PREVISIONES DE LA CEREZA
La cereza madura con el ojo en el cielo
Las últimas lluvias pueden agrietar el fruto en El Bierzo, que inicia antes la recolección, mientras los valles de Caderechas y el Tiétar esperan una cosecha normal / Otras comunidades autónomas como Cataluña y Valencia dan por perdida gran parte de la producción
Castilla y León tendrá mejor suerte que otras comunidades autónomas en la recogida de cereza, si no hay sorpresas con algún fenómeno meteorológico extremo en las próximas semanas. La cosecha no va a ser histórica , ni llegará siquiera a la media de un año normal, pero al menos no se perderá en su totalidad como ya ha anunciado Cataluña, ni vendrá tan menguada como prevé la Comunidad valenciana.
La ‘Unió de Llauradors’ aseguró hace dos semanas que en Levante la cosecha se verá reducida a la mitad, como consecuencia de la climatología adversa. Por su parte, la ‘Unió de Pagesos’ aseguró, a últimos de abril, que da por perdida la campaña de la cereza temprana en Cataluña, como consecuencia de los aguaceros, y las plantaciones afectadas ni siquiera se cosecharán. Una situación muy distinta a una de las principales zonas productoras del país, la vecina comarca extremeña del Valle del Jerte con su Denominación de Origen Protegida, que prevé para esta temporada una cosecha normal en volumen, con unas 4.500 toneladas de distintas variedades.
La Comunidad castellana y leonesa recogió el pasado año 2.134 toneladas de cereza. Una cosecha muy escasa, que no alcanzó siquiera una cuarta parte de lo habitual. La producción se centraliza en cuatro provincias: León, con una marca de calidad en El Bierzo y 894 toneladas recogidas, acumuló la mayor producción en 2019; Ávila, con 763 toneladas, focaliza su producción en el Valle del Tiétar; Salamanca, con 300, produce sobre todo en la Sierra de Francia, y Burgos, con 150 toneladas la pasada campaña, cuenta con otra marca de calidad en el Valle de las Caderechas.
LINARES (Bierzo) «Este podría ser el año de lanzamiento de la Marca de Garantía, pues las tres cosechas anteriores no han pasado de ser anecdóticas»
El director técnico de la Asociación Berciana de Agricultores –que gestiona la Marca de Garantía Cereza del Bierzo–, Pablo Linares, ve aún incierto el volumen de recogida de la campaña. «Estamos a la espera de que pase esta semana, muy revuelta en lo meteorológico» , explicó en respuesta a este periódico. «Cuando pase este episodio evaluaremos la situación de las explotaciones. Hasta este momento no podemos decir que vaya a haber buena cosecha, porque la helada primaveral de mediados de marzo afectó a los árboles, pero tampoco prevemos una mala cosecha o escasa».
A los daños de esa helada tendrán que añadir los agricultores de la comarca del Bierzo las últimas lluvias y tormentas. «Aún no sabemos cómo pueden afectar. Es posible que hayan dado lugar a la proliferación de hongos, sobre todo monilia, o que se haya rajado la cereza, al no ser capaz de asimilar la piel tanto agua. En condiciones de exceso de lluvia, la piel no es capaz de estirarse y se agrieta. Eso hace que se eche a perder desde el punto de vista comercial, porque el fruto no aguanta la conservación», añadió Linares. La entidad prevé que pueda haber distinta casuística en las dos zonas diferenciadas de cultivo con que cuenta la comarca.
Así, lo ocurrido hasta este fin de semana ha sido clave, y hoy mismo agricultores y técnicos comenzarán la evaluación de los daños. Lo más seguro, valoró, es que la recogida esté más cercana a la de un año escaso que a la de un año medio. «La previsión de kilos está en torno al millón o millón y medio de kilos de Cereza del Bierzo», cuando un año medio está «en torno a dos millones y medio». Fue en las heladas cuando, según el técnico, se perdió «más o menos un millón de kilos». Aun así, «no es un año desastroso, porque con millón y medio salvaríamos la campaña».
Marca de garantía
Una campaña que podría ser la del verdadero lanzamiento de la Marca de Garantía Cereza del Bierzo, ya que, aunque cuenta con cuatro de antigüedad, en las tres anteriores se recogió muy poca cereza. «Fueron cosechas que no pasaron de anecdóticas. Hasta ahora hemos tenido mala suerte porque en 2017 las heladas estropearon la cosecha, en 2018 las tormentas de granizo... Después de tres años malos, la marca podrá arrancar esta vez», auguró el director técnico de Cereza del Bierzo.
No es el único producto al que se dedican los agricultores de la zona. La Asociación Berciana de Agricultores acoge también a productores de castaña y de pera. «La castaña va de momento bien, es el cultivo más retrasado porque ha brotado hace nada y se está desarrollando la hoja, pero el ciclo no va mal para el castaño. Mayoritariamente es un cultivo de secano, y todo ese agua le viene muy bien. Un año normal solemos recoger unos ocho millones de kilos».
En cuanto a la pera, también se vio afectada por las heladas. Por eso los agricultores están haciendo la purga de frutos que nos son viables. «Va a haber una afección, pero todavía estamos calculando porcentaje, se perderá como un 30% de cosecha, a finales de mayo sabremos». Una recolección normal pera en El Bierzo ronda los 12,5 millones de kilos. «Se quedará en unos nueve», previó Linares.
Caderechas
El segundo sello de calidad de cerezas en la Comunidad está en el burgalés Valle de las Caderechas. El presidente de la Asociación de Productores, Juan José Gandía, auguró una cosecha «prácticamente normal, con algún matiz», porque las partes bajas del valle «se helaron bastante, se puede perder hasta un 50% y las zonas altas un 20%» . Al contrario que en El Bierzo, en la zona la fruta «todavía está en pañales», lejos de la maduración, por lo que «no hay posibilidad de rajado». En cuanto a los hongos, «los árboles están trabajados, y por ahora no tienen pega».
Ese 50% de porcentaje de cosecha que peligra en las zonas altas incluye no sólo la helada, sino el problema de la escasa polinización. La abundancia de lluvias ha complicado la proliferación de insectos y por tanto ha mermado esa polinización tan necesaria.
La cosecha de la pasada campaña fue escasa, apenas la cuarta parte de lo normal
En la realización de los trabajos de fumigación y otros preparatorios de los cerezos, los profesionales no han tenido «ningún problema» por las restricciones del confinamiento por la pandemia de coronavirus, al contrario que en otras zonas de la Comunidad autónoma. «Los agricultores, cuanto más agrupados estén, mejor, y nosotros gracias a la asociación no hemos tenido ningún problema para desarrollar todas las fases del trabajo», aseguró.
La Marca de Garantía Cereza del Valle de las Caderechas funciona desde el año 2004 y acoge diversas variedades como la Napoleón, Monzón, Lampe, Burlat, Stark Hardy Giant, Summit, Sunburst, Lapins, Guinda Garrafal, Rainier y Van. En cuanto a las características particulares y de calidad de las cerezas amparadas por la marca, cuentan con una acidez mínima de 0,4 gramos de ácido málico por cada 100 gramos de fruto, y un contenido en azúcares totales expresado en grados Brix de al menos 12.
En un año normal se recogen unos 200.000 kilos acogidos al marchamo de calidad, aunque la producción total del valle ronda los 500.000. «Podríamos acercarnos a esa cifra, porque hay plantaciones nuevas que se han añadido a la superficie de cultivo». Una previsión que podría cambiar si se produce algún fenómeno meteorológico indeseado, como por ejemplo granizadas. «Aún pueden pasar muchas cosas, porque aquí hasta mediados de junio no se empezará a recoger», explicó Gandía. Aparte de la cereza acogida, en el valle se produce «mucha cereza de industria, que se vende a conserveras para guindas». Permanecen acogidos a la marca 25 agricultores.
Los profesionales del lugar no ven amenazas especiales en la cosecha, pero sí en la comercialización. «El problema lo tendremos este año en la venta, que es una incertidumbre. Muchos productores realizan venta directa, por ejemplo en mercados, y eso es todavía una incertidumbre», lamentó el presidente de la entidad. «Hacemos también dos o tres ferias. Nuestra intención es celebrarlas en julio, pero tampoco eso está asegurado ahora. Ojalá se llegue a julio en buenas condiciones, que se pase todo esto».
El Valle de Caderechas cuenta además con una segunda marca de garantía de manzana reineta. Los agricultores también producen peras, sobre todo de variedad conferencia, pero éstas no están acogidas a ninguna figura de calidad. «La manzana está terminando la floración y no se sabe aún cómo va a quedar, porque la manzana reineta es muy complicada de polinizar». Por su parte, la pera «va normal». El valle produce unos 200.000 kilos de manzana y bastantes menos, entre 30.000 y 40.000, de pera.
Sierra de Francia
Otra de las cuatro zonas importantes en producción de cerezas es la comarca salmantina de Sierra de Francia, que contó hasta hace pocos años con una marca de garantía propia. «La falta de apoyo institucional trajo como consecuencia que no pudimos mantener todos los gastos de esa marca, y tuvimos que dejarla», lamentó Joaquín Camaces, presidente de la Cooperativa Sotoserrano, la más grande de la zona.
Desaparecida la cooperativa de segundo grado ‘Sierra de Francia-Batuecas’, que gestionaba el marchamo de calidad que se denominaba «Sierra de Salamanca», ahora sólo quedan las de primer grado, de las cuales destacan ocho. A la de Sotoserrano se unen las de Madroñal, Herguijuela, Cepeda, Miranda del Castañar, San Miguel de Robledo, Santibáñez de la Sierra y Mieza.
«Aquí en Sierra de Francia va mal la cosa», aseguró Camaces. «Las explotaciones son muy pequeñas y agricultores a título principal somos pocos, casi todos son a título parcial, y con esto del Covid-19 no nos dejan salir a trabajar y fumigar o hacer los trabajos necesarios en los frutales».
El presidente de Sotoserrano aseguró que los agricultores han acudido a la Delegación del Gobierno, instancia que les asegura que sí pueden trabajar en sus explotaciones, «pero luego la Guardia Civil nos dice que tiene otras órdenes y nos manda para casa. Los tratamientos no se han podido efectuar», lamentó.
«Hay fruto, pero hay mucha humedad, y como no podemos hacer los tratamientos, prevemos que se vaya al garete media cosecha», añadió. «Esperemos que a partir del lunes [por hoy] nos dejen hacerlo. No entendemos por qué no se ponen de acuerdo la Delegación del Gobierno y la Guardia Civil. Por lo que nos cuentan los compañeros también está ocurriendo en el Valle del Jerte». Valle del Jerte y Sierra de Francia son dos comarcas muy próximas.
«Empezaremos a recolectar a mediados de mayo, pero también hay que hacer tratamiento en parras y olivo. Se va a perder mucho por el retraso en los tratamientos, entre otras cosas uva acogida a Denominación de Origen», advirtió. Se trata de la DOP ‘Vino de la Sierra de Salamanca’ en la que se integran 26 municipios, con más de 2.000 hectáreas de viñedo.
En cuanto a la cosecha de cerezas, «en un año normal en Sierra de Francia se acercaría a cinco millones de kilos, pero este año no llegaremos ni a dos millones y medio. No prevemos dejar nada sin recoger». En una campaña de las habituales, la cooperativa de Sotoserrano gestiona casi un millón de kilos, aunque Camaces reconoce que este año no será «ni la mitad». La recogida se prolonga hasta mediados de julio en Sotoserrano, uno de los enclaves más tempranos. En zonas más altas de montaña dura hasta agosto.
A la falta de tratamientos por la rigidez del confinamiento se une la casuística habitual del cultivo: «Ha habido un problema en la floración, a la que ataca mucho la monilia y no se ha hecho ese tratamiento. Cuando ataca el hongo y no se trata, daña mucho e incluso afecta a la campaña siguiente», lamentó. Un problema que se repite con las parras. «Hay que azufrarlas para que no entre el oídio, y una vez que entra no lo paras ni en campañas venideras».
Los agricultores de la Sierra de Francia demandan más flexibilidad. «Lo hemos pedido en escritos, hemos hecho un llamamiento, pero el problema persiste», lamentó. En la cooperativa se agrupan 204 socios, y en toda la comarca suman más de 500 agricultores. «Se trata de minifundios, por eso la agricultura en la zona suele ser en dedicación parcial. Los agricultores realizan frecuentemente otros trabajos, pero son agricultores dados de alta como los demás», explicó.
«Tuvimos una marca de garantía, pero vamos a menos porque no tenemos apoyo de las administraciones», reprochó el presidente de Sotoserrano. «Luchamos mucho pero la gente, los jóvenes, escapan a las ciudades, y más con todas las pegas que nos ponen. No entiendo que estemos ahora confinados, si estamos todo el año confinados en los pueblos, porque somos muy poca gente. Esto es la España vaciada y abandonada». Camaces critica que todo sean «trabas» y se sientan «perseguidos por la Guardia Civil, que nos ve y nos coge los datos».
Valle del Tiétar
En la comarca abulense del Valle del Tiétar permanecen a la espera de las últimas precipitaciones y el avance de la maduración para evaluar los daños que se hayan podido producir en los cerezos. Las cooperativas de agricultores, entre las que destacan Comapir, en el municipio de El Hornillo, y Vega de Gredos, en Poyales del Hoyo, examinan todos esos parámetros antes de efectuar un diagnóstico.
Las cerezas del Valle del Tiétar, en la zona sur de la Sierra de Gredos, están acogidas a la figura de calidad ‘Ávila Auténtica’ promovida por la Diputación de Ávila. La zona produce, en un año normal, entre 550 a 600 mil kilos de cereza en la zona del hornillo, a las que se suman otros 800.000 a un millón de kilos procedentes de la zona de El Arenal.
La zona cuenta con otras figuras de calidad como los Higos de Gredos, únicos con Marca de Garantía. Entre el Valle del Tiétar y el Valle del Río Cantos existen «unos pocos cientos de hectáreas donde se concentran más de 50.000 cerezos, que proporcionan las exquisitas cerezas del Valle del Tiétar», asegura la Diputación abulense.
La zona se ha convertido en una de las mayores productoras de cereza de Castilla y León. El pasado año, aun con una mala cosecha, registró una recogida de 763 kilos, colocándose la segunda de la Comunidad en volumen de producción. Esa recogida supuso aproximadamente la mitad de un año normal, la mejor cosecha en porcentaje de las cuatro zonas cereceras del mapa autonómico.
Se trata de cerezas muy apreciadas, con las características propias que ofrece su microclima especial, la pureza de las aguas de la Sierra de Gredos y su resguardo de los vientos del macizo montañoso.
El sector alerta sobre la escasez de mano de obra en la recogida
El sector de la fruta de hueso demanda medidas por la falta de mano de obra estacional debido a las restricciones de movilidad por la pandemia del Covid-19. La Federación Española de Asociaciones de Productores y Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (Fepex) ha alertado sobre la «incertidumbre» existente en zonas donde ya se está recogiendo fruta de hueso, especialmente la vecina Aragón y Cataluña. El problema también se está dejando notar en las campañas de ajo y cebolla.
En esas dos comunidades autónomas ya llevan a cabo las tareas de aclareo de la fruta de hueso, que se prolongarán hasta mediados de mayo, y en junio se prevé que comience la recolección. Será entonces «cuando el problema por la falta de personal se agudizará», prevé la federación.
En la pasada campaña, y según el Comité de fruta de hueso de Fepex, el 55% de los trabajadores procedían de la UE y de este porcentaje el 49% corresponde a trabajadores de Rumanía, que en esta campaña no pueden viajar a España. El 30% corresponde a trabajadores de países terceros y el 15% a españoles, que proceden en gran aparte de provincias diferentes donde se encuentran las explotaciones.
La campaña de ajo, que comienza ya a primeros de mayo en Andalucía y seguirá en Castilla-La Mancha, primera comunidad autónoma productora, también se verá afectada por la falta de personal, según la Asociación de productores del sector. Por ello, Fepex valora las medidas del Gobierno orientadas a favorecer la contratación, pero aún ve demasiadas restricciones.