Diario de Castilla y León

CULTIVOS

La campaña del espárrago arranca retrasada en Castilla y León con el reto de recuperar el listón de las 600 toneladas

Las lluvias obstaculizan la recogida en Valladolid, Zamora y Ávila, las tres provincias productoras

La Marca de Garantía Espárrago de Tudela de Duero se queja: «No ponen en marcha herramientas para vigilar el intrusismo»

Planta de envasado de Espárragos Belloso, en la localidad vallisoletana de Tudela de DueroJ.M. LOSTAU

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Valladolid

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La recogida del espárrago avanza en Castilla y León con más de una semana de retraso por las abundantes lluvias, que no han permitido a los productores entrar en las tierras por los encharcamientos. Hasta primeros de abril no pudo arrancar una campaña que se prolongará unos 80 días, hasta mediados de junio, con el reto de recuperar el listón de las 600 toneladas perdido en 2022.

Se trata de un cultivo con mucha tradición en las zonas donde se trabaja, y afectado, como tantos otros, por la falta de relevo generacional. A las jubilaciones se debe, principalmente, la caída de hectáreas cultivadas en 2024 respecto al año anterior, de 102 a 88, y la caída de la producción, de 568 a 558 toneladas en el mismo periodo. Nada que no se pueda solucionar con unas cuantas incorporaciones, ya que el espárrago ya pasó por una pequeña crisis en 2014 y 2015, cuando se cultivaron 80 y 95 hectáreas, respectivamente.

El cultivo ha evolucionado tanto que esa caída de superficie no se reflejó en una bajada drástica de la producción. Los rendimientos fueron mayores, gracias a mejores prácticas agrícolas, de tal forma que superó en volumen la de la mayor parte de los años de la segunda década del siglo. En 2010, por ejemplo, solo se recogieron 404 toneladas pese a haber cultivado 131 hectáreas. En 2016, la cosecha solo alcanzó las 358 toneladas pese a que el cultivo alcanzó las cien hectáreas.

Son apenas una treintena los agricultores que cultivan espárragos en Castilla y León, repartidos por las tres provincias productoras: Valladolid y Zamora, que acaparan el 86% de la cosecha, con 240 toneladas cada una en 2024, y Ávila, con 77 toneladas. La tonelada restante corresponde a Soria, que conserva una plantación testimonial de dos hectáreas de extensión.

En cuanto a la superficie, Valladolid está a la cabeza con 40 hectáreas el pasado año, que se reparten fundamentalmente en las zonas de Tudela de Duero y Alaejos. Le sigue Zamora, con 30 hectáreas ubicadas, sobre todo, en la zona de Fuentesaúco, y por último Ávila, con 16 hectáreas, mayoritariamente en la zona de Lanzahíta, muy cerca de la frontera de Castilla-La Mancha.

Todas las explotaciones de espárrago de la Comunidad se realizan en regadío al aire libre, y los rendimientos han evolucionado mucho. También los precios. Por mencionar una década, por ejemplo, entre 2013 y 2023 se incrementaron de 2,39 euros el kilo de media (sin tener en cuenta marcas de garantía), hasta los 3,85 euros, pasando por los 4,56 de 2019 o los 4,22 de 2022.

El precio de los que cuentan con Marca de Garantía (MG), los Espárragos de Tudela de Duero han pasado de los 4 euros el kilo en 2018 a los 6 euros el kilo del último ejercicio, 2024, un incremento del 50%, según datos del observatorio de precios de la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León.

Zonas de calidad

La gran calidad del espárrago de Castilla y León tiene su sede en tres localizaciones distintas. En primer lugar, en la Marca de Garantía Espárragos de Tudela de Duero, con dos productores, aunque hay un tercero en la zona no adherido a la marca. En segundo lugar, los espárragos de Fuentesaúco, una localidad de la comarca zamorana de La Guareña a cuya marca están adscritas media docena de explotaciones de la localidad vallisoletana de Alaejos y otras colindantes. La tercera zona de calidad del espárrago de Castilla y León es la abulense de Lanzahíta, junto a otros municipios como Gavilanes, Arenas de San Pedro y Candeleda.

«La principal novedad respecto al año pasado es que hemos empezado un poco tarde» relata, en respuesta a este periódico, el principal productor de Espárrago de Tudela de Duero, Enrique Belloso. Es el heredero de la tradición de una empresa familiar que lleva más de 40 años con el cultivo. «Con las lluvias y el frío, se ha retrasado una semana o diez días el comienzo de la campaña, el inicio de la recogida de la producción».

El cultivo del espárrago tiene sus diferencias respecto a los demás. Cuando se siembra una esparraguera, hay que esperar tres años a que dé sus frutos. «Tienen que coger fuerza las raíces de la esparraguera hasta que dé producción», relata Belloso. «Así que lo que cogemos está plantado de hace a lo mejor tres, cuatro o cinco años».

El ciclo total de la planta dura unas diez campañas, momento en el que hay que arrancarla y plantar otra vez. «Tienes que ir plantando y recogiendo y rotando. No es como otros cultivos que siembras y recoges la cosecha. Esto es un cultivo semipermanente. En La PAC nos han puesto como cultivo permanente, aunque no debería ser así porque esto no es permanente, dura unos diez años», añade.

Y eso si todo va bien, puesto que si la esparraguera es atacada por hongos, por ejemplo, su vida útil tampoco llega a la década. «A lo mejor solo llega a cinco o seis años». En cuanto a la cosecha, será complicado superar la de la campaña anterior porque «esos diez días que se ha retrasado, los has perdido ya. Se puede estirar un poco más la campaña, pero es complicada la venta de espárragos ya después de mediados de junio», declara.

Marca de garantía

En la Marca de Garantía Espárrago de Tudela de Duero hay dos productores en la actualidad: Belloso, que produce espárragos blancos, y Luis San José, que los produce verdes, en poca cantidad, igual un par de hectáreas —este último también los produce blancos, pero fuera de la marca—. Un tercer productor que iba a entrar en la marca se jubila este año.

Entre todos los productores pueden sumar unas 15 hectáreas, con una producción de entre 4.000 y 5.000 kilos por hectárea. Constituyeron la Marca de Garantía «para luchar contra el intrusismo de los espárragos de Tudela, en Navarra, y otros, que se vendían como de Tudela de Duero». Sin embargo, Belloso lamenta que la Marca de Garantía «ha servido de poco, porque nosotros pensábamos que la Administración iba a velar porque no hubiese intrusismo, para proteger el producto, pero si no vigila nadie, ¿qué más da que haya marca o no haya marca?, lamenta.

Eso sí, admite que en la Marca de Garantía «los productores ponemos los precios, que eso es una ventaja». Pero reitera: «Si traen producto de fuera, de Navarra o de Cáceres o de otro sitio, hay más oferta y el precio baja. Nos están haciendo daño esos productos que son intrusistas, que lo envían a granel. La Marca de Garantía así no funciona nada».

Belloso destaca la calidad de la producción: «Está saliendo buena aunque la lluvia nos está fastidiando un poco. Lo tenemos difícil para recolectar, es muy trabajoso, pero la producción va saliendo bien y también se está vendiendo bien».

Fiesta del Espárrago

En plena campaña se celebrará la Fiesta del Espárrago de Tudela de Duero, que ya tiene adjudicadas las fechas: será el fin de semana del 24 y 25 de mayo. Esos días, el municipio pondrá de largo una feria dedicada a este manjar junto a otros productos de la huerta, acompañada de un nutrido programa de actividades lúdicas y culturales. Además, los restaurantes locales ofrecen menús con el espárrago como protagonista de la carta. Animación de calle, grupos de danzas y muestras de oficios artesanos son otras citas de la agenda del fin de semana.

En total «la campaña tiene que durar unos ochenta días, porque si recoges más tiempo dañas la esparraguera, la agotas», concluye Belloso, que apunta que es posible que este año sea un poco más corta por el retraso inicial.

La tradición de Tudela de Duero con el cultivo de espárragos se prolonga al menos cinco siglos, ya que está documentado el envío de espárragos cultivados en la localidad vallisoletana para agradar a la reina Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, durante su prolongada estancia en Tordesillas. Se dice que sus padres ya los consumían.

El espárrago tudelano es reconocido por los mas afamados restaurantes de toda España como uno de los mejores. Se caracteriza por su suavidad, su ausencia de fibra y su sabor ligeramente dulce al contrario de los otras zonas que son ligeramente amargos, según relatan desde la Marca de Garantía.

Por su parte, los productores del espárrago de Fuentesaúco ponen de manifiesto lo adecuado del clima en la comarca de La Guareña «ideal para la producción de espárragos de calidad», aseguran.

Se trata de «primaveras largas y suaves, que ayudan a mantener una producción continuada, con poca humedad, lo que unido al tipo de suelo, redunda en una buena ventilación de las raíces». Por otro lado, la comarca cuenta con «más de tres meses de invierno, especialmente frío desde mediados de noviembre hasta mediados de marzo, lo que favorece un correcto período de reposo vegetativo».

En los meses más cálidos, julio y agosto, se realiza un aporte de agua moderado, que mantenga la humedad y frescura del terreno sin asfixiar a las raíces, explica la misma fuente.

El espárrago de Fuentesaúco, como el de Tudela de Duero, no tiene ningún tipo de aditivo y cuenta con «excelentes propiedades dietéticas», son espárragos, apuntan desde la comarca zamorana, que «merecen la consideración de alimento de consumo habitual, en consonancia con la calidad de la dieta mediterránea, con alto contenido en fibra, rico en minerales como potasio y selenio, rico en vitaminas A y B, con escaso contenido en hidratos de carbono y con muy bajo aporte de calorías».

En cuanto a los espárragos de Lanzahíta, en Ávila, su introducción en la provincia se produjo en la década de 1970, como alternativa a la pérdida de rentabilidad de los cultivos que tradicionalmente se venían explotando, como el tabaco, las sandías y el pimentón.

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