El juguete de los furtivos
Aparatos de localización térmica y visores nocturnos cada vez más empleados en prácticas de caza furtiva
Aficionados de diferentes cotos de caza de la región, principalmente de acotados donde la liebre es protagonista y donde la lacra del furtivismo se viene soportando casi a diario, han denunciado a este diario una práctica que al parecer cada día está más en uso cómo es la utilización de monóculos, prismáticos o visores térmicos para localizar animales en el campo y así no tener que “perder” tiempo en localizarlos y realizar actos de furtivismo que casi siempre tienen a los mal llamados galgueros como protagonistas.
Al parecer, el modus operandi, según reveló este diario el gerente de la empresa de seguridad en los cotos de caza Proysecam es el siguiente. “Una persona, que bien se le puede denominar lanzadera, recorre con su vehículo o andando y con uno de estos visores térmicos las zonas más querenciosas de los cotos. Los elementos de visión térmica funcionan aprovechándose de la radiación térmica que los diferentes animales reflejan en el aparato, siendo descubiertos por el visor, casi casi de forma inmediata y según qué modelos, hasta una distancia de más de un kilómetro de un camino. El paisano en cuestión solamente tiene que comunicarse con quien, no muy lejos del lugar se encuentra esperando y solamente tendrá que acudir con sus galgos en un momento e ir directamente a la zona exacta donde se encuentra la liebre encamada, correrla con sus lebreles, y después ir a buscar otra con la misma impunidad que encontraron la primera. No nos da ni siquiera tiempo a llegar para tratar de pillarlos infraganti.” señala al Gerente de Proysecam.
“Cuando queremos llegar tras el aviso casi siempre llegamos tarde y ya se ha producido la carrera ilegal y no solemos encontrar más rastros de los desaprensivos, que cada día se dedican con mayor asiduidad a realizar esta práctica furtiva de la que por supuesto también tiene conocimiento el Seprona. Los visores térmicos, según las distintas marcas existentes en el mercado son capaces de diferenciar la silueta de un animal aunque éste se encuentre tumbado o encamado, e incluso cubierto por arbustos o ramas, pues lo que resalta es la temperatura corporal de la especie en cuestión".
También existen en el mercado desde hace años aparatos de visión nocturna, que aprovechan la poca luz qué hay durante la noche pero que la multiplican a través de luz infrarroja y que habitualmente son utilizados de forma legal en algunas comunidades para cazar en esperas nocturnas o para control poblacional de ciertas especies.
Más volviendo al tema de los monoculares térmicos hay que destacar que ciertas marcas poseen sensores térmicos de alta resolución que hace que se pueda ver una imagen con una resolución de hasta 640 x 480 píxeles, o lo que es lo mismo, con una gran nitidez y definición, sobre todo de noche. Estos aparatos, tanto los visores térmicos como los denominados, equipos de visión nocturna, está autorizada su comercialización y venta en España, y no está prohibida su utilización para fines lúdicos o fotográficos, pero se les está dando un empleo diferente y se sabe de cotos de la comarca de Tierra de Campos, o de acotados salmantinos y abulenses dónde cada vez son más las personas que los adquieren, en principio para un fin que sí está autorizado, como es el de disfrutar de la visión del campo y de los animales que lo pueblan. Los precios de estos aparatos son relativamente altos y se puede hablar de un monocular térmico aceptable con un precio de entorno a los 1.400 € en adelante, siendo más baratos y con diferentes prestaciones los prismáticos de visión nocturna.
En Castilla y León la normativa es clara: en el ejercicio de la caza está prohibido el empleo de dispositivos de mira de los que forme parte un convertidor o un amplificador de imagen electrónico , así como cualquier tipo de intensificador de luz, es decir, no se pueden emplear equipos de visión nocturna, ni visores térmicos, estén o no montados en el arma. Lo que sí está autorizado, por razones de seguridad y para poder identificar a los blancos y evitar disparos accidentales sobre personas, ganado, especies distintas a las autorizadas y/o especies no declaradas como cinegéticas, es el empleo de focos o linternas emisoras de radiación en el espectro visible que estén montadas o no en el arma, pero solo en los aguardos o esperas de especies de caza mayor que se lleven a cabo fuera del periodo comprendido entre una hora antes de la salida del sol y una hora después de su puesta, durante el momento del lance y/o disparo. Y todo lo demás, es hacer trampas, jugar sucio y, por tanto, sancionable.
LA VOZ DEL MONTE. La caza se rige por leyes hasta para los reyes...¡¡¡