Diario de Castilla y León

EDITORIAL

La creación de empleo da síntomas de agotamiento

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La evolución del mercado laboral que  reflejan los datos del paro del mes de marzo en Castilla y León evidencia que el empuje de la recuperación de la actividad tras el paréntesis de la epidemia del coronavirus se está frenando y la creación de empleo se resiente ya visiblemente. Pese a que el promedio autonómico de marzo indica que el desempleo descendió en 497 personas, lo cierto es que no sólo se trata de una cifra menguada respecto a los meses precedentes sino que también hay que tener en cuenta que en cuatro de las nueve provincias de Castilla y León sí aumentó el número de personas inscritas en las listas del Ecyl. Los síntomas de agotamiento se aprecian ya, pero la dinámica del mercado laboral aún permite acoger estos datos con cierto optimismo como hizo ayer el viceconsejero de Economía en funciones, Carlos Martín Tobalina, que calificó el descenso del desempleo en la Comunidad como «razonablemente positivo» y más aún si se observa la evolución del empleo en el primer trimeste, que ha sido netamente favorable. Más aún si se tiene en cuenta la inestabilidad que en marzo ha sacudido a la economía en su conjunto, a las empresas y a la sociedad en general. Sin embargo, existen indicios de que la bonanza en el empleo ya ha completado el recorrido para tratar de recuperar lo perdido en la pandemia. El desempleo se ha cebado en la industria en marzo en las provincias más activas en este sector en Castilla y León trayendo más paro y menos contratación con lo que eso supone de pérdida de empleo de calidad. Este frenazo ha dejado en manos del inestable sector servicios el grueso de las contrataciones.  Las fluctuaciones del empleo en este sector no son garantía para mantener un nivel de contrataciones que ayude a completar el objetivo aún no alcanzado de recuperar la fuerza laboral perdida con la crisis del coronavirus. La inestabilidad derivada de la carestía de materias primas, costes energéticos y la indicencia en la exportación de la guerra en Ucrania son también factores que amenazan la continuidad de los descensos en la lista de parados de Castilla y León. Adicionalmente, cabe añadir como factor en juego la entrada en vigor de la reforma laboral del gobierno estatal de coalición. Un nuevo marco que coincide con el freno en la buena marcha del empleo en este inicio del año y que ha sido muy bien recibido por los sindicatos que aplauden como un «dato histórico» el incremento de un 45,67% de los contratos indefinidos en marzo. Pero la consolidación de empleos de calidad indefinidos es sólo uno de los objetivos que hay que perseguir. Sacar a toda la gente posible de las listas del paro debe ser la meta de los gobiernos estatal y autonómico y eso se logra estableciendo las condiciones y el marco para que la empresa cree más empleo. Marzo marca, en esto también, síntomas de agotamiento con una Junta inexplicablemente en funciones y un Ejecutivo central desnortado.

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