Diario de Castilla y León

Nacho y el vino cabreirés

Pago de los Abuelos

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Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Hasta hace apenas unos meses, San Pedro de Trones era un punto insignificante en el mapa de La Cabrera. Y el río Cabrera solo daba nombre a nuestro arcano etnográfico. Pero hoy, ya suena el vino cabreirés. Y todo gracias a la tierra. A que algunas de sus cepas resistieron el envite de la emigración, la despoblación y el abandono de la viticultura y lo agreste del territorio. Hoy algunos majuelos del entorno de San Pedro de Trones han alcanzado la primera laureada berciana. Estas viñas, enmarcadas en el término de Puente Domingo Flórez, tienen un certificado de viticultura heroica. Nueva acuñación que se suma a la cada día más variopinta nomenclatura vínica.

El enólogo pontarego Nacho Álvarez, tras una trayectoria enológica en diferentes bodegas, optó por volver. Decidió poner en práctica los conocimientos adquiridos en casa. Recuperó las viejas viñas de la familia en Puente Domingo Flórez, en San Juan de Paluezas y en otros parajes, casares o majuelos de la hasta ahora desconocida tesela del mosaico del vino berciano. Floripes y Guillermo, sus abuelos, estarían orgullosos. Su nieto ha demostrado que es posible resucitar la viticultura dormida y elaborar vinos de calidad, obteniendo la expresión de la tierra de verdad. Pero no ha sido fácil… la viña de sus abuelos no estaba a mano y había que sudar para podar y hacer valer la dificultad y la originalidad.

Sobre todo, aquellas que seguían vivas milagrosamente durante todo su ciclo vegetativo, casi imposible en laderas de desniveles de entre un 35% a un 50%. O sea, que te caes “pabajo” a la mínima con el cesto de uva al hombro. Tal cual. Una viña imposible de mecanizar y con serias dificultades para llevar a cabo tratamientos y prácticas culturales. Nacho ha descubierto que el desnivel es ventajoso en los suelos de pizarra de su pueblo de origen y prueba en sus carnes el sudor de cavar y podar en situaciones de verdadero vértigo. Por eso, él mismo se puso en contacto con el CERVIM, un organismo internacional italiano con 33 años de historia bajo la supervisión de la OIV, la Organización Internacional de la Viña y el Vino, cuyo objetivo es fomentar y garantizar los intereses de la viticultura de montaña y en especial la de fuertes pendientes.

Así, Nacho Álvarez, el enólogo cabreirés nacido entre las pizarras, logró la acreditación de “viticultura heroica”, la primera en esta región. Esta vez el titular no ha venido de la mano de un prescriptor ni de un reglamento ni de un pliego de un Consejo Regulador. Los vinos de godello y mencía de cepas viejas de Nacho se han convertido en los primeros con DO de Castilla y León de viñas certificadas como viticultura heroica, a la que pertenecen un reducido grupo de bodegas en todo el mundo. Sus vinos salen al mercado con la etiqueta de Pago de los Abuelos en las tipologías tinto, blanco y rosado con DO Bierzo. Nacho ha aplicado criterios enológicos en fermentación en distintos envases, lo que unido a las propiedades que otorgan los contrastes térmicos y los suelos de pizarra, consiguen la personalidad y el diferencial tan demandados en los últimos tiempos.

Su criterio en la viña, alejado de tratamientos sistémicos, le conducen inexorablemente al escenario ecológico. Por el momento, ya ha logrado exportar y significarse en el mundo del vino. No quiere pasar de 40.000 botellas en el futuro y seguirá salvando parcelas con inclinaciones de más del 35% en el entorno. Por ahora, cultiva una veintena de viñas (unas 6 ha.) que producen en torno a las 20.000 botellas al año. Su nueva bodega ya figura entre las inversiones próximas. Bienvenida la bodega de los Abuelos de Nacho y sus vinos de la “ribera del Cabrera”, que es un poco la de todos los abuelos del entorno de Puente Domingo Flórez, suelo de pizarra y tierra de vinos y de oro romano.

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