Diario de Castilla y León

A la cabeza de la acuicultura continental

Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor producción con uno de cada cuatro peces salidos de piscifactorías de interior en España, el 25%, y le siguen a distancia Galicia, Cataluña y La Rioja, según el último informe de la primera asociación del sector

Un niño observa un banco de peces en un estanque artificial de agua dulce.- PQS / CCO

Un niño observa un banco de peces en un estanque artificial de agua dulce.- PQS / CCO

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Castilla y León es la Comunidad líder de la acuicultura continental, con uno de cada cuatro peces salidos de piscifactorías de interior. Así lo desvela el último informe de la entidad que agrupa a la práctica totalidad de las empresas del sector, la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar). Acaba de publicar su Memoria de sostenibilidad, un estudio de carácter anual que en esta ocasión desgrana la actividad de la acuicultura en todo el país durante el último ejercicio, 2022.

Tras Castilla y León, máxima productora con el 25% nacional en esta modalidad acuícola, aparecen en la tabla, y a distancia, Galicia, con el 11,4%; Cataluña, con el 10,7%; La Rioja, con el 10,6% y Aragón, con el 10,5%. A la cola están el País Vasco, con un gajo de solo el 0,4%, Cantabria, con el 1% y Castilla-La Mancha, con el 5,5%. Nada tiene que ver este ranking con el de las piscifactorías de la costa. En ese caso, es la Comunidad Valenciana la que mayor producción de especies marinas presenta, con 14.575 toneladas, seguida por Murcia, con 11.368; Andalucía, con 8.664; Galicia, con 8.314; Canarias, con 5.676 y ya en sexto lugar, a mucha distancia, Cataluña, con 95 toneladas.

La acuicultura continental aporta menor producción que la marina porque, en general, requiere una mayor inversión en la habilitación de instalaciones adecuadas. Aun así, la producción de Castilla yLeón es similar a la de la quinta comunidad costera, con un total de más de 5.000 toneladas de pescado anuales, sobre todo de trucha arcoíris.

La Administración autonómica destaca las grandes posibilidades de la Comunidad para este tipo de explotaciones, ya que la recorren nada menos que 35.000 kilómetros de ríos, junto a 45.000 hectáreas de aguas embalsadas. Son lugares «que aportan múltiples oportunidades para desarrollar cultivos acuícolas», asegura la Junta. «En consecuencia, es esencial implementar una cuidadosa gestión sanitaria de los animales acuáticos, así como medidas de bioseguridad y de protección del bienestar animal, que posibiliten impulsar una producción acuícola sostenible y de calidad, y en consecuencia generar empleo vinculado al territorio que contribuya a la mejora de la actividad económica y a la fijación de la población del medio rural en nuestra Comunidad», añade la misma fuente.

A la trucha arcoíris, con una producción que rozó las 4.000 toneladas en 2022, le siguen especies como el langostino blanco, con una única piscifactoría en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, que produjo ocho toneladas, y el salmón del Danubio, con unas 3,47 toneladas el último año.

Instalaciones del Centro de Investigación en Acuicultura de Itacyl en Zamarramala (Segovia). Diego de Miguel / ICAL

Instalaciones del Centro de Investigación en Acuicultura de Itacyl en Zamarramala (Segovia). Diego de Miguel / ICAL

Según datos actualizados de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) actualmente existen en la demarcación 40 piscifactorías, de las que 27 se encuentran junto a distintos ríos o arroyos de la cuenca. Cada una de ellas se modela, dentro del Plan Hidrológico del Duero, como una Unidad de Demanda Piscícola (UDP) de forma individualizada. Los datos necesarios para la caracterización de estas unidades se recogen en el sistema de información Mírame-IDEDuero.

«El sector acuícola está desarrollado en la cuenca de forma polarizada, con mayor intensidad en los sistemas de explotación del Tormes, Riaza–Duratón y Pisuerga y con sistemas sin ninguna entidad de este tipo, como Támega, Tera o Bajo Duero por ejemplo», explica el organismo gestor de la Cuenca.

Según datos de la Junta de Castilla y León, entre las piscifactorías existentes, 37 son de producción y/o reproducción de cultivo de agua dulce, cuya clasificación zootécnica se divide en trece pesquerías de suelta y captura; catorce explotaciones de engorde para consumo humano; seis explotaciones de reproducción; un vivero y tres explotaciones clasificadas como ‘otras’. Castilla y León además cuenta con la mencionada piscifactoría de cultivo de agua salada dedicada al engorde y vivero de langostino blanco (Litopenaeus vannamei).

INVESTIGACIÓN

Además de las instalaciones dedicadas a la producción y reproducción, existen un establecimiento de transformación autorizado, así como dos explotaciones dedicadas a la formación y un centro de investigación. Además, Castilla y León cuenta con las tres únicas fábricas de piensos para acuicultura que existen a nivel nacional, según datos de la Administración autonómica, ubicadas en las provincias de Burgos, Palencia y Segovia.

En cuanto a las especies que se cultivan en Castilla y León, en primer lugar está la mencionada trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), que es el principal cultivo en la Comunidad con 30 explotaciones dedicadas. También se produce la trucha común (Salmo trutta), en piscifactorías explotadas por la Consejería Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, con fines de repoblación, con tres explotaciones.

Existe además una explotación que produce salmón del Atlántico (Salmo salar), otra con salmón del Danubio (Hucho hucho) y dos explotaciones de tenca (Tinca tinca).

Las explotaciones acuícolas requieren, como las ganaderas, las correspondientes medidas de sanidad animal. En primer lugar deben contar con  un plan de bioseguridad y la creación de un protocolo de retirada de animales muertos, así como el establecimiento de un protocolo de manejo ante brotes de enfermedades y buenas prácticas de higiene primaria.

Otras de las medidas, según detalla la Junta de Castilla y León, consisten en « documentar la vigilancia pasiva de las enfermedades; la existencia de vallado perimetral de la explotación así como de instalaciones de cuarentena, para aquellos movimientos en que ésta sea obligatoria».

Disponer de un plan de acceso de personal a las instalaciones y protocolos de visita ; documentar el plan de limpieza y desinfección y documentar el procedimiento para la recogida, transporte, manipulación, eliminación y tratamiento de los cuerpos enteros o partes de animales acuáticos no destinados al consumo humano son otras de las medidas exigidas a las explotaciones acuícolas.

El Consejo Económico y Social de Castilla y León (CES) ha incluido por primera vez al sector acuícola en la última edición de su Informe sobre la situación económica y social de la Comunidad, aprobado el pasado 28 de junio.

En un breve análisis sobre la acuicultura continental y su presencia en la Comunidad Autónoma, el CES destaca que más del 60% del pescado de la acuicultura mundial se cultiva en agua dulce , y que la acuicultura europea «ofrece productos de calidad que se ajustan a normas estrictas en materia de sostenibilidad ambiental, bienestar animal y protección del consumidor». Dentro de la UE, según los datos que manejó el CES en el informe, España es el principal país productor, seguido de Reino Unido, Francia e Italia. En términos de valor de las producciones, España ocupa el cuarto puesto. 

En España, la producción de la acuicultura representa el 27% del total nacional de la producción de productos acuáticos (pesca+acuicultura) . El sector sufrió un fuerte impacto negativo durante de las restricciones impuestas por la pandemia de Covid, con descensos en todos los indicadores económicos para el sector en su totalidad. 

INDICADORES

En cuanto a los indicadores de empleo, todos mejoraron en 2021 en términos de variación anual. Los resultados mejoraron tanto en la acuicultura marina como en la continental, con la única excepción, en esta última, de los gastos de personal, que se incrementaron con respecto a los del año 2019.

En el ámbito de Castilla y León, se observa un incremento en los valores de los indicadores que miden el empleo en esta actividad, así como un evidente predominio del trabajo asalariado sobre el no asalariado. En el caso de España, la evolución es la contraria, se registra un descenso en las personas y unidades de trabajo empleadas en la acuicultura durante el período analizado (2019-2021). 

En lo que se refiere a la distribución entre asalariados y no asalariados la situación no es la misma que en el Castilla y León, sino que el peso del empleo no asalariado es bastante similar. Debe tenerse en cuenta que en el caso de los datos nacionales, está incluido el empleo, tanto en la acuicultura continental como en la marina, con características muy diferentes.

El informe anual del CES concluye que la acuicultura «es un sector productivo alimentario con un gran potencial de crecimiento». Por otro lado, «la acuicultura actual se caracteriza por la innovación. Las empresas invierten en investigación y desarrollo de manera continua, cuentan con destacados científicos, investigadores y centros de formación y acumula patentes y proyectos en retos como el de la alimentación de los peces, el bienestar animal o la eficiencia y sostenibilidad de las instalaciones».

Según la misma fuente, en Castilla y León existen empresas dedicadas a esta actividad, que incluye el cultivo de peces, moluscos, crustáceos, ranas y reptiles, animales acuáticos invertebrados y plantas acuáticas. El CES quiso destacar el potencial de esta actividad productiva «que además, puede contribuir de manera importante al arraigo de la población en zonas rurales fluviales, generando riqueza y empleo en su entorno».

Por ello, desde el Consejo se recomienda «el desarrollo de un marco normativo adecuado para la acuicultura continental, dar impulso a la innovación en el sector, aplicar la transferencia de resultados y darles divulgación científica, fomentar la minimización y valorización de residuos de la acuicultura a través de la I+D+i y mejorar la eficiencia energética de los procesos productivos».

En cuanto a las piscifactorías asociadas a los diferentes cursos de ríos y arroyos, la provincia que más de ellas acapara es Salamanca, con cinco, cuatro de ellas en el curso del río Tormes, entre ellas un centro ictiogénico dedicado a la repoblación, en la localidad de Galisancho. Alba de Tormes, Encinas de Arriba y Sieteiglesias de Tormes son los otros municipios del Tormes que cuentan con piscifactoría. En dos arroyos se sitúan otras dos explotaciones acuícolas salmantinas, las de los términos de Machacón y Boada.

PISCIFACTORÍAS

León es la segunda en la tabla de instalaciones acuícolas continentales, con cinco. Dos de ellas se instalan en el cauce del río Porma, en la localidad de Vegas del Condado, mientras las otras tres se ubican en el Órbigo (Carrizo), el Duerna (en Castrillo de Valduerna) y el Silván (en Puebla de Lillo).

Cuatro provincias cuentan con tres instalaciones acuícolas: Segovia tiene una en Fuentidueña, junto al arroyo del Prado, otra en Lagunas de Contreras, junto al Duratón y la tercera en Sacramenia, en el Arroyo del Coto. Soria posee dos en el Duero, en San Esteban de Gormaz y en El Burgo de Osma, mientras la tercera está en Ucero, junto al río del mismo nombre. 

Las tres instalaciones de Valladolid forman parte de la misma explotación, muy singular, en la localidad de Villavicencio de los Caballeros. Se trata de tres charcas artificiales para la cría de ranas. Por último, Palencia acoge una piscifactoría junto al río Pisuerga, en el término municipal de Pomar de Valdivia; otra junto al Carrión, en Pino del Río y la tercera en el arroyo de Villafría, en Santibáñez de la Peña.

Burgos cuenta con una piscifactoría en Quintanar de la Sierra, junto al río Arlanza, y su segunda instalación es también singular, el ‘Aula de la Naturaleza-Aula de Pesca’ instalada en Pineda de la Sierra, junto al río Arlanzón.

Para finalizar la tabla, dos provincias cuentan con una sola instalación, según los registros de la CHD: Ávila, con una piscifactoría junto al río Tormes en la localidad de Santiago de Tormes, y Zamora, con una explotación de tencas junto al arroyo de Jambrina, en el término municipal de Casaseca de las Chanas.

En el ámbito nacional, según los datos hechos públicos por Apromar, España es el país líder de la UE por volumen de producción de acuicultura y ocupa la segunda posición en cuanto al valor de esa producción. En 2021, las cifras de producción de la acuicultura española fueron de 327.309 toneladas y su valor en primera venta alcanzó los 629 millones de euros, ocupando en cuanto a volumen de producción, el 25º puesto en el ranking mundial de acuicultura.

En 2020, también en referencia al conjunto de España, el número de granjas acuícolas en funcionamiento fue de 5.102, las cuales se repartieron entre las 4.842 granjas de moluscos, 150 granjas de acuicultura continental y 110 granjas de acuicultura marina.

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