PREVISIÓN DE LA PATATA
La patata, en busca de red para pasar la cuerda floja
El cierre del canal Horeca complica el arriesgado mercado del tubérculo / El campo pide precios justos, interprofesional y contener la importación
Castilla y León es la Comunidad líder en producción de patatas en España , con más de 933.000 toneladas cosechadas el pasado ejercicio. El dato se sitúa por encima del 40% del total nacional , que rondó las 2,1 millones de toneladas. Se trata de un sector con grandes oscilaciones en los precios de mercado y poco disciplinado de cara a organizarse, lo que suele multiplicar las preocupaciones de los agricultores. Pero éstos, pertinaces, no cejan en el empeño, año tras año, de continuar con un cultivo que en muchas ocasiones comparan con jugar a la ruleta.
Esta campaña pinta más arriesgada que ninguna de las anteriores, pues a la volatilidad de los precios de todos los ejercicios se unen todas las incertidumbres asociadas a la pandemia de coronavirus y, en especial, al cierre del canal Hoteles, Restaurantes y Cafeterías (Horeca), que ha supuesto la voladura de uno de los principales conductos de comercialización del producto. ¿A qué ritmo volverá a entrar en funcionamiento ese canal? Nadie lo sabe.
Sin embargo, la previsión de superficie de patata que estiman las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) es igual que la de la campaña anterior: más de 19.000 hectáreas, con una capacidad de producir una cantidad análoga a la de la campaña 2019. «Creemos que la superficie de producción será muy parecida al año pasado, entre 19.000 y 20.000 hectáreas va a estar la cosa» confirmó, en respuesta a este periódico, el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo. «Sí que es cierto que hay 80 millones de turistas que venían a España, que consumían muchas patatas y este año no van a venir. Este consumo no se va a tener, pero también es cierto que España consume unos tres millones de toneladas de patatas y produce alrededor de dos, un millón de toneladas vienen principalmente de Francia».
La producción podrá superar las 900.000 toneladas con más de 19.000 hectáreas
Así, según el responsable de la Opa, «hay dos cuestiones claras: si tenemos producción en España no hace falta traerla de fuera. Ese millón que traíamos de fuera es lo que podría consumir el turismo. El problema se puede solucionar si se consume patata nacional».
Si el sector es capaz de convencer a los consumidores de que opten por el producto nacional, «no haría falta traerlo de fuera y consumiríamos lo que producimos. Nuestra patata es de mejor calidad que la de Francia, una de nuestras principales competidoras, y podemos tener un equilibrio entre producción y consumo», añadió.
«Dicho esto» , Dujo cargó contra la distribución: «Lo que es vergonzoso es el precio al que la distribución está vendiendo patatas. Me informan que estos días tiendas de grandes ciudades como Madrid y Barcelona están vendiendo la patata a granel a un euro y medio el kilo. No entiendo cómo puede ser que patatas que posiblemente han comprado a los agricultores a 20 ó 30 céntimos, pueda llegar al consumidor, sin hacerlas nada, a 1,50 ó 1,55 euros».
«Eso, sin duda alguna, no anima al consumo porque es un producto caro, y es un margen abusivo y por lo tanto es robar a los consumidores, porque les están cobrando un precio excesivo para los costes de producción. Desde aquí hago un llamamiento a la distribución, a que sea coherente, que se comporte, que venda a precios equilibrados, que gane dinero pero no robe», añadió.
Ley de la cadena
También hizo Dujo un llamamiento a la Administración, tanto a la autonómica como nacional, «para que ponga a funcionar esa Ley de la Cadena de Valor, que ponga la Aica [Agencia de Información y Control Alimentarios] a investigar, que ponga a trabajar a la Comisión Nacional de la Competencia, y no permita esos precios abusivos. Todos tenemos que vivir, pero no puede ser que el agosto lo hagan la distribución y la industria agroalimentaria a costa de arruinar a los agricultores y sacar el dinero a los consumidores».
De parecida opinión se mostró el coordinador autonómico de la Alianza Upa-Coag, Aurelio González: «Yo creo que este año los dos grandes problemas que vamos a tener en Castilla y León son el vino y la patata» . Según explicó, «aquí se siembra mucha patata. Yo creo que se podría haber hecho alguna previsión que fuera algo menos, pero como no hay una interprofesional funcionando todavía, no se ha hecho, y mucho nos tememos que vaya a haber problemas».
Ya costó sacar al mercado la última patata de la pasada campaña. «Abril se han notado mucho con el cierre del canal Horeca, vamos a ver cómo evoluciona esto. Hay que competir, sobre todo, con las importaciones de otros países, y esa es nuestra principal preocupación. Si el consumidor está concienciado, que lo está en muchos casos, si se le ofrece producto nacional va a preferir el producto nacional. Ahora, hay que concienciar a esos almacenistas y a esos importadores de productos de fuera para que den prioridad a nuestra patata». Pero «si se siguen haciendo lo de ahora, poner en los lineales patata israelí, patata de Francia, y de otros países, vamos a tener problemas».
Las Opas instan a la Administración a vigilar las prácticas especulativas
En cuanto a los precios al consumidor, González se sumó a las críticas. «Sí sé que de cara al consumidor hemos visto cosas terribles, patatas que el 12 de marzo estaban a 0,70 en los lineales las hemos visto a 1,30 el día 16. Hemos visto patatas de aquí en Cataluña a 1,40 cuando aquí las últimas se han pagado entre 0,18 y 0,20 céntimos el kilo, tanto en marzo como ahora en mayo a nuestros agricultores, patata almacenada».
Aunque ahora la patata nacional que se comercializa es almacenada, en breve comenzará la recolección en el sur, zona que constituye la principal competencia para Castilla y León. «Aunque Galicia tiene mucha producción, la patata gallega tiene otros canalizadores. Para nosotros quien marca temporadas y precios es Andalucía y Murcia», apuntó.
La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) ve el asunto con la misma preocupación. «Yo mismo he sembrado patata y estoy acojonado» , confesó el coordinador autonómico de la organización, Jesús Manuel González Palacín. «Nos preocupa muchísimo el cierre del canal Horeca y lo que recomendamos a los productores es que siempre haga contratos, que no siembre sin tener un precio asegurado».
«Por otro lado, debería haber un compromiso de la industria y la distribución de no traer patatas de otros países mientras existan aquí. Es un compromiso que pedimos siempre, pero dadas las circunstancias, con la pandemia, creo que ese compromiso debería ser aún más patente en todas las relaciones comerciales y en todas las relaciones contractuales. Es el mínimo compromiso que le podemos pedir a nuestra industria y a nuestras distribución, más cuando es una industria que recibe bastante dinero de la Administración regional».
En cuanto a las previsiones de superficie, UCCL estima que las incertidumbres han provocado temor en los agricultores, y creen que se plantará «algo menos». «Es la esperanza que tenemos» asegura, pero los datos «no se sabrán hasta que se cierre la PAC, que está abierta hasta el 15 de junio».
Contratos
En cualquier caso, UCCL reitera la importancia de la firma de contratos. «La patata de industria suele estar bajo contrato el 100% de la producción, y por eso es más segura: los años buenos no se gana tanto, pero en los años malos no se pierde tanto». Algo que no se cumple en el resto de casos. «La patata en fresco se empieza a contratar, cada vez más, pero no acaba de cuajar» , lamenta.
Un asunto, el de los contratos, que respeta escrupulosamente uno de los mayores comercializadores de patata de España, Patatas Meléndez, afincado en la localidad vallisoletana de Medina del Campo. Con unas modernas instalaciones de más de 24.000 metros cuadrados destinadas a la selección y envasado de patatas, se ha convertido en uno de los principales centros productivos de patata en Europa. La entidad ha puesto de manifiesto desde hace años su «compromiso especial con los productores de la tierra», a través de un ‘Plan agrario’ propio con horizonte en 2021. «Nuestro trabajo se dirige a una meta fundamental que se basa en conseguir que la patata española esté presente en el mercado durante los 365 días del año», asegura la empresa. «Nuestra relación profesional con los agricultores se realiza a través de la suscripción de contratos, descubriendo nuevas zonas de plantación e impulsando el cultivo de patatas».
La compañía también realiza asesoramiento técnico sobre las variedades que más demandan los consumidores en el mercado y fomenta la innovación tecnológica, tanto en procesos de cultivo como en la dotación de infraestructuras modernas y eficientes de cara al almacenamiento de las patatas. También «en los procesos de lavado, selección y envasado, y en los sistemas de garantía de calidad que aseguran el desarrollo de un sistema de buenas prácticas agrícolas» .
El director general de la empresa, Javier Meléndez, ve con optimismo el panorama del sector pese al cierre del canal Horeca: «En el canal de la gran distribución se sigue a un ritmo normal, e incluso en marzo y abril la demanda ha sido excepcional, muy importante, llegando a triplicar lo habitual». Una demanda que en mayo «se está normalizando».
Canal mayorista
Por otro lado está el canal mayorista «que tuvo un comportamiento alcista durante el primer mes de confinamiento, pero luego ese canal se ha visto bastante perjudicado, y estamos a un 50% de los ritmos de trabajo habitual». Se trata de la red de mercados centrales, que suministran a tiendas especializadas. Por último, el canal Horeca se ha visto «parado por las circunstancias».
Patatas Meléndez vende patata fresca, que es su principal núcleo de negocio, y también produce snacks, un complemento a su actividad. La entidad compra patata a los productores, la limpia, la higieniza, la envasa y la comercializa. «Como estamos bastante diversificados, en esta situación de parón por la pandemia de Covid-19 hemos aprovechado compromisos que teníamos de los agricultores con el canal Horeca y los hemos reconducido a los demás canales. Esa diversificación nos ha permitido dar salida a la producción», explicó, si bien admitió que otras empresas «están teniendo muchos problemas» por la situación del mercado.
La crisis ha potenciado la imagen de la patata como producto saludable
También lamentó que Patatas Meléndez acusará una «merma de rentabilidad», relacionado con su porcentaje de actividad destinado a la industria. En torno a un 10 ó 15% de esa producción, sin salidas comerciales, «la tenemos que dar salida a través de ganaderos, o de donaciones de los productos, lo que finalmente disminuirá la cuenta resultados».
«Lo que está claro, de cara a los productores, es que lo primero que hay que hacer es planificar con operadores solventes, que respondan ante cualquier situación, como esta tan excepcional que estamos viviendo», indicó Meléndez, quien, pese a las circunstancias, destaca algunas consecuencias positivas que está teniendo el confinamiento para el sector.
Y es que «la patata fresca, desde el punto de vista de sus cualidades saludables, no se había puesto en valor, y ahora sí se está valorando, se está consumiendo más que antes». La vuelta de la mirada del consumidor a alimentos básicos como la patata «ha sido un soplo de aire fresco, que nos ha ayudado a que la patata recupere el lugar que merece entre los productos alimentarios».
La patata sale, así, reforzada, como le ha ocurrido también a otros productos primarios. «El consumidor se ha dado cuenta de sus muchas capacidades nutricionales, como alimento muy saludable y completo, muy versátil en la cocina». Meléndez calculó que el incremento de consumo del producto en la cadena de alimentación se moverá en la cuña «de un 5 a un 10%».
«Nosotros cumplimos los contratos a rajatabla» aseguró, por su parte, el director de Operaciones de Patatas Meléndez, Juan Manuel Coello. «Si tú estás con empresas serias y productores serios, el contrato es una herramienta muy buena para establecer seguridad, fijar el precio y evitar el lado especulativo del mercado».
Planificación
Por eso, estimó, «al final lo que hay que hacer es planificar la producción, para lo que tiene que haber detrás una empresa que pueda indicar cuándo las va a querer recolectar. Alguien tiene que planificar». Y es que, indicó, «no es recomendable sembrar patatas por intuición».
En cuanto a la ‘pregunta del millón’, si habrá mercado para comercializar una futurible producción de 930.000 toneladas, Coello dijo que responder a eso ahora «sería tener una bola de cristal» . Él reconoce que persisten «muchas incertidumbres», sobre todo en aquello que tiene que ver con el canal Horeca. «En fresco podemos decir que hay tranquilidad, pero no sabemos cómo se comportará la hostelería».
La Administración autonómica, por su parte, espera que se puedan reducir lo máximo posible las incertidumbres. «La Consejería está progresando de manera positiva en la creación de la interprofesional y toda nuestra intención es tenerla ya pronto, va a ser un paso muy importante y un grandísimo beneficio para los profesionales del sector», aseguró el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero. Se trata de un órgano largamente esperado y demandado que tendrá mucho que decir en cuanto a la planificación de los cultivos, y podría influir de forma decisiva en la estabilidad de los precios.
La Administración autonómica no cuenta aún con datos sobre la superficie de patata de consumo que se plantará en esta campaña. «Hasta que no realicen la declaración PAC 2020, no tenemos forma de saberlo», aseguraron fuentes de la Consejería. En cuanto a patata de siembra, se estima que habrá unas 1.500 hectáreas. Los precios que se están pagando en la actualidad, según datos que maneja la misma fuente, «rondan los cuarenta céntimos el kilo, más del doble de lo pagado otros años».
Castilla y León, líder en producción de patata con más del 40% de la cosecha nacional
Castilla y León sigue líder en producción de patata y acapara más del 40% de la producción nacional, con una cosecha que alcanzó las 933.084 toneladas en la pasada campaña. Supone, más exactamente, un 44% en un total de 2,1 millones de toneladas que se recogieron en España el pasado año. Le siguen en la tabla, aunque a distancia, Galicia, con unas 300.000 toneladas (el 14%) y Andalucía, con algo más de 250.000 (el 12%). Pese a tener una mayor producción Galicia, el principal competidor de la Comunidad, y quien marca los ritmos del mercado, es Andalucía, que junto a la región de Murcia (con una producción de 150.000 toneladas, el 7% del total nacional) empuja fuerte al disponer antes de su cosecha.
También es Castilla y León líder en superficie cultivada, con 19.164 hectáreas en la pasada campaña, más del 28% de la superficie total en España, que rebasó las 67.000. La segunda Comunidad de la tabla también es en esta ocasión Galicia, con 17.000 hectáreas (el 25%) seguida de Andalucía, con unas 10.000 (el 15% del total en España).
Por provincias, la primera en producción es Valladolid, con 259.550 toneladas en la última campaña, el 28% del total regional. Le siguieron Salamanca, con 226.058 (el 24%); Burgos, con 102.330 (11%); Segovia, con 101.350 (11%); León, con 70.633 (7,5%); Ávila, con 66.713 (7,4%); Zamora, con 49.482 (5,3%); Palencia, con 35.992 (3,8%) y por último Soria, con 20.976 toneladas, el 2,2%.
Parecido orden guardan las provincias respecto a la superficie cultivada. En el caso de la última campaña de referencia en cabeza se situó Valladolid, con 5.191 hectáreas, el 27% del total regional. Le siguieron Salamanca, con 4.443 (el 23%); Burgos, con 2.359 (el 12%); Segovia, con 2.067 (11%); León, con 1.514 (8%); Ávila, con 1.326 (7%); Zamora, con 959 (5%); Palencia, con 868 (4,5%) y Soria volvió a ocupar el último lugar, con 437 hectáreas de patata cultivadas, el 2,3%. 13.087 hectáreas en Castilla y León fueron de patata tardía y 6.072 de media estación.