Diario de Castilla y León

Ricardo Gª Ureta

Unos tanto y otros tan poco

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IMPOSIBLE que deje pasar la oportunidad de meter cuchara en la noticia de que la Junta y el Ayuntamiento de León se han puesto de acuerdo para agregar otras 47 hectáreas al parque tecnológico de la capital leonesa. Eso supone más que doblar la superficie actual de esta superficie industrial que aún así sera inferior a las 110 hectárecas del parque tecnológico de Boecillo, en Valladolid. La administración autonómica declarará el proyecto de ampliación de interés general para acortar los plazos de expropiación, se hará cargo de la obtención de los terrenos y no sólo pagará las obras sino que se encargará de comercializar las parcelas. Será un polígono llave en mano para la ciudad de León que con la superficie actual tiene trabajando en el Tecnológico a más de 1.400 trabajadores, con un crecimiento del 15% en dos años», la mayoría «de alta cualificación y jóvenes». Mientras tanto a 175 kilómetros de León y a todo un mundo de distancia en cuanto a eficiencia administrativa, el parque tecnológico de Burgos lleva casi veinte años de retraso por una concatenación de percances administrativos difícil de creer y aún más de explicar en estas pocas líneas. Baste saber que los proyectos de parque tecnológico para León y Burgos se iniciaron a la vez y el de la capital leonesa afronta ya su gran expansión gracias al éxito cosechado mientras que en el de Burgos aúno se han terminado las calles, las aceras, las alcantarilla o colocado las farolas. Unos tanto y otros tan poco. Este proyecto del tecnológico burgalés ha pasado por las manos de no menos de cuatro consejeros de Economía sin éxito alguno y hoy es el día que el titular de la Consejería sigue intentando dar fechas para el inicio de las obras, obviamente sin acertar. Las crisis han ido y han venido sin que afectasen a este parque empresarial que apenas pasó de los despachos a las obras durante unos meses, los justos para que la recesión se llevase por delante a la primera constructora. Tanto influyó este parón que el proyecto se ha visto que era obsoleto y se reformulado, aprobado y visado. A estas alturas tendrían que estar las obras en marcha, pero como es sabido, diciembre está borrado en el calendario de las empresas de la construcción. Será en 2022 cuando el consejero pueda venir a Burgos a hacerse la foto y decir que se han retomado las obras del parque tecnológico de Burgos. Con un poco de suerte podría, incluso, venir en el AVE, otro de los proyectos que se han demorado décadas en su ejecución y que aún están pendientes de finalización. Ya veremos.

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