Diario de Castilla y León

LUCHA DE BRAZOS

El pulso sin descanso

NOÉ FELIZ. El luchador de La Flecha es el único practicante de la provincia y ahora intenta crear afición en Valladolid con la posible creación de un club / Tercero en el Campeonato de España, cree que este deporte «lo tiene todo»

Noé Feliz posa con uno de los trofeos más deseados de España, del que solo hay tres modelos. - J.M. LOSTAU

Noé Feliz posa con uno de los trofeos más deseados de España, del que solo hay tres modelos. - J.M. LOSTAU

Publicado por
J. I. Fernández

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Quien más y quien menos todos hemos echado algún pulso en nuestras vidas. Pero que nadie se confunda, este deporte tiene poco que ver con lo que conocemos habitualmente. Esa apuesta de bar o ese pulso para ver quién es el machote del grupo están fuera de la imagen. La lucha de brazos es la versión deportiva y profesionalizada del pulso de toda la vida, pero mucho más complejo y que cuenta con una serie de técnicas diferentes. Un deporte que, según sabemos, tiene sus orígenes en el antiguo Egipto.

En Valladolid no hay mucha tradición, pero un ‘vallisoletano’ de adopción, Noé Feliz, lucha por hacer crecer esta afición en la provincia. Él, llegado desde Castrogonzalo (Zamora) hace ocho años, lo primero que quiso hacer al establecerse en La Flecha fue crear un club y traerse la mesa de entrenamiento. Para ello llegó incluso a organizar un torneo en la sidrería Lur para dar a conocer este deporte. Allí estuvieron los mejores de España, sin embargo, la idea no cuajó en la ciudad. Algo que es su espinita. Pero que ahora intenta recuperar. Todo aquel que esté interesado puede ponerse en contacto con el club La Veguilla en clblaveguilla@gmail.com

Feliz conoció la lucha de brazos a finales de la década de los noventa y se enamoró rápidamente de este deporte al ver a un paisano de su pueblo, que fue varias veces campeón de España. «Me picó el gusanillo y fui entrando», recuerda. Para el pucelano de adopción, «este deporte lo tiene todo. Fuerza, técnica, concentración, y luego la gente es espectacular. En la mesa somos rivales pero luego nos vamos de fiesta».

El palmarés de Feliz es impresionante. Por ejemplo, en 2003 fue tercero de España con el brazo derecho. Pero desde entonces ha cosechado éxitos, como en la Copa de España de 2016 donde fue segundo. Después de un tiempo lesionado, se prepara para volver a la mesa con todas las ganas del mundo a sus 36 años. «Es un deporte lesivo, por lo tanto lo primero es conocer las reglas y las posiciones de lucha», apunta.

En una lucha de brazos los competidores juntan sus manos y se agarran con la otra mano a un asidero montado en la mesa. Ambos deben posar sus codos en una almohadilla sobre la cual pueden desplazarse siempre que no lleguen a despegarse. El objetivo, sí es el que todos sabemos: llevar la mano de tu rival hacia el lado contrario, hasta la almohadilla de toque. Un combate puede durar perfectamente solo un segundo o irse hasta los dos minutos.

Otro error muy común es pensar que en una lucha de brazos todo depende de la fuerza del brazo. «Lo primero es tener la mano fuerte, para poder girarla y hacer tus movimientos. Con la mano se pueden hacer movimientos hacia el interior, el exterior, hacia arriba o hacia abajo», asegura el luchador, que cree que «juntar la muñeca y subirla por encima del contrincante» es uno de los trucos, junto al de «mucha velocidad».

La mesa es otra clave de este deporte, y no se trata de una mesa cualquiera. La oficial y reglamentaria se fabrica fuera de España y cuesta casi 700 euros. De ahí que Noé, como buen manitas, haya optado por hacerse una casera.

Muchas personas piensan que la lucha de brazos es un deporte que sólo se practica entre gente de gimnasio, camioneros o en tabernas, pero no es así. «Es un deporte muy exigente que requiere un entrenamiento cualificado». Además ofrecen una imagen del deporte totalmente diferente. Para ello se celebra en gimnasios o en polideportivo, y uniformados.

En España se cuenta con la Asociación Española de Lucha de Brazos (AELB), donde hay cerca de 200 competidores de esta disciplina, de la que existen hasta Mundiales en los que participan héroes anónimos.

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