CUMBRE PINAREJA
Tras la silueta de la mujer muerta
Un recorrido por los azudes del acueducto de Segovia y los bosques de la Acebeda, en el corazón de Guadarrama

Dos montañeros disfrutando de la panorámica de cumbres.
Nos vamos a la Sierra de Guadarrama. Una de las estampas más características de esta alineación montañosa, accediendo desde la capital segoviana, es la comúnmente conocida como “La mujer muerta”. Estamos hablando de una sucesión de cumbres que superan los dos mil metros de altitud, cuyo perfil en el horizonte asemeja la silueta de una mujer acostada, fuente de innumerables mitos y leyendas. La cabeza de esta mujer sería la cumbre más alta de toda la alineación, La Pinareja (2197 m.), seguida por el torso (pico del Oso, 2.196 m.) y los pies (Pico de Pasapán, 2005 m.).
Nuestra ruta comienza en el pueblo de Revenga, a su paso por la N-603. Una buena pista en dirección sureste nos llevará, en un kilómetro, hasta el lugar donde cruzamos con el trazado de la Cañada real de las Merinas. En ese punto abandonaremos la buena pista para tomar un sendero, a la derecha (sur), que pronto comienza a descender y que, en otro kilómetro más, nos llevará hasta la carretera que circunda el embalse de Puente Alta. Seguimos hacia el este, y pronto el asfalto da paso a un sendero que avanza, sin apenas pendiente, paralelo al curso del rio Frío o de la Acebeda.
A medida que avanzamos el sendero gana en encanto. No tardaremos en llegar hasta un lugar cargado de historia: la antigua toma de aguas para abastecer a Segovia a través de su acueducto, construida miles de años atrás, en época romana. El azud que vemos actualmente es una intervención posterior sobre aquella obra original.
Disfrutamos del entorno junto al rio hasta que el sendero confluye con una pista asfaltada (kilómetro 5 de nuestra ruta), donde giramos a nuestra derecha. La carretera cruza el curso de las aguas y seguiremos su trazado disfrutando del magnífico bosque de pinos autóctonos. Dos kilómetros más tarde, encontraremos una amplia pista que arranca a nuestra izquierda desde la misma carretera. Tomaremos esta pista, iniciando ya las primeras rampas de nuestra ruta, pero todavía en un trazado muy cómodo. Si no tomamos ninguno de los desvíos llegaremos por ella hasta un precioso claro dentro del bosque de pinos: es el Collado de Peces, puesto que unos metros más abajo surge el arroyo con el mismo nombre (kilómetro 11). Se trata de, un lugar perfecto para hacer una parada antes de afrontar la verdadera ascensión a la montaña.
Si nos asomamos a la otra vertiente desde el collado veremos ya los bosques de Valsaín. Sin embargo, nosotros vamos a dejar el buen camino y trazaremos un giro de noventa grados a nuestra derecha. A los pocos metros encontraremos los primeros hitos, que nos marcarán el sendero hacia la cumbre de la Pinareja. A medida que ascendemos, los pinos se hacen cada vez más escasos, hasta desaparecer por completo, permitiéndonos disfrutar de las vistas hacia el oeste, sobre la llanura segoviana, y hacia el este, donde destacan la Bola del Mundo, la Maliciosa y, separadas por el puerto de Cotos, las cumbres del sector de Peñalara.
Al llegar a la zona más alta, el sendero comienza a serpentear entre canchales de piedra, lo que requiere algo de precaución, hasta alcanzar la deseada cima. Desde lo más alto, podemos contemplar hacia el suroeste la alineación de cumbres de la Mujer Muerta, con la Peña del Oso en primer plano. Hacia el noreste, la Sierra de Guadarrama continúa con el Montón de Trigo y, más allá, el conjunto de Siete Picos. Entre uno y otro, al sur, la vertiente de las Tabladillas, con la aguas del embalse al fondo y las cumbres de Peña del Águila y la Peñota por encima de ellas.
Tras disfrutar del merecido descanso en la cumbre, regresamos por el mismo itinerario hasta el Collado de Peces por el mismo itinerario. Desde allí, en vez de coger la pista por la que vinimos, tomaremos un sendero que aparece unos metros antes, a mano izquierda (noroeste), y que en ligera bajada nos hará disfrutar del encanto de estos bosques. Al cabo de unos cientos de metros, el sendero se convierte en una pista que desciende ahora con más pendiente hasta cruzar sobre el arroyo de Peces (kilómetro 19). Continuaremos por la pista de uso forestal durante seiscientos metros más y luego la abandonaremos hacia la izquierda (noroeste), entre preciosas camperas. Nos tocará cruzar por dos puertas que cierran los cercados del ganado, y tras la segunda nos colocaremos ya en el Calzada de las Merinas (km 21) que nos llevará hacia el noreste, hasta la cabecera del embalse de Puente Alto. Ya solo nos quedará volver hasta Revenga desandando los dos primeros kilómetros de nuestro inicio de la ruta.