Diario de Castilla y León

VILLA DE FERIAS (MEDINA DEL CAMPO, VALLADOLID)

En la mesa de la reina

Aída Luengo de la Fuente, responsable de eventos, y Ramona Mihaela Iliescu, jefa de comedor.E.M.

Publicado por
Javier Pérez Andrés
Valladolid

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Hace ahora casi 25 años desde que Daniel y Elías abrieron las puertas del restaurante hotel Villa de Ferias. Desde entonces, la definición del establecimiento tiene tintes medinenses con guiños permanentes a las ferias, a la reina y a los hechos históricos de la villa. Algo que el comensal percibe nada más sentarse en la mesa del comedor al abrir la carta. En este aspecto, la mano del jefe de cocina Carlos Nieto ha marcado la pauta. 

Carlos es un cocinero medinense de oficio que sabe conjugar la vieja comanda con platos de corte moderno. Así logra que convivan sobre el mantel una merluza mariscada con salsa de carabineros y un bacalao a la vizcaína con un sashimi de ventresca de atún rojo y un tataki. Esto último, se debe a la relación de este restaurante con el ‘ronqueo’ y el atún procedente de Cádiz. 

Junto a las carnes rojas también conviven o un lechazo o cochinillo al horno con una ternera con foie, uvas, pasas y setas… Lo cierto es que es una suerte encontrar platos de los años 70, con esa sabrosura de las salsas base y generosas raciones. Por ejemplo, ese rape empiñonado (bendita salsa americana) o esa merluza con ‘ajada’ a la gallega, casi desaparecida hoy entre los pescados. 

En los postres se agradecen unos profiteroles de toda la vida con nata y chocolate caliente, o esa tarta de San Marcos y esa leche helada con canela junto a los inevitables brownies y mousses. 

En este restaurante se mantiene el nivel desde hace años en precio y comanda y esa regularidad se agradece. Se puede comer por 45 euros de media a la carta. Tanto en la brigada de cocina como en la de sala, donde Ramona es la responsable bajo la dirección siempre de Daniel, se mantiene un clima de familiaridad y oficio

El vino, entre otros, el de la casa, Finca las Caraballas, verdejo y ecológico. Pero si hay algo que se agradece aún más es que en la misma carta convivan, entre los pescados, las carrilleras y las chuletillas con El Palacio testamentario, la Reina Isabel, el Castillo de la Mota y la potente historia de Medina del Campo. Y esto también es gastronomía culta y buena cocina.

PRECIO MEDIO

45 €
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