Igualdad
La titularidad compartida para visibilizar a la mujer en el campo
Explotaciones agrícolas y ganaderas. Desde que en 2012 entró en vigor esta ley en Castilla y León ya se han conformado 300 titularidades compartidas, casi la mitad de las que hay en todo el territorio nacional
En Castilla y León un tercio de los trabajadores dados de alta como autónomos son mujeres. La presencia de las mujeres en el sector del trabajo autónomo no es demasiado alta, pero está por encima de la media de lo que ocurre en el resto de Europa. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, a 31 de septiembre, entonces había 56.580 féminas de un total de 161.630, entendidos los autónomos sólo como personas físicas. Pero el porcentaje se reduce a la mínima expresión en la agricultura, sector que registró 29.133 autónomos en la Comunidad: sólo 6.439 mujeres.
Precisamente la agricultura y la ganadería son los sectores que contribuyen a fijar población en el medio rural que es el objetivo prioritario de la España Vaciada. Para profesionalizar la actividad agraria de las mujeres se creó la titularidad compartida. Desde 2012 son 300 las explotaciones en Castilla y León en los que figuran ambos cónyuges acogiéndose a esta ley. Pese a que la inmensa mayoría de las mujeres agricultoras comparten las tareas agrícolas de las explotaciones familiares con sus parejas, estas actividades son vistas como una extensión de sus tareas domésticas y de cuidados. Con objeto de paliar esta situación de desigualdad e invisibilización del trabajo de las mujeres rurales en el sector agrario y las consecuencias negativas que de ella se derivan, el 5 de enero de 2012 entró en vigor la Ley 35/2011 sobre titularidad compartida de las explotaciones agrarias con los objetivos de profesionalizar la actividad agraria de las mujeres, mejorar la participación femenina en las organizaciones agrarias, visibilizar el trabajo de las mujeres en las explotaciones agrarias, fomentar la igualdad y mejorar la calidad de vida en el medio rural y ayudar al asentamiento de la población rural.
Maite Lafuente, que lleva diez años viviendo en Langa de Duero, se encuentra tramitando su titularidad compartida. Madrileña de nacimiento pasaba los veranos en la localidad soriana, de donde son sus abuelos y su padre. Con 23 decidió abandonar la gran urbe y se trasladó a Langa junto con el que ahora es su marido. Aunque él de toda la vida se había dedicado al porcino Maite no se lo planteó hasta que tuvieron a su hijo. Había estudiado un grado superior en Adminisitración y Financias e intentó buscar empleo de su sector. Primero estuvo en un laboratorio de Aranda de Duero (Burgos), y luego trabajó en una gestoría hasta que cerró. «Cuando me quedé embarazada es cuando empecé a pensar en un futuro vinculado a la ganadería». El principal motivo era la dificultad para conseguir empleados para la granja. «La gente busca trabajos de lunes a viernes y desde luego no quiere nada que tenga que ver con los animales». No obstante, el porcino es un sector en alza que cada vez está teniendo más demanda, y por eso cree que es el momento de apostar por ello.
Su marido tenía una granja de unos 3.000 cerdos de cebo que heredó de su familia. Y en 2011 realizó el curso de incorporación agraria para iniciar la titularidad y crear un segundo núcleo, éste con 4.320 animales, también de cebo. Ahora ella está a punto de conseguir la cotitularidad. Había empezado el curso justo antes del estado de alarma; de hecho tuvo que hacer los exámenes on line.
A su juicio, lo peor es toda la tramitación administrativa que hay que realizar para conseguir esta titularidad compartida, que hay que pasar hasta por notario. Pero por lo menos puede cotizar a la Seguridad Social mientras realiza trabajos en la granja junto con su marido y compatibiliza la vida familiar, intentando conciliar lo mejor que puede. «Ahora que el niño tiene cinco años tengo más tiempo para dedicar a los animales. Suelo estar en la instalación por las mañanas cuando dejo al niño en el colegio. Y luego ya por la tarde sigue solo mi marido. Pero si tengo que ir yo también a la granja el niño se queda con mi suegra».
De las 300 explotaciones de titularidad compartida hasta la fecha 118 son titularidades compartidas de explotaciones agrícolas, 118 con orientación ganadera, 38 mixtas y 26 sin identificar. Burgos, Palencia y Valladolid son las provincias en las que hay más explotaciones agrícolas en titularidad compartida. Y las provincias en las que existen un mayor número en explotaciones ganaderas son Ávila, León y Salamanca. Hasta el momento solo se han denegado dos solicitudes (una en León y otra en Salamanca), ambas por el mismo motivo no cotizar alguno de los cónyuges a la Seguridad Social Agraria, según explica Mercedes Berciano, jefa del Servicio de Inversiones en Explotaciones Agrarias.
El registro empezó a funcionar en Castilla y León, a partir de la Ley 35/2011, así los primeros registros tienen fecha del año 2012. «Del total de titularidades compartidas dadas de alta en el registro nacional, casi el 50% corresponden a Castilla y León», indica Berciano. Esto se debe a que para favorecer la constitución de esta forma de titularidad una de las medidas que se puso en marcha en Castilla y León fue la posibilidad de optar ambos cónyuges a la ayuda de primera instalación de agricultores jóvenes, aun instalándose ambos en la misma explotación y sin la obligatoriedad de incrementar la dimensión de la misma. «Además, la explotación cuyo titular es la Titularidad Compartida puede optar también a las ayudas a inversiones en explotaciones, por lo que una única explotación podría tener acceso a tres ayudas, dos de primera instalación y una de plan de mejora». Esto es de suma importancia en aquella explotaciones que se crean por la pareja y que precisan para su puesta en marcha una inversión considerable, ya que se pone a disposición de ambos la financiación necesaria para la puesta en marcha. «Normalmente las explotaciones ganaderas necesitan de mayores inversiones para su puesta en marcha y esto puede explicar que se constituyan más titularidades compartidas en ganadería que en agricultura», manifiesta.