Arrogancia
ANTIVIRUS
Nadie está hoy para impartir lecciones. Mucho menos «aquellos que están tan vacíos que están llenos de sí mismos». Viene esto a cuento de una pandemia de la que hay que aprender rápido y mucho, y en la que resulta «imprudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría» ( Gandhi ).
Un documento provisional del Gobierno sobre la tragedia en las residencias de mayores debería sacar los colores a la consejera de Familia de Castilla y León. Lejos de centrarse solo en meras estadísticas, el informe detecta 30 factores que influyeron en «la tormenta perfecta» que ocasionó más de 20.000 muertos en España y cuya letalidad permanece en esta segunda ola: el 40% de los fallecidos este mes por covid-19 en esta Comunidad han sido usuarios de geriátricos. Atentos al informe del Gobierno : efectos negativos del aislamiento de los mayores, deficientes infraestructuras, elevado número de habitaciones compartidas, ratios insuficientes de personal, bajos salarios, exceso de jornadas parciales, altísimo estrés, falta de preparación para proporcionar apoyos al final de la vida, insuficiente personal sanitario formado… Hay otros en los que la contagiosidad de la covid-19 sí impide actuar.
Y sin embargo, la Junta de Castilla y León obvia lo que muchos profesionales han sufrido y a veces denunciado. Esa autocomplacencia pretende ocultar la dramática realidad de un modelo fallido porque, de haberlo reflejado en aquel vago documento estadístico de septiembre, trastocaría esa parte del negocio mercantil en que ha derivado el cuidado a nuestros mayores. Lo lamentable es que ni Familia ni Sanidad han hecho aún un diagnóstico crítico de los males endémicos y estructurales que aquejaban a las instituciones que debían velar –lo dice la Constitución– por la salud de todos y el cuidado de los mayores.
Nadie puede dar lecciones en esta pandemia y por eso resulta más inmoral la arrogancia de quienes se sientan en despachos oficiales y miran a otro lado cuando aquí se disparan, muy por encima de la media, los contagiados en esta agresiva segunda ola del virus ; cuando faltan medios y suspenden operaciones; cuando toleran que una sola enfermera atienda en Valladolid a los 263 internos de una residencia; cuando el Procurador del Común les tira de las orejas por falta de plazas de atención sociosanitaria; cuando quieren recortar derechos ¡a los sanitarios…! «Es imprudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría». Señores del Gobierno regional, déjense asesorar por los que están a diario al pie del cañón; al menos, para no hacer el ridículo.