Impera el diálgo, impera el sentido común

La Junta, o mejor dicho determinados sectores de la Junta más que conocidos, no podían mantener el estado de bronca y camorra constante que existía en la peor crisis de la historia de esta comunidad. Sobre todo porque las decisiones unilaterales estaban perjudicando a todos y la tensión constante con todo el mundo sólo generaba sensación de incertidumbre e indiganción al ciudadano. El presidente del ejecutivo autonómico ha ordenado que impere el diálogo, el acuerdo, la colaboración y la cordialidad institucional.

Ha dado un giro a los especialmente graves últimos acontecimientos protagonizados por el ala de Ciudadanos que ha conseguido embroncarse con todo el mundo: sindicatos, alcaldes, médicos, respresentantes de la cultura y hasta con la propia Iglesia. Era ya irrespirable el ambiente de aislamiento al que se habían autosometido. Ayer el vicepresidente, en su comparecencia habitual de los jueves, anunció un cambio de línea. Colaboración y comunicación fluida con los alcalde, elementos fundamentales en la lucha contr la pandemia. Vienen momentos difíciles y duros nuevamente. Lo dicen los datos. La incidencia no ha hecho más que empeorar desde hace más de un mes en Castilla y León, al igual que en el resto de España. Y la confrontación constante, diaria y permanente no podía ser el ejercicio habitual de un gobierno que reclama, con legitimidad, diálogo y consenso a la oposición. Hay que practicar lo que se predica. Y el diálgo y el acuerdo no consiste en imponer y comunicar sin más. Consiste en la confrontación constante de opiniones divergentes que ayuden a construir y enriquecer los mecanismos en la lucha contra el virus. Es una tesis irrefutable que le srivió a Francisco Igea para enfrentarse en una primarias al aparato nacional e supartido. Pero, claro, ese derecho que se predica y se reclama para uno en una contienda orgánica, hay que otorgársela a los otros cuando el poder eres tú. Lo que se predica tiene que conciliar con lo que se practica. Yese ese el camino que ayer exhibió el gobierno por boca de Igea.  

Nunca es tarde. Sobre todo porque vienen duros tiempo. Es momento de esuchar, por ejemplo al comité de expertos, que nadie entiende por qué en plena segunda ola sólo se ha reunido una vez, la semana pasada. ¿Que le van a contar hoy al gobierno con el que se reúnen por vía telemática? ¿Opiniones individuales? Ylo que se requiere de un comité de expertos no son un conjunto de ideas. Se requiere un dictamen colegiado. Ese camino también hay que enderazarlo. La visión científica debe ser faro irrenunciable de las decisiones políticas.