‘Nacionalismo’ interior
LA SOLANA
UN VETERANO político soriano afirmaba en agosto que es necesario modificar la normativa electoral para evitar la fragmentación política y el nacimiento de un pequeño partido en cada provincia. Lo decía con pleno conocimiento de causa, pues acababa de convertir a una formación provincial, la Plataforma del Pueblo Soriano (PPSO), en la tercera fuerza política de la provincia, detrás de PSOE y PP, y de alcanzar un pacto con los populares que le convirtió a él, José Antonio de Miguel , en vicepresidente de la Diputación. Mientras no cambie la ley, la aprovecharán, decía, aunque realmente a quien fuera secretario provincial del PP no le guste el panorama. En Ávila también triunfaba un partido provincial y luego se produjo el éxito electoral de Teruel Existe, muy observado desde Soria.
Pareciera como si el modelo español, con el fuerte peso de los nacionalismos periféricos y los réditos obtenidos por convertirse en llave de la gobernabilidad del país, ha acabado por aparecer como la única salida para quienes se sienten olvidados. Al nacionalismo hay que sumar el regionalismo y ahora el provincialismo, de forma que igual que existe el turismo de costa y el de interior, podemos empezar a hablar de nacionalismo interior. En este sentido, León se ha convertido en un claro ejemplo, pues incluso tiene, como los nacionalistas, su propia reclamación de independencia, aunque no para formar un país, sino una autonomía, no se sabe si de una, dos o tres provincias, aunque si es difícil, a estas alturas, imaginarse la autonomía uniprovincial, la de más provincias se antoja imposible.
Las manifestaciones de mañana, en León, Ponferrada y Villablino, seguro que dejarán claro el sentimiento de haber sido abandonados que tiene una buena parte de la población leonesa . Y si no es la autonomía, el movimiento independentista respecto a Castilla algo acabará consiguiendo. Lo curioso es que este nacionalismo interior también tiene coincidencias en lo económico con el periférico.
Al igual que catalanes y vascos son economías fuertes, aunque quejosas ante el empuje de Madrid, los leoneses también son ricos , pese a los problemas que afrontan, en comparación con otras provincias castellanas y leonesas más silenciosas, pero sin lograr alcanzar a la capital virtual, a Valladolid. El reciente informe de Unicaja fija a Valladolid como la provincia con más empresas, seguida, por este orden, de León y Burgos. Si los éxitos del nacionalismo periférico se ha sustentado en ventajas frente al resto, tiene toda la pinta que el nacionalismo interior puede provocar un efecto similar.