GANADERÍA
Quiñones pide a los ganaderos “formar en el territorio” sobre las plantas industriales para fomentar su “aceptación social”
El consejero de Medio Ambiente afirma que hay algunas tensiones al respecto con algún sector y con la implantación en determinados territorios

Jornada ‘Sostenibilidad y competitividad ambiental en el medio rural' organizada por la Agencia Ical.
El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, pidió este lunes al sector ganadero “formar e informar en el territorio” a los habitantes de las zonas donde se implanten explotaciones ganaderas o industrias vinculadas al sector para fomentar su “aceptación social”.
Según expuso Suárez-Quiñones en la clausura de la jornada Sostenibilidad y competitividad ambiental en Castilla y León organizada por la Agencia Ical, “existen tensiones en Castilla y León entre algunos sectores y algunas zomas del territorio” por la implantación de proyectos para cuyo establecimiento llamó a esforzarse en “la comunicación y la información” para “convencer a la comunidad local de su idoneidad”.
Por ello, insistió en la necesidad de “realizar un esfuerzo de formación e información, previo a la implantación”, con la población del lugar, con sus representantes institucionales, donde se vaya a llevar a cabo la instalación o industria concreta para combatir así “el miedo o temor” de la ciudadanía “por falta de información”.
Para el consejero de Medio Ambiente, la necesidad de mejorar la comunicación y el relato del sector agroganadero y su industria “no es un tema menor”, sino que debe ocupar “una parte nuclear” de los retos de futuro que se trataron este lunes en la jornada sobre ‘Sostenibilidad y competitividad ambiental en el medio rural’.
“De nada vale un esfuerzo tan terrible” en inversión y tecnología “si resulta que hay una oposición y una integración en el territorio compleja y conflictiva”, subrayó Suárez-Quiñones, que pidió al sector, ante los “casos de tensión por la implantación”, “trabajar en la aceptación social” con el objetivo de “dar tranquilidad a la ciudadanía y certidumbre a los promotores” de los proyectos.
Se trata también de la forma de “combatir con información” posibles campañas contra la implantación de explotaciones ganaderas que “puedan aprovecharse de la buena fe” de una población que “se preocupa de estos temas” y a la que “hay que no solo convencer sino informar” en el territorio para que puedan tener “una formación de la voluntad libre”, según expuso hoy el consejero durante su participación en la jornada sobre la materia.
En cuanto al papel de las Administraciones públicas, y en concreto de la Junta, al respecto, Suárez-Quiñones apuntó que se basa en “aplicar la rigurosa legislación que existe” con evaluaciones de impacto ambiental en cada proyecto “muy rigurosas” y que “no dependen de cargos políticos, sino de un proceso administrativo exigente y objetivo” con informes técnicos de funcionarios y técnicos imparciales que garantiza que “cuando una industria tiene una autorización ambiental, es porque cumple rigurosamente la normativa desde el punto de vista técnico y jurídico”.
No obstante, recordó que la Administración “no puede estar al margen de la opinión social” y, por ello, pidió a las asociaciones que agrupan empresas del sector industrial y que “trabajen” en lograr la unidad y el entendimiento, y en “profundizar en el relato y la comunicación” de su importancia y aceptación eliminando tensiones que precisen más regulación.
En todo caso, en su discurso de clausura de la jornada organizada por Ical, el consejero de Medio Ambiente destacó que el sector de la industria agroalimentaria y el ganadero tienen “un empresariado muy potente que sabe lo que tiene que hacer y lo hace bien” para lograr “potenciar los recursos endógenos propios de la Comunidad” para “optimizarlos desde el punto de vista de bajar costes y mejorar la competitividad sobre la base de la innovación, la tecnificación, el mantenimiento de la inversión, la atracción de talento, que genera empleo y la mejora de la calidad de vida de las personas en el territorio”.
De hecho, Suárez-Quiñones destacó que en Castilla y León existen “numerosas empresas que están exportando y son la base de la productividad y el bienestar de la Comunidad” y, entre ellas, apuntó al sector de la industria agroalimentaria, así como al agrícola y ganadero, por generar el 10% del Valor Añadido Bruto de la Comunidad y suponer un sector “capital para la fijación de la población y que no desaparezca el medio rural”.
También quiso, al respecto, tener Suárez-Quiñones palabras de elogio hacia el subsector cárnico, que consideró “capital” dentro del alimentario y que “se ha tecnificado, ha introducido en sus modelos de negocio las mejores técnicas disponibles y ha pasado a ser factor de diferenciación y competitividad”