J.M. RODRÍGUEZ AGUADO (FUENTESPREADAS, ZAMORA)
Estudioso de la uva y el terroir
Nacido en la comarca zamorana de Tierra del Vino, José Manuel Rodríguez es uno de los 100 mejores enólogos por la revista británica The Drink Business

Rodríguez Aguado ha investigado distintas variedades de uva de la finca.
Ha cumplido una década en Bodegas Arinzano, reconocida como la primera bodega calificada como DOP Vino de Pago del norte de España. Pero los orígenes de este enólogo se asientan en la comarca de Tierra del Vino, concretamente en Fuentespeadras (Zamora) donde tuvo su primer contacto con el mundo de la viña. «En mi casa mis abuelos hacían vino. Vi que más allá de una tradición familiar era una vocación», sostiene este apasionado de la uva que acaba de ser nombrado por segundo año consecutivo uno de los mejores 100 enólogos del mundo 2025, según ha dado a conocer la revista especializada internacional ‘The Drinks Business’, en la gala ‘The Master Winemaker 100 Awards Ceremony’ celebrada en París. Esta distinción valora la alta calidad de los vinos elaborados por Rodríguez Aguado y su equipo en el Valle de Arínzano (Navarra) que, año tras año consiguen altas valoraciones entre la crítica internacional. «Yo creo que estamos recogiendo el trabajo y esfuerzo de 10 años atrás de estudio de la finca que comencé en 2015. Ahora es cuando se está viendo todo el resultado de investigación tanto en viñedo como en bodega, buscando los elementos que potencian más el viñedo y la uva», afirma. Este estudioso del terroir se licenció Ingeniería Agrícola con especialización en Enología en Zamora. «Me di cuenta que sacaba sobresalientes en asignaturas y vi que era mi mundo», comenta. Más tarde completó sus estudios con un máster en la Universidad Politécnica de Madrid. Después de pasar 6 años en bodegas Numanthia le surgió la posibilidad de incorporarse al equipo de trabajo de Arínzano. La bodega se emplaza en un valle de incomparable valor, un terruño excepcional favorecido por un microclima propio, con buenas temperaturas y más horas de sol.
Cuenta con 128 hectáreas de viñedo propio con variedades detempranillo, chardonnay y merlot, y compuesta por 29 micro parcelas con terroirs singulares, situados entre los 420 y los 500 metros de altitud.
Arínzano es una bodega única, no solo por su arquitectura y diseño, creada por Rafael Moneo, sino también porque es la propiedad vitivinícola más antigua de España, desde 1055. Por allí han pasado monjes, familias nobles y grandes propietarios dedicados a la actividad agrícola, todos ellos siempre conectados con el vino.
Rodríguez Aguado comenta que la variedad merlot es la que más le sorprendió cuando llegó a la finca y cree haber alcanzado una altísima adaptación, después de probar otros merlot de España. «Las cepas de donde procede este vino están plantadas en distintos tipos de suelos, lo que aporta complejidad al vino y una amplia paleta aromática en la que destacan las notas balsámicas, mentoladas y la hierbabuena. Es maduro, pero fresco a la vez, por la cercanía del viñedo al río Ega. Merlot Agricultura Biológica tiene unos taninos redondos, pulidos y una gran capacidad de guarda. La demostración de que en España y en nuestro Pago se puede lograr un merlot excepcional», sentencia.
Para obtener este reconocimiento se tienen en cuenta las puntuaciones obtenidas por los vinos en el concurso Global Wine Masters, una serie de competiciones de cata a ciegas que se llevan a cabo anualmente, cuyo objetivo es identificar y premiar los mejores vinos en sus respectivas categorías, sin sesgos regionales o nacionales. Para lograrlo, el jurado está compuesto exclusivamente por expertos de renombre, incluyendo Masters of Wine, Master Sommeliers y compradores senior, quienes evalúan los vinos de forma independiente y luego deliberan para otorgar las medallas correspondientes.
Arínzano Merlot Agricultura Biológica, en su añada 2019, es el único vino en obtener la Master Medal al mejor vino orgánico, así como la Medalla de Oro como uno de los mejores varietales de merlot del mundo.
Arínzano Eternidad 2015 - 18, por su parte, ha logrado Medalla de Oro en la categoría de su varietal y se ha convertido en el único vino español elaborado con chardonnay en conseguirla. «Uno de los descubrimientos más emocionantes», según el jurado.
Arínzano Cabernet Sauvignon 2019 también se ha alzado con Medalla de Oro como uno de los mejores de su variedad, el único vino nacional que lo ha logrado en esta categoría.
Innovación en la viña
Desde su llegada a la bodega, Rodríguez Aguado ha liderado un proceso continuo de aprendizaje, explorando cada parcela y adaptando técnicas para resaltar las cualidades de la finca en los vinos elaborados con chardonnay y merlot. «Han sido diez años de trabajo en equipo, experimentación y un profundo respeto por la uva, buscando siempre su máxima expresión acorde con las características de un terroir milenario», explica el enólogo. Su última investigación se ha desarrollado bajo las aguas del río Ega que rodea la finca donde han estudiado el proceso de envejecimiento del vino. «Las pruebas son muy interesantes, dentro de poco verán la luz los resultados».
Se profesa un enamorado de los vinos singulares, aquellos que te transporta a un paisaje o un terruño. «Cada vez me tiran más los vinos diferentes, no me gustan las cosas homogéneas, de volumen, que se puedan hacer en cualquier lado. Creo que hay vinos para cada momento. Me gustan los vinos con estructura cuidada, soy un friki de la frescura y tanino pulido. Busco vinos que me despierten una localización, me hablen de un lugar, una tipicidad», comenta.
Rodríguez Aguado no descarta algún día elaborar un proyecto en su tierra, en sus raíces. «Mi pueblo tiene muchas posiblidades, hay viñedo viejo y distintas variedades de garnacha, godellos, tempranillo». En un futuro le gustaría cerrar el círculo con un vino que hable de sus orígenes.