertas y siempre dispuestas. El bonito camino repleto de desafíos y desbordante ilusión que acaba de iniciar la Fundación España Habitar lo recorro junto a Javier Sánchez Oliva, Rocío Hervella, Gerardo Gutiérrez, el citado Eduardo Álvarez, Álvaro Elúa, Javier Gutiérrez, Alfonso Sanchez Tabernero, Amalia Blanco, Alfonso Sánchez Izquierdo, Félix Puebla, Aurelio Medel y José Luis Prusén. Vaya para todos ellos y para los que se unirán progresivamente a esta aventura la inmensa gratitud por creer en el potencial de esos lugares menos poblados donde todavía queda tanto por habitar. 

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