TECNOLOGÍA DE PRECISIÓN
El mapa de cultivos incorpora los regadíos en su décimo cumpleaños
Herramienta El Itacyl pone a disposición de forma gratuita para cualquier usuario y este año añade una capa binaria que mejora la discriminación entre parcelas regadas y de secano
Este año cumple diez ediciones el Mapa de Cultivos y Superficies Naturales de Castilla y León (MCSNCyL) y con esta edición de la serie se incluirán los terrenos regados, de modo que habrá una nueva capa que distinguirá las fincas de secano de las de regadío. Así lo adelantó el subdirector de Infraestructuras Agrarias del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), Rafael Sáez, quien lleva al frente de este proyecto desde sus comienzos. Además, estos diez años de la serie permitirán a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural tener una visión a largo plazo de las rotaciones de cultivos a nivel de parcela. Una herramienta con múltiples utilidades que se pone a disposición de cualquier usuario y de forma gratuita que ofrece una información de gran utilidad a la hora de poner en práctica distintos cultivos o para realizar determinadas investigaciones.
«Entre las novedades de este año estará la creación de una capa binaria complementaria generada con una nueva metodología que mejorará la discriminación entre parcelas de cultivos herbáceos regadas y no regadas», explicó Sáez, lo que supone un paso más en este mapa de cultivos y aprovechamientos naturales de Castilla y León, pionero a nivel nacional.
De hecho, su singularidad destaca incluso dentro de la Unión Europea al traspasar los límites de los trabajos científicos y convertirse en un servicio operativo que proporciona información actualizada y útil para la gestión del territorio. Gracias a este liderazgo, el Itacyl ha participado en diversos proyectos de la Comisión Europea y la Agencia Europea del Espacio encaminados a desarrollar servicios de estas características a escala paneuropea.
Además, los datos generados por este proyecto constituyen la base para múltiples aplicaciones de seguimiento de la actividad agraria que se están desarrollando desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural como el nuevo sistema de controles de ayudas de la PAC.
Se trata de un mapa de cobertura suelo , obtenido a través de imágenes de satélite y actualizado anualmente con dos versiones, una provisional en junio y otra definitiva en septiembre, con el objetivo es disponer de una cartografía de la distribución anual de los principales cultivos presentes a lo largo de los 94.422 kilómetros cuadrados de toda la Comunidad, a escala de parcela y de las superficies de vegetación natural. Una cartografía detallada de cobertura del suelo que representa también los cambios en los cultivos herbáceos anuales, mayoritarios en la región, y en los aprovechamientos naturales. El proyecto comenzó en el año 2013, y desde entonces se han generado mapas de los años 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019. Gracias a un equipo con el que vamos avanzando edición tras edición y mejorando los resultados a medida que aumentamos el entrenamiento del método, añadió el responsable de la iniciativa. 90% es la precisión global del mapa de 2019 llegando a discriminar más de 20 clases de cultivos.
La primera versión, la de junio, ya obtiene precisiones satisfactorias en la mayoría de las clases representadas, pero para los cultivos de verano, como por ejemplo la remolacha o el maíz, hay que esperar a una versión definitiva a finales de verano para que estas parcelas puedan ser identificadas con una mayor precisión. En términos generales, el mapa alcanza precisiones consideradas excelentes , con un valor del 90% para la precisión global del último mapa, el de 2019, siendo capaz de distinguir entre el trigo y la cebada, dos de los cereales de invierno más representativos de Castilla y León, abarcando una superficie en conjunto de más del 20% de toda la comunidad. Pero no sólo se genera con el fin único de obtener una capa de información de ocupación del suelo de carácter anual, sino que es una herramienta multipropósito que sirve como fuente de información para distintos fines, entre otros: estadísticas agrarias y medioambientales, planificación de regadíos y gestión del agua, y control de las ayudas agrícolas. Tiene la capacidad de discriminar cultivos herbáceos en regadío , lo que ha permitido obtener una estimación de la superficie realmente regada de cultivos herbáceos en todo el territorio regional, si bien «hasta ahora se realizaba a partir de procedimientos indirectos, mientras que en el de este año se va a hacer observaciones directas vía satélite».
El mapa aúna la ciencia de análisis de datos , con la tecnología espacial y la agricultura que cuenta con el liderazgo de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León a través del Itacyl, pero en el que además colabora la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para el suministro de casos de entrenamiento en zonas de vegetación natural. Se publica periódicamente en la página web del Itacyl a través de visores interactivos y sistemas de descarga masiva para que usuarios profesionales puedan sacar partido al producto. El mapa fue el origen del trabajo de un equipo formado por ocho personas que se dedican al manejo de información por satélite para su uso agrario , pero año tras año se han podido ampliar las capacidades. Ahora se integra además en el nuevo Modelo de Investigación e Innovación para la mejora de la competitividad del sector agrario y agroalimentario de Castilla y León, en el que se identifican las necesidades de investigación más prioritarias del sector en la región y propone diversas líneas de investigación y programas de actuación. En concreto, el proyecto pertenece a la línea de investigación de Monitorización y Control de los Cultitvos.
Actualmente, gracias a este mapa son varios los proyectos de investigación en los que el Itacyl está involucrado bien como parte activa del consorcio formado o como colaborador. Algunos están financiados por la Comisión Europea a través del programa H2020, como el proyecto ya concluido: Sensagri, que busca explotar las capacidades de los satélites de la constelación Sentinel mediante el desarrollo de servicios complementarios para la monitorización de la actividad agraria; o el proyecto recién comenzado: NIVA, que pretende establecer las bases para el desarrollo de herramientas digitales y soluciones tecnológicas para la modernización de la PAC.
El proceso
Imágenes por satélite
Para la elaboración del mapa se descargan de forma sistemática todas las imágenes de los satélite Sentinel-2A y 2B en las órbitas que pasan por la Comunidad cuando la cobertura nubosa no es muy elevada. A estas imágenes se le añaden otras fuentes de información derivadas del relieve y la climatología que ayudan al algoritmo a identificar el tipo de cubierta presente en cuadrados de 10 por 10 metros del territorio. Entrenar el modelo
El algoritmo identifica patrones en esta ingente cantidad de datos y clasifica las cubiertas de forma automática, llegando a discriminar más de 20 clases de cultivos con una precisión superior al 90%. La capacidad de discriminación alcanza a separar algunos cultivos muy similares entre sí como el trigo o la cebada gracias a la ingente cantidad de datos de satélite que permiten identificar diferencias a lo largo de todo el ciclo del cultivo. Para ello es necesario haber entrenado un modelo previamente con casos conocidos sobre el terreno. Una fase crítica que determina la calidad final del mapa, en la que los técnicos datos de verdad terreno de muy diversas fuentes como las declaraciones de ayudas de la PAC o el Inventario Forestal Nacional.