Diario de Castilla y León

ESTUDIO

Mejorar la alimentación de los lechones para ganar en supervivencia

Un estudio de Copiso demuestra que el adecuado encalostramiento en lechones nacidos con poco peso mejora las condiciones de inmunidad

Un estudio de Copiso demuestra que el encalostramiento secuencial en los de menor peso mejora las condiciones de bienestar e inmunidad

Un estudio de Copiso demuestra que el encalostramiento secuencial en los de menor peso mejora las condiciones de bienestar e inmunidadhds

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Una investigación sobre la alimentación de los lechones en los primeros días de vida ha permitido mejorar las cifras de supervivencia de estos animales, reduciendo la mortandad del porcino de lactación nacido con menos de un kilo a un 28%. El veterinario de Copiso Guillermo Moreno buscaba que además de sobrevivir, los lechones tuvieran un buen crecimiento, y para ello estudió la capacidad que tenían los animales de acceder al calostro y la cantidad que ingerían según su peso al nacer. «Es un alimento fundamental en los primeros días de vida porque les aporta energía e inmunidad», sostiene este sanestebeño.

El trabajo constata las dificultades de supervivencia que tienen los lechones que nacen con menos de un kilo de peso, ya que necesitan un buen encalostramiento, es decir, tomar el calostro suficiente que produce la cerda durante las primeras 24 horas. Los resultados demuestran la importante relación entre el éxito de ese encalostramiento y el peso al nacimiento del lechón, con su supervivencia en lactación.

Para ello, estudió 330 lechones menores de un kilo y 366 de más, procedentes de 10 granjas distintas. Había que identificar individualmente los lechones y en el primer día de vida llevar a cabo una analítica de sangre para ver a cuánta cantidad de calostro habían accedido.

El 87% de los mayores de un kilo encalostraron bien, porcentaje que bajaba al 57% en los lechones nacidos con menos de un kilo. Estos tenían menos fuerza y vitalidad para llegar a la teta, mamar y, por tanto, para sobrevivir. Del mismo modo, los animales nacidos con más de un kilo eran los que tenían mayor capacidad de crecimiento posterior.

Esta circunstancia aconsejaba tomar medidas para ayudar al lechón pequeño, como es aplicar focos de calor para mejorar las condiciones de bienestar e inmunidad, o propiciar un encalostramiento en el que se priorizara a los lechones pequeños.

Así, después de cuatro meses analizando la evolución de los lechones llegó a estas conclusiones, por lo que inició un encalostramiento secuencial, de tal modo que separó a los más grandes nada más parir, aunque les dejó junto a la madre para el calor, con el fin de que los de menor tamaño pudieran acceder al calostro antes. Y además, puso cerdas nodrizas a disposición de estos lechones, con el fin de aprovechar el buen potencial de estas madres.

Granjas: El estudio de Copiso se ha llevado a cabo en diez granjas, dos de reproductoras y ocho de lechones.

Guillermo Moreno

Guillermo Morenohds

El trabajo lleva por título ‘Influencia del peso al nacimiento y la ingesta de calostro en la supervivencia, inmunidad y crecimiento de los lechones en lactación’ y además le permitió al veterinario de Copiso obtener el primer premio al mejor póster de investigación 2024 en el XLIII Congreso de Anaporc celebrado hace unas semanas en Huesca.

El estudio partía de los datos sobre producción recogidos por Guillermo Moreno en dos granjas de cerdas reproductoras. Pero el interés del asunto llevó a ampliar el análisis, para lo que se ha contado con otros colaboradores, entre ellos el ingeniero agrónomo de Copiso Carlos Cabetas.

«Tenemos más de 50.000 cerdas reproductoras en Copiso y necesitamos sustituir aquellos animales que mueran o sean improductivos; por ello producimos las mejores hembras con la mejor sanidad, genética y potencial. Aquí la alimentación y el bienestar animal juegan un papel importantísimo», señala Guillermo.

Este veterinario sanestebeño tiene asignadas dos granjas de madres de Copiso, donde los lechones están hasta alcanzar los veinte kilos, y ocho de recría, donde alcanzan unos 100 kilos. «Y de ahí el 40% se van como reproductoras a otras instalaciones de Copiso, mientras que el resto se vende para el mismo fin por todo el territorio nacional. Es decir, nos autoabastecemos y servimos a otros».

Reconoce que el hecho de que en Soria la densidad de la población de porcino sea más baja que en otras provincias ayuda a que la prevalencia de las enfermedades sea muy baja con respecto a otras zonas. «Sin olvidar las medidas de bioseguridad tan importantes, o la logística, muy estudiada y eso tiene un coste superior, pero compensa porque se buscan la sanidad y el bienestar animal», añade.

tracking